Jesús Sánchez llega a Ledrada desde Alemania después de 2.000 kilómetros recorridos en bicicleta. SH

Cruza la meta el salmantino que prometió celebrar su jubilación pedaleando de Alemania hasta Ledrada

Jesús Sánchez Mateos ha llegado al municipio salmantino después de más de 2.000 kilómetros recorridos y 25 días encima de la bicicleta para cumplir su sueño

Laura Linacero

Salamanca

Miércoles, 27 de septiembre 2023

Horas pedaleando, días bajo la lluvia, paisajes nuevos, desconocidos inolvidables y una sensación de superación difícil de igualar. Ledrada ha recibido a Jesús Sánchez Mateos después de más de 2.000 kilómetros encima de una bicicleta para lograr la promesa de hace años hizo una vez alcanzara a la jubilación. Ese momento llegó y tras 25 días pedaleando para soprepasar la meta, también metafórica, su familia y amigos le reciben en Ledrada con una comida española que le devuelve aún más a la realidad: una tortilla de patata hecha por su hermana.

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Ese es el plato estrella cada vez que va a Ledrada. Sin embargo, esta vez era especial, sabía a algo distinto. A superación, satisfacción y victoria. «He cumplido un sueño que era llegar desde Alemania a mi querida Ledrada en bicicleta», asegura Jesús. Y es que hace años hizo una promesa: el día que empezara la jubilación, cogería la bicicleta y haría el recorrido desde su municipio germano, Schönau, hasta la localidad salmantina. Aunque no todo ha sido de color de rosa y algún tropezón, también literal, ha tenido. «Los días que llovía muy fuerte pensaba en tirar la toalla, pero luego siempre sale el sol y otra vez, carretera y manta», comenta el salmantino.

Jesús, hijo de inmigrantes españoles en Alemania, lleva allí desde los cinco años donde forjó su vida. Sin embargo, siempre ha estado unido al pueblo salmantino donde su familia le recibe todos los años, aunque nunca con tanta expectación como esta vez. En los últimos 25 días, cada día, la familia esperaba el mensaje en el que Jesús les indicaba que estaba todo bien y otra etapa superada. Por supuesto, acompañado de una foto y alguna anécdota y es que más de 2.000 kilómetros dan para mucho, sobre todo para retarse con uno mismo. «Ha habido días buenos, otros malos. He llorado, he cantado, ha pasado la vida por arriba y por abajo y he reflexionado sobre lo que he hecho en la vida», añade.

Los primeros 150 kilómetros los hizo acompañado de dos amigos. El relevo lo hizo su hijo, con quien también pedaleó durante varios días hasta que llegó el momento de enfrentar la etapa solo. Los restantes 1.900 kilómetros hasta completar los 2.300 kilómetros que finalmente ha realizado, los hicieron su bicicleta y él. Comenzó acompañado y, finalmente, terminó acompañado de su familia. En los últimos kilómetros, su sobrino le fue a buscar a Salamanca y su sobrina se unió en Fuentes de Béjar y desde allí, llegaron a Ledrada juntos donde le esperaba un gran recibimiento.

Familia y amigos le recibían con una gran fiesta y cruzando una meta de superación. Un viaje difícil de olvidar y con subidas y bajadas pero que termina con una lección: «Siempre sale el sol». Eso sí, la vuelta a su pueblo germano, esta vez, la hará en avión. Aunque con un nuevo reto pendiente para el año que viene: hacer el recorrido en autocaravana y recoger su bicicleta que deja en Ledrada hasta la próxima aventura.

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