Cada vez menos viviendas en venta y más caras: análisis del stock en Salamanca

La oferta de vivienda en Salamanca cae en un 38% en el segundo trimestre de 2025, en comparación con el mismo trimestre de 2024, se trata de la mayor caída interanual registrada.

Aunque el precio de la vivienda aumente a pasos agigantados, con un aumento del 5,3% respecto al ejercicio anterior, sigue manteniéndose por encima de la media regional. Lo que realmente ha disminuido es la oferta de pisos en venta. Salamanca es una ciudad de alquiler.

Si nos fijamos en las capitales de provincia de Castilla y León, Salamanca se encuentra empatada con Burgos con una bajada de la oferta de venta del 38%, solo por debajo de Segovia, con un 45% menos de oferta y Palencia, con un 39%. Mientras que por debajo de la capital charra se encuentran, Valladolid, Zamora, Ávila y Soria con un descenso de 33, 31, 24, 21 por ciento respectivamente, según el último informe elaborado por idealista.

A nivel provincial, el orden no varía demasiado, y Salamanca comparte segundo puesto con Palencia, con un descenso del 30% de la oferta, solo por debajo de Segovia, que tiene un descenso del 33%. El resto de provincias, también giran entorno a esas cifras, Burgos y Valladolid experimentan un descenso del 27%, Zamora del 26%, Ávila un 21% y Soria un 19%.

Este descenso en la oferta de venta en el mercado inmobiliario, es un grave problema para aquellos salmantinos que quieran acceder a una vivienda. Salamanca y su alta afluencia de estudiantes, debido a la Universidad de Salamanca, ha encontrado su nicho, pisos con varias habitaciones, para estudiantes. Nada de familias, nada de trabajadores, solo estudiantes que como mínimo se quedaran un curso lectivo o cuatro de los mismos como máximo.

Según Francisco Iñareta, portavoz de idealista, «el desplome de la oferta de vivienda alcanza una nueva cota, para desesperación de todos aquellos demandantes de vivienda que cada vez tienen menos producto entre el que elegir y afrontan precios más abultados trimestre tras trimestre.

Muchas administraciones no son capaces de hacer aflorar nuevas viviendas al mercado ni consideran que haya que construir vivienda nueva, quizá por miedo a fantasmas de los años de la burbuja. Sin embargo, ante una tormenta perfecta como la que vivimos -aumento de la población, tipos de interés en descenso y un mercado del alquiler inalcanzable que desplaza parte de la demanda al mercado de compra- el peor error que se puede cometer es no construir vivienda».

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