El «potente» aeropuerto de Salamanca en el que los aviones llenos de pasajeros son lo de menos

Es el aeropuerto de las autoridades, de los vuelos internacionales, de las grandes personalidades y de unos pocos aviones privados. Del sueño de volar desde Salamanca a las islas, a París o a algún destino exótico. El lugar en el que se fijan la selección de fútbol o el FC Barcelona cuando tienen que visitar la ciudad (el Zamora intentó despegar una vez para jugar un partido de Copa). Y, sin embargo, ni su presente ni su futuro son los aviones llenos de pasajeros por los que la estatal Aena mide el éxito y las inversiones que hace, mientras cobra por cada asiento ocupado que aterriza en una pista.

El último anuncio de Pedro Sánchez de una inversión de 11.000 millones para la puesta a punto de los aeropuertos hay que tomarlo en clave Ryanair. La agresiva 'low cost' irlandesa está en plena ofensiva contra Aena, a la que pide rebajar las tasas y, llegado el caso, ceder los aeropuertos regionales a las comunidades. Para hacer valer su postura, ha decidido suprimir más de un millón de asientos y decenas de vuelos en aeropuertos como el de Valladolid, que se han desplomado sin los aviones de la aerolínea.

El Gobierno opina lo contrario. Cree que Aena está en disposición de seguir cobrando su canon y que las inversiones que se van a hacer lo justifican por contar con aeropuertos más modernos y en mejor estado para operar con las diferentes compañías.

En el caso de Salamanca, las mejoras se centran en la pista, la terminal de embarque y la actualización tecnológica. No se ha cuantificado la inversión en euros, pero las partidas que suele recibir el aeródromo salmantino en los persupuestos generales del Estado cuando los hay son testimoniales y dedicadas al mantenimiento.

Sobre la terminal, decir que está a punto de cumplir 20 años. Lo hará el 6 de octubre próximo, fecha de la primera visita institucional que se hizo tras la reforma del aeródromo. Pocos días después, recibió a los mandatarios de la célebre Cumbre Iberoamericana y la llegada de autoridades ha sido una de las constantes de su historia.

Siempre ha sido el lugar al que han llegado presidentes extrajeros y nacionales, celebridades (Van Morrison hizo aquí su escala para su concierto de 2002) y grandes empresarios salmantinos que lo usan cuando regresan a la tierra. El último fue el propio Pedro Sánchez cuando tomó tierra con el célebre Falcon con motivo de la última crisis de los incendios forestales.

Sin embargo, ni los vuelos oficiales ni los usuarios privados hacen cifra. Tampoco los vuelos regulares, inexistentes desde que hace años dejaron de operar las aerolíneas reginales. Ni los chárter para el turismo, que se ofrecen en verano y que han regresado tras las gestiones de Turismo hace unos años.

Como se ven en el gráfico superior, Matacán alcanzó su culmen poco después de estrenar su flamante única terminal, en 2007. Fueron 65.000 viajeros y más de 10.000 operaciones, coincidiendo con la operativa de Air Nostrum y LagunAir. Nunca ha vuelto a esas cifras, pero aguantó unos años hasta que se desplomó a partir de 2011 cuando dejaron de operar las regionales.

Actualmente, y tras el parón de la pandemia, se ha estabilizado en torno a los 20.000 pasajeros al año, cifra que superará cuando acabe 2025. Aena incluyó este aeropuerto en la lista de los pequeños (menos de 3 millones de viajeros) en los que bonificó las tasas: las 'regalaba' a las compañías por cada pasajero que superara el nivel anterior a la pandemia.

Actualmente, Aena cobra 11,05 euros por pasajero como tasa. Esta es la cantidad de la discordia con Ryanair y que se han ahorrado las pocas compañías que aterrizan y despegan sus aviones comerciales en Salamanca. Ese item es el único que bonifica Aena, centrada en el número de pasajeros. «Que te venga un vuelo comercial te genera algo, pero no es movimiento», apunta un experto.

Sin embargo, Salamanca destaca precisamente en una cifra que no tiene nada que ver con los vuelos comerciales que se espera reciba un aeropuerto civil. Se trata del número de operaciones. Su número anual, estable entre 8.000/9.000, supera desde hace tiempo el de aeropuertos más grandes como Valladolid, ahora lastrado por la guerra con Ryanair, pero donde aterrizan y despegan muchos menos aparatos que en Matacán. ¿Por qué? Por las actividades que no tienen que ver con las aerolíneas de pasajeros.

Matacán es la base de la escuela Adventia, que forma ahora bajo la batuta de la Usal a nuevos pilotos y navegantes. Además, alberga la empresa de los helicópteros de emergencia, una empresa de helicópteros regulares que pronto se instalará en Aldeatejada, a la estatal Senasa, a una multinacional de servicios de 'handling', con posibilidad de volar drones militares en un aeródromo civil... Además de base militar con la escuadrilla que protagoniza el tradicional festival de cada año.

Las operaciones de la escuela se cuentan por cientos, vuelan incluso de noche a pesar de las limitaciones, igual que las de los hidroaviones de extinción de incendios. «Lo que tienen que hacer es desarrollar el sector en todos sus niveles, no sólo en la parte comercial», comenta el mismo experto en aeronáutica y gestión, que pasó años al frente de una de las actividades en Matacán.

«Nunca han entrado a valorar cuánto empleo genera cada aeropuerto, y en Salamanca hay una multinacional trabajando todos los días. Estamos hablando de 500 puestos de trabajo», comenta sobre la plantilla de lo que es «un aeropuerto potente» y «una de las principales empresas del provincia».

El de Salamanca es un aeropuerto internacional con todos los permisos y reconocido por Hacienda, con vigilancia de extranjería. Está operando desde que orto a ocaso, desde que amanece a que se hace de noche, habilitando permisos para el horario nocturno cuando ha sido necesario, pero no tiene permiso permanente de 24horas, lo que lastra su actividad.

En su momento se pidió declarar Matacán como aeropuerto especial en materia de formación, pero no se hizo y se está viendo superada por otros aeródromos. Lo de convertirlo en terminar de carga «ni se ha intentado», se hizo un informe de Senasa que no se ha desarrollado.

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