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La 'popular' Elvira Fernández se convirtió, con cuatro votos a favor y tres en contra, en la nueva alcaldesa de la localidad salmantina de Candelario tras una moción de censura entre el Partido Popular con Izquierda Unida para desbancar al que hasta hoy fuese alcalde de la localidad, Pablo Hernández, quien gobernaba en minoría por el PSOE en su tercera legislatura.
Una moción motivada por «la desidia y práctica paralización del Ayuntamiento» por parte de los socialistas, por un «necesario cambio de rumbo al devenir del municipio». Conscientes de las diferencias ideológicas, tanto IU como PP apostaron por un «compromiso mayor» con los habitantes de Candelario ante la «nula previsión de que puedan producirse acuerdos significativos por la actitud del equipo de Gobierno», y los «síntomas de agotamiento del alcalde y sus concejales», según informa A.F.G., en la agencia ICAL.
«Se nos ha llamado para sacar las castañas del fuego», afirmó la nueva alcaldesa de la localidad. Durante su intervención, Fernández trasladó que antes de gobernar «ya se nos están pidiendo y demandando soluciones a problemas» que hasta el día anterior no conocían demandas, y acusó al PSOE de no saber «elegir lo que es gobernar en minoría», echando en falta que tuvieran en consideración al resto de partidos y, conscientes de las diferencias ideológicas con sus nuevos socios, apostó por «mejorar la vida de Candelario».
El acuerdo entre PP e IU estuvo motivado también por el interés en retomar el proyecto de la residencia de mayores que se cerró en Candelario en 2013 mientras gobernaba el PP, dato que recordaron los socialistas durante el pleno. Así, Pablo Hernández se reafirmó en que desde el PSOE llevaron a cabo iniciativas para intentar recuperar la residencia pero que no contaron con la Junta de Castilla y León para poder seguir adelante.
Hernández respondió también a las críticas de no contar con el resto de concejales para gobernar afirmando la falta de compromiso de ellos a la hora de llegar a acuerdos, calificando de «mentiras» las explicaciones ofrecidas en esta moción de censura. Así, afirmó que durante los ocho años que estuvieron en el Gobierno municipal, llevaron a cabo diferentes trabajos e intentaron llegar a acuerdos con el resto de ediles. Además, destacó que dejan las cuentas municipales «en muy buena situación», con un ahorro superior a los 800.000 euros frente a los 200.000 que se encontraron cuando accedieron al poder.
Esperando que los nuevos socios de Gobierno sean capaces de gestionar los fondos europeos de los que disponen, trasladó un consejo ante una sala de plenos abarrotada: «Cuídense mutuamente de sus socios, vigílense y desconfíen unos de otros porque han demostrado habilidades para el engaño, y que son capaces de saltarse cualquier compromiso y lealtad», sentenció.
Por su parte, el edil de Izquierda Unida, Miguel Rodero, señaló que para entender este acuerdo deben comprender «que no es de siglas, sino con personas de Candelario», un municipio de algo más de 800 habitantes, que «no es un pueblo de funcionarios donde las normas se puedan establecer con un criterio poco objetivo». Pero sin en cambio, sin querer «caer en la ingratitud» de no agradecer el trabajo, «la mayor parte positiva», a los socialistas durante los años al frente, afirmó que «se van a acabar los contratos a dedo, las preventas y las malas prácticas», acusación que los socialistas negaron haber realizado rotundamente en un acto que terminó con un apretón de manos entre la nueva alcaldesa y el edil desbancado.
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