Los dos murales de un pueblo de Salamanca que optan a ser los mejores del mundo

El pequeño municipio salmantino de Garcibuey vuelve a brillar en el mapa del art urbano internacional. Dos de las obras realizadas en el marco del festival Graffitibuey han sido seleccionadas por la plataforma 'Street Art Cities' para optar al galardón de mejor mural del mundo del mes de julio. Se trata de 'Ornamental Lynx', de Tirso Paz -conocido como BubleGum- y el 'El árbol de la vida', del artista Joaquín Vila.

BubleGum es un referente del arte urbano contemporáneo y fue premiado en 2024 como Mejor Mural del Mundo en la categoría 'Artist Choice', ha dejado su huella en Garcibuey con una pieza de gran fuerza visual: un lince ibérico diseñado en un estilo ornamental que recuerda al diseño de un tatuaje. Esta obra, que capta la belleza salvaje del animal y su carga simbólica, se integra con el entorno natural de la Sierra de Francia.

Por su parte, Joaquín Vila ha intervenido la fachada del Ayuntamiento con una obra profundamente conectada con la identidad local. 'El árbol de la vida' está inspirado en el tradicional bordado serrano y rinde homenaje al antiguo olmo que presidió durante siglos la plaza del municipio. La composición gira alrededor de ese símbolo ancestral que «conecta el cielo con la tierra y manifiesta todas las formas de creación a través del flujo circular de la energía de la vida», tal y como describe la propia plataforma.

La votación está abierta hasta el próximo 10 de agosto, tan solo es necesario ingresar en la página web de la plataforma, 'Street Art Cities Wards July', seleccionar el mural entre los 150 participantes e ingresar un correo electrónico para validar el voto. La plataforma solo admite un voto por cada cuenta de correo.

Ambas obras no solo destacan por su calidad técnica y estética, sino también por la historia que transmiten y el arraigo que construyen con el territorio. Con esta doble nominación, Garcibuey consolida su festival como una referencia del muralismo a nivel internacional y refuerza su apuesta por el arte como motor de dinamización rural; habitando los rincones más remotos y generando comunidad, emoción y memoria.

Apoyar estas iniciativas es también apoyar el talento y contribuir a que el arte siga siendo necesario. El artista Caín Ferreras, explicaba a este medio hace unos meses: «El arte mural es democrático. No todo el mundo entra en un museo, pero cualquiera puede detenerse frente a un mural en la calle». Una pintura en una fachada no solo embellece; puede invitar a observar, a pensar y a sentir.

Temas

• Salamanca (Provincia)
• Garcibuey
• Arte