Los animales causaron en 2024 más de 36.000 siniestros de tráfico, un tercio del total de los accidentes

Los siniestros de tráfico causados por animales se han duplicado en diez años. Sólo en 2024 se registraron 36.000 -una media de un centenar al día-, lo que representa un tercio del total de accidentes en las carreteras interurbanas españolas. El tipo de siniestro más común es el atropello de especies silvestres, como el jabalí (42%) y el corzo (32%); y las zonas geográficas más afectadas son la España despoblada y la España verde, sobre todo Galicia, Castilla y León y Castilla-La Mancha. Pese a su alta incidencia, la gravedad en cuanto a víctimas se refiere de este tipo de siniestros es baja: sólo en el 1,5% se registraron fallecidos (8) y heridos hospitalizados (58).

Para tratar de reducir este tipo de incidencias que provocan a diario situaciones de riesgo para los conductores (choques frontales, salidas de vía por los volantazos para evitar la colisión...), la Dirección General de Tráfico (DGT) ha presentado este martes una guía con medidas que pretenden que se convierta en un referente técnico en la gestión de la siniestralidad vial con fauna y en un punto de partida para actuaciones futuras.

El informe completo, que se puede consultar en la web de la DGT, recoge que el 88% de todos los siniestros se concentran en carreteras convencionales, donde los niveles de control del entorno suelen ser menores que en las vías de gran capacidad.

El estudio avanza en la identificación de las carreteras con mayor concentración de accidentes. Son los llamados Tefiva, tramos con una longitud mínima de 1 kilómetro en los que en los últimos 5 años han registrado al menos 10 incidentes con fauna de cierto tamaño y cuando alguno de ellos haya ocasionado al menos un siniestro con víctimas. Durante 2023, se identificaron en la red viaria estatal 150 tramos catalogados como Tefiva, que suman una longitud total de 205 kilómetros y que han sido señalizados oportunamente.

Aunque estos tramos representan apenas el 0,8% del total de la red estatal, su relevancia en términos de siniestralidad es alta, con 3.200 incidentes con animales, lo que equivale al 21% de todos los accidentes con víctimas registrados en la Red de Carreteras del Estado (RCE) con implicación de fauna.

La DGT ha puesto en marcha una prueba piloto para incorporar en la plataforma DGT 3.0 estos tramos. La idea es que esta información esté disponible en tiempo real para los sistemas de navegación, de forma que los conductores puedan recibir avisos anticipados al aproximarse a zonas de riesgo «permitiendo una conducción más informada y preventiva en aquellos puntos donde la presencia de animales supone un peligro recurrente».

Esta creciente presencia de fauna en las carreteras ha llevado a la implantación, por parte de las diferentes administraciones, de un amplio abanico de medidas para reducir la siniestralidad vial derivada de colisiones con animales. En el informe presentado este martes por la DGT estas acciones están estructuradas en cinco grandes bloques: intervenciones dirigidas al conductor, a los propios animales, medidas de separación física, soluciones para la permeabilidad ecológica, y otras iniciativas complementarias.

Una de las estrategias prioritarias para reducir la siniestralidad con fauna consiste en actuar directamente sobre el comportamiento del conductor. Para ello, se utilizan herramientas clásicas como la señalización de advertencia —como la nueva del jabalí que alerta sobre la posible presencia de estos animales—, que en muchos casos se complementa con iluminación LED o carteles de alto impacto visual.

A esta línea se suman los sistemas inteligentes que detectan la presencia de animales en tiempo real mediante sensores térmicos o tecnología de visión artificial, ya en funcionamiento en territorios como Girona, Castilla y León o La Rioja. Estas acciones se completan con la limpieza y control de vegetación en los márgenes para garantizar una mejor visibilidad, limitaciones de velocidad ajustables mediante paneles informativos, y sistemas de alerta integrados en los vehículos que advierten al conductor ante posibles riesgos en la vía.

El objetivo es evitar que los animales se acerquen a las vías y, con ello, reducir el riesgo de accidentes. Entre las medidas se encuentran los disuasores visuales, como reflectores y prismas que desvían la luz de los vehículos para ahuyentar a la fauna, y los sistemas acústicos, que utilizan ultrasonidos, en muchos casos activados por el paso de vehículos. A estas tecnologías se suman barreras olfativas basadas en feromonas o repelentes, conocidas popularmente como 'vallas perfumadas', que crean una línea invisible pero efectiva para mantener alejados a animales silvestres de las zonas de circulación.

El uso de barreras físicas sigue siendo una de las estrategias más eficaces para reducir la presencia de animales en las carreteras. El vallado, presente en numerosos tramos de la red viaria, es la solución más común para impedir el acceso de la fauna silvestre. Sin embargo, su efectividad se multiplica cuando se complementa con infraestructuras específicas como pasos de fauna o rampas de escape, que permiten a los animales desplazarse de forma segura sin invadir la calzada.

En algunas regiones, como Asturias, Galicia o Castilla y León, se están ensayando soluciones más innovadoras, como los vallados virtuales: dispositivos que combinan luz y sonido y se activan mediante sensores térmicos para disuadir a los animales antes de que alcancen la calzada.

Con el objetivo de preservar la biodiversidad y evitar el aislamiento de especies silvestres, España ha apostado por la creación de infraestructuras que facilitan el paso seguro de animales a través de la red viaria. Entre las soluciones más destacadas se encuentran los ecoductos, puentes cubiertos de vegetación que permiten a la fauna cruzar por encima de las carreteras sin exponerse al tráfico.

Se han instalado Sistemas de Protección para Motoristas (SPM), consistente en la instalación de una barrera especialmente diseñada para la protección de motoristas, que además actúa como elemento disuasorio para impedir que los animales, en particular los jabalíes, accedan a la calzada.

La guía, elaborada por la Asociación Española de Carreteras (AEC), ha sido presentada en la sede central de la DGT por el director general de Tráfico, Pere Navarro junto con la subdirectora general de Conservación y Gestión de Activos del Ministerio de Transporte, Paula Pérez, a quienes acompañaban Elena de la Peña, subdirectora general técnica de la AEC; José Miguel Tolosa, jefe provincial de tráfico de Cantabria y experto en la materia; y el director del Observatorio Nacional de Seguridad Vial de la DGT, Álvaro Gómez.

El estudio encargado por DGT forma parte de las actuaciones que se recogen en la Estrategia de Seguridad Vial 2030 y que tiene como principal objetivo poner a disposición de los responsables de las infraestructuras viarias una herramienta práctica con información, buenas prácticas y recursos que faciliten la adopción de soluciones encaminadas a lograr un entorno viario más seguro y sostenible.

Navarro subrayó la necesidad de desarrollar medidas preventivas eficaces que minimicen la incidencia de los siniestros con animales «sin alarmar innecesariamente a la población». «La seguridad vial ya no puede concebirse sin tener en cuenta la interacción entre infraestructuras y biodiversidad, siendo necesario integrar este enfoque en el diseño, la gestión y la planificación de las carreteras para avanzar hacia un entorno viario más seguro, eficiente y sostenible», señaló el jefe de la DGT.

Y Elena de la Peña aprovechó para agardecer la contribución de 70 entidades a la elaboración del documento. «Su colaboración ha sido clave para que este estudio se convierta no solo en un referente técnico en la gestión de la siniestralidad vial con fauna, sino también en un punto de partida para seguir avanzando, de manera coordinada, hacia soluciones eficaces que mejoren la seguridad vial sin comprometer la preservación de los hábitats y la conectividad ecológica».

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