La nueva ley de universidades, un paso para solucionar los problemas de la docencia

José Manuel Pingarrón, secretario general de Universidades, ha asegurado que ahora lo más importante es la implantación de la nueva ley a través de una serie de reales decretos, que se aprobarán en los próximos meses. «Por primera vez en una ley orgánica hay un compromiso de mejora de la financiación de las universidades públicas», destacó en declaraciones recogidas por DiCYT en los momentos previos a la jornada. Además, «el objetivo es dar una carrera académica definida» para el personal universitario, de forma que sus integrantes, que en la actualidad se estabilizan «más cerca de los 50 que de los 40 años», puedan conseguirlo mucho antes. La internacionalización es otro aspecto fundamental.

«Este año estamos alcanzando por fin el nivel que tenía el sistema público universitario español en 2009. Esto ha dado lugar a muchos problemas, la precarización del profesorado universitario, la falta de carrera académica y la merma en los fondos de investigación», ha destacado el secretario general. La ley trata de impulsar soluciones a todos esos problemas y de resolver otros retos través de la multidisciplinariedad, la interdisciplinariedad, la colaboración entre el profesorado de distintos ámbitos de conocimiento, el establecimiento de estructuras organizativas más eficientes y, en general, a través de «una modernización» de todo el sistema. Según el Ministerio, las universidades tendrán «más autonomía y responsabilidad», por ejemplo, en la elección de su profesorado joven. No obstante, las propias universidades están poniendo en cuestión que realmente la nueva ley les vaya a dotar de una mayor autonomía o a garantizar una mayor financiación.

En la jornada también participaron José Miguel Mateos Roco, vicerrector de Investigación y Transferencia de la Universidad de Salamanca; Clara Eugenia Núñez, de la UNED; Adoración Álvaro Moya, de CUNEF Universidad y la Asociación Española de Historia Económica; Francisco A. González Redondo, de la Universidad Complutense de Madrid y la AEAC; y Santiago López García, director del eCyT e investigador de la Unidad de Investigación Consolidada Historia de la Industria y los Sistemas de Ciencia y Tecnología (HISCYT), que actuó como moderador.