El vídeo viral de un joven que narra «el infierno de vivir en Salamanca y trabajar en Madrid»

«Un infierno». Así describe un joven salmantino la realidad de una persona que vive en Salamanca pero trabaja en Madrid. Levantarse a las 5:30 horas a pesar de entrar a trabajar a las 9:00 horas, llegar a casa cerca de las 00:00 horas a pesar de salir del trabajo a las 18:00 horas, cambiar un plato por un tupper y hacer de las horas muertas un modo de vida. «Me levanto como un zombie pero no me puedo entretener mucho porque el tren sale a las 06:25 horas», comenta en un vídeo que comparte en sus redes sociales.

El tren es el transporte más rápido para estar a primera hora de la mañana a Madrid. En el caso de este joven, para llegar a la estación de trenes de Salamanca tiene que andar durante media hora porque «el autobús nocturno en esta ciudad es inexistente», explica. Un trayecto que, sobre todo en invierno, se hace especialmente pesado. «Es mi momento menos favorito», indica el salmantino. Una vez en la estación, comparte espera con decenas de personas que muy probablemente tengan el mismo destino que él.

Una vez acomodado en su asiento, quizá con una 'cabezadita' de por medio, espera una hora y cuarenta minutos hasta poder caminar por Madrid. «Y eso que es el trayecto más rápido», puntualiza el joven. Llega a las 8:00 horas a la estación de Chamartín y, como hasta las 9:00 horas no entra a trabajar, aprovecha para ir andando hasta la oficina. ¿El próximo descanso? A las 14:00 cuando aprovecha para comer -de tupper, por supuesto- hasta las 15:00 que reanuda su jornada. Aún le quedan otras tres horas para despedirse de un nuevo día en la oficina.

«Salgo a las 18:00 pero como hasta las 21:30 no sale el tren tengo que hacer tiempo», asegura. Tres horas y media dan para mucho: vuelta de nuevo a Chamartín andando, parada en escaparates, de merienda una manzana y, aún así, más de una hora sentado en el suelo de la estación hasta la llegada del tren. «Es la peor estación de Madrid, no tiene ni para cargar el móvil», se queja. Llegó el momento de enfrentarse a las últimas horas del día aunque seguramente sean las más largas.

No es hasta las 00:30 cuando mira por última vez el reloj despertador junto a su mesilla. «Por suerte, sólo tengo que ir a trabajar de forma presencial algunos días», asegura esperanzado. Una jornada duplicada entre tiempos de espera e idas y venidas que, lamenta, algunas personas tengan que sufrir cada día. «Por favor, Salamanca necesita mejores combinaciones, mejores horarios y un tren más rápido», reclama.

La experiencia de este joven ha propiciado que los comentarios se llenen de opiniones. El vídeo publicado en Tiktok en el perfil @jukaperci acumula más de 500.000 visualizaciones, 19.000 me gustas y más de mil comentarios. Hay quien empatiza con el joven y asegura que un ritmo así impide por completo una conciliación. «No tiene vida», apuntan algunos. Sin embargo, hay quien defiende que sólo así se puede aprovechar lo mejor de los dos mundos. «Trabajar en un sitio con oportunidades y vivir en un lugar más tranquilo y barato». Dos visiones enfrentadas que representan también la disyuntiva del propio joven.

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