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Una mujer deposita basuras en un contenedor gris de Garrido. Álex López

Los salmantinos naufragan en el uso de las islas de reciclaje

La falta de educación y conciencia respecto a la separación de residuos lleva a un uso erróneo de los contenedores y Ecologistas en Acción recuerda que el modelo de devolución y retorno es más efectivo y barato que la gestión actual

Ana Carlos

Salamanca

Lunes, 1 de mayo 2023, 11:12

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La recogida de residuos en Salamanca comenzó a finales de los años 80. Los primeros pasos se dieron de la mano de los movimientos asociativo y scout. En concreto, de la asociación de vecinos del barrio del Oeste, Zoes, y el grupo scout Carrick, que recogían el papel periódicamente con una furgoneta que ellos mismos alquilaban.

A partir de ahí el Ayuntamiento tomó el relevo, instaurando la recogida de papel y vidrio. En aquellos primeros años los salmantinos que querían hacer una buena gestión de estos residuos debían desplazarse bastante para encontrar los antiguos iglús, azul (papel y cartón) o verde (vidrio). Pero poco a poco se fueron generalizando las islas de reciclaje en las que pronto apareció uno más, el amarillo (para envases).

Estos contribuían a aligerar el contenedor gris, actualmente para la fracción resto, pero que desafortunadamente todavía muchos ciudadanos siguen usando para depositar todo mezclado en lugar de separarlo.

El contenedor amarillo es uno de los que más dudas de uso genera entre los salmantinos. Álex López
Imagen principal - El contenedor amarillo es uno de los que más dudas de uso genera entre los salmantinos.
Imagen secundaria 1 - El contenedor amarillo es uno de los que más dudas de uso genera entre los salmantinos.
Imagen secundaria 2 - El contenedor amarillo es uno de los que más dudas de uso genera entre los salmantinos.

En otros puntos también podemos encontrar desde hace muchos años contenedores para pilas, así como el morado para los textiles y el naranja para el aceite usado.

Además de todos los citados, la nueva Ley de Residuos 7/2022 que entró en vigor hace un año establecía que a partir del 1 de julio de 2022 los municipios de más de 5.000 habitantes estaban obligados a iniciar el proceso de implantación de un sistema de recogida de residuos orgánicos. Un día antes de la fecha límite, el Ayuntamiento de Salamanca instalaba el primer contenedor marrón en la avenida de San Agustín. Hasta agosto no se instalaron otros 50, en concreto en los barrios de Garrido y Chinchibarra, con la promesa de ir cubriendo toda la ciudad, lo que todavía no se ha hecho.

Depositar residuos en el contenedor inadecuado supone una mayor inversión de dinero y energía para poder reciclarlos. En algunos casos puede incluso contaminar otros objetos del mismo contenedor impidiendo su reciclaje. Un ejemplo es el papel. Si se ensucia no se puede usar. Por eso es tan importante que los ciudadanos sepamos hacerlo bien, pero ¿sabemos?

Confusión a la hora de depositar residuos habituales

Para comprobar in situ el conocimiento que tienen los salmantinos del sistema de recogida selectiva de residuos, acudimos a Garrido, donde ya funciona el contenedor marrón. Allí entrevistamos a una serie de personas que voluntariamente quisieron responder a la pregunta sobre qué residuos van a cada contenedor y sobre el lugar en el que deberíamos depositar varios objetos comunes, como un juguete de plástico, una bombilla, una copa ropa, un brick de leche, la cáscara de un plátano, y un trozo de papel aluminio.

No todas quisieron salir el el vídeo, pero en cualquier caso, ninguna de las personas preguntadas para este reportaje fue capaz de ubicar correctamente todos los residuos mostrados. Entre las conclusiones: muchas personas confunden el tetrabrick con el cartón; los ciudadanos piensan mayoritariamente que cualquier plástico va al contenedor amarillo; hay mucha confusión a la hora de distinguir entre cristal y vidrio y por ello el primero se deposita de forma errónea en el contenedor verde; algunas personas depositarían el papel aluminio en el contenedor azul y el contenedor marrón es el gran desconocido en el barrio en el que lleva más de medio año funcionando.

Los residuos orgánicos como restos de comida, fruta, verdura, productos cárnicos, huesos, pescados y espinas, huevos, frutos secos, marisco, café, té, infusiones (incluido filtros), papel de cocina y servilletas usadas, plantas y flores deben depositarse en el contenedor marrón. Estos materiales se transforman en compost, que puede usarse como abono o fertilizante.

Valorando el importante desconocimiento del uso de los contenedores y a pesar de que año a año el Ayuntamiento de Salamanca anuncia que se han producido mejores cifras en la recogida selectiva, cabe preguntarse si también computan los residuos depositados donde no corresponde a la hora de contar las toneladas obtenidas en cada tipo de contenedor.

Aunque en las aulas se habla de la importancia del reciclaje y de la separación en origen, y muchas veces se llevan a cabo actividades complementarias en esta línea, no son los alumnos los encargados de gestionar la basura, sino sus padres. Y no en todos los hogares existe un conocimiento o una disposición para hacerlo bien. ¿Qué medidas podrían tomarse para mejorar esta situación?

El mejor residuo es el que no se genera

Desde Ecologistas en Acción llevan años reivindicando la implantación de un sistema de depósito, devolución y retorno. Un sistema que funciona con éxito en 13 países europeos y con el que se obtienen mejores resultados de recuperación. La idea es retomar lo que se hacía hace años también en España, cuando al comprar, por ejemplo, una bebida embotellada, se cobraba al consumidor un poco más por el envase, pero se reembolsaba cuando era devuelto. Resultaba más efectivo y barato que ahora.

Así, lamentan que el modelo de gestión de residuos actual «no es el mejor» y deja sobre el ciudadano la decisión de recuperar o no los residuos. Además, señalan que aunque debería reciclarse más del 50% de los residuos, la realidad muestra que no es así y que estamos retrasados respecto a otros estados de la UE (incluso tenemos cifras de recogida bajas respecto a otras provincias de Castilla y León en residuos como el vidrio). La tasa de recogida selectiva de botellas de plástico, por ejemplo, supera el 90% en otros países. No obstante, reconoce que «con el poderío de Ecoembes es complicado revertir la situación». El modelo más valorado por su eficacia es el alemán, con retorno y un sistema riguroso que penaliza al que más basura genera y a quien no deposita correctamente los residuos.

La organización ecologista también ha apostado siempre por la recogida separada de residuos orgánicos, pero haciendo primero una importante labor de educación que permita a los ciudadanos tanto conocer sus beneficios y diferenciar lo que puede o no incluirse en este nuevo contenedor. Es algo que no se ha conseguido con las mesas informativas que puso el Ayuntamiento al incorporar los contenedores marrones.

Otra de las críticas de Ecologistas en Acción a la gestión de residuos en Salamanca se debe al horario del punto limpio móvil. Por un lado no es muy conocido y por otro tiene lugar cuando muchos ciudadanos están trabajando y no pueden hacer uso del mismo.

En todo caso, el mejor residuo es el que no se genera. Reducir la cantidad de residuos que generamos es la mejor contribución que podemos hacer, recuerdan. Otra forma de contribuir es recuperar y reparar objetos que tenemos o comprar de segunda mano, entre otras medidas que contribuyen a una economía circular. «Lo último siempre es reciclar», defienden.

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