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El pueblo de Navidad que se ve desde la ventana de la casa de Conchita y Timoteo (en el círculo de la fotografía) José Manuel García

Las 'ventanas de Navidad' en el barrio del Oeste que acaparan todas las miradas

Los dueños de esta peculiar casa, Teo y Conchita, preparan cada año dos belenes que llaman la atención de niños y mayores desde la calle

Laura Linacero

Salamanca

Lunes, 18 de diciembre 2023, 08:27

La magia de la Navidad envuelve todos los rincones, sin embargo, hay algún escondite en la capital de Salamanca que asume esa ilusión aún con más fuerza. La casa de Teo y Conchita es una de ellas. Ubicada en el barrio del Oeste, las ventanas de esta casa han sido bautizadas como «las ventanas de la Navidad» y no es para menos puesto que, a través de los cristales de este bajo, se ve una decoración navideña que acapara todas las miradas de los viandantes. Una de ellas muestra un belén más tradicional y la otra, el pueblo de Navidad con figuras en movimiento.

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Sin embargo, para hacer que esas dos habitaciones sean ahora un escaparate para detenerse, ha habido mucho trabajo detrás. «Tardamos como un mes en preparar las dos habitaciones, y ponemos tableros que vamos rellenando hasta ocupar todo el espacio», comenta Teo. Desde principios de noviembre y hasta el 8 de diciembre, cuando lo inauguran oficialmente, todos los días trabajan en esta idea que lleva ya más de quince años. «Al principio no ponía nada pero cuando me casé con mi mujer, me casé también con la Navidad», asegura Teo.

«Cuando me casé con mi mujer, me casé también con la Navidad»

Esa mujer que traía la Navidad debajo del brazo es Conchita y es la que se encarga de decorar todo el interior de la casa, lo que no se ve desde fuera pero inunda el espíritu cuando cruzan la puerta. En el hall, un pequeño belén que en cualquier otra casa sería el principal, pero en la casa más navideña de Salamanca es tan sólo un aperitivo. Además, en el salón tienen un árbol que es rodeado por un tren en movimiento, varias figuras iluminadas, unos reyes hechos con goma eva y otro belén que representa sólo el nacimiento además de varios espumillones que adornan las paredes.

Esta distribución no siempre ha sido la misma y es que dieciséis años de práctica dan para ir evolucionando y perfeccionando cada detalle. «De eso se trata, de que no le falte ningún detalle», comenta orgullosa Conchita. Incluso hay una iluminación que diferencia el día y la noche y, en este caso, aparece reflejado un ángel en una cueva. Hasta llegar a este punto, ha habido muchos cambios. Al principio, tan sólo decoraban una habitación pero cuando falleció la madre de Teo, decidieron montar otro escenario. «El tradicional es más para la gente mayor, y el del pueblo de Navidad más para los pequeños que les llama mucho la atención», explica.

Una pareja se detiene a ver el belén. José Manuel García

Tanto mayores como pequeños se quedan boquiabiertos con esta iniciativa e incluso hay niños que piden esa ventana a los Reyes. «Hay niños que se ponen a llorar cuando sus padres les bajan de la ventana y hay otros que quieren uno igual para su casa», comenta Teo. Tal es la admiración de los que se detienen a verlo, que muchos le dicen que cobre por verlo. «Nos dicen que pongamos una ranura para que la gente ponga monedas», ríen. Sin embargo, ese no es su propósito: «Lo hacemos únicamente para que la gente disfrute y ver la cara de ilusión de los niños es nuestra recompensa», aseguran.

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