Accidente de tren en Salamanca: la técnica para resolver de quién era el segundo cadáver «irreconocible»
La Guardia Civil ha buscado pistas en el ADN, la dentadura o tatuajes en la piel del cuerpo de la mujer, totalmente destrozado
El nuevo accidente en la línea ferroviaria de Madrid se ha saldado con la muerte de dos personas, una de las cuales ha tenido que ser sometida a una prueba específica para identificarla. Se trata de una necroidentificación exhaustiva, una técnica que profundiza en la búsqueda de datos del cadáver, desde la dentadura a cicatrices, y que va a ser necesaria porque uno de los cuerpos ha quedado irreconocible.
El siniestro tuvo lugar en torno a las 11 de la noche del domingo cuando el Alvia que llegaba de Madrid se vio implicado en un arrollamiento. En principio, la información que Renfe ofreció a los 247 pasajeros es que una persona había cruzado por un lugar no habilitado. El primer aviso llegó a las 22.49 horas desde el propio tren.
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El tren se detuvo en un punto de seguridad del kilómetro 70 de la línea Medina-Salamanca, poco después del largo apeadero de Moriscos (a unos 300 metros dirección la capital), y allí permaneció durante horas. Según las fuentes consultadas, se notó un impacto en el convoy a la altura de Gomecello y, posteriormente, el maquinista detuvo el tren en el citado punto de seguridad, a una distancia de unos seis kilómetros, unos cuatro minutos.
Tras unos primeros minutos de confusión y con el tren ya parado, personal de Adif procedió a inspeccionar el tren. La primera conclusión llegaría ya de madrugada, cuando se supo que en realidad había arrollado a dos personas, un varón de 41 años y una mujer.
El varón pudo ser identificado, no así la mujer, que quedó totalmente «irreconocible» según fuentes de la Guardia Civil, que investiga el suceso. Se manejan varias hipótesis al respecto, desde un acto autolítico a un accidente al circular los dos fallecidos cerca de las vías.
Dado el estado del segundo cadáver, se ha procedido a una necroidentificación, una técnica forense que consite en la recogida de datos variados. Se recurre a cuestiones como la información dental, que incluyen detalles sobre empastes, extracciones, o tratamientos. También se toman huellas dactilares obtenidas mediante necrorreseña, utilizando tinta especial sobre papel adecuado.
También se pueden hacer pruebas de ADN tomando muestras del cadáver para compararlas con la de familiares cercanos. Por último, sepuede recurrir a marcas distintivas, como cicatrices, tatuajes o marcas de nacimiento que pueda ayudar a la identificación.
