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El padre Fran.
Ascensión y caída del padre Fran, el cura detenido por sedar a mujeres para abusar de ellas y grabarlas

Ascensión y caída del padre Fran, el cura detenido por sedar a mujeres para abusar de ellas y grabarlas

La policía, que lo arrestó en Vélez-Málaga, analiza «centenares» de imágenes repartidas en cuatro carpetas que corresponderían a cada una de sus víctimas

Juan Cano

Málaga

Martes, 26 de septiembre 2023, 08:25

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La escena llamaba la atención. Una chica joven, rondando la treintena, lloraba amargamente a los pies del Cautivo. Eran los primeros días de enero y en la iglesia de Santa María Micaela, en Melilla, el escándalo estaba a punto de estallar. O al menos la primera parte.

La mujer lloraba desconsolada porque, según confesaría más tarde, mantenía una relación sentimental con el padre Fran (33 años), al que -y eso no era ningún secreto en Melilla- estaba muy unida. El obispo tomó entonces la decisión de apartar al sacerdote de la ciudad autónoma y lo mandó de vuelta a Málaga sin, inicialmente, asignarle parroquia alguna.

El segundo escándalo, el que lo envió definitivamente a prisión, saltaría meses después. En agosto, la exnovia del cura acudió de nuevo a la iglesia para informar de que, en el domicilio que supuestamente compartían, había encontrado un disco duro que contenía imágenes de agresiones sexuales que habría cometido el padre Fran sobre mujeres aparentemente inconscientes.

La iglesia la derivó a la Policía Nacional. La mujer acudió a la Unidad de Familia y Atención a la Mujer (UFAM) de la comisaría de Melilla, relató lo sucedido y entregó a los agentes una copia de las imágenes almacenadas en el disco duro. Ante la envergadura que sabían que iba a tomar el caso, que además se iba a extender a otras provincias, los agentes contactaron con sus homólogos de la UFAM Central para trabajar al alimón en la investigación.

Los agentes empezaron por analizar las imágenes, «centenares» de fotografías y vídeos -según las fuentes consultadas- que el sospechoso había repartido en cuatro carpetas a las que, para identificarlas, les había asignado iniciales. Su exnovia -la de Melilla, porque al parecer tenía otra pareja en Málaga- contó a los policías que ella las abrió creyendo que se trataba de una película o una serie.

En esos archivos, se observaba a cuatro mujeres semidesnudas, dormidas o más bien, como sospechan los investigadores, narcotizadas con algún tipo de sedante, ya que en las imágenes parecen completamente inertes ante las prácticas sexuales «de todo tipo» que les realizaba un hombre. Aún no han podido acreditar qué sustancia pudo emplear.

Los agentes identificaron en los vídeos al padre Fran, pero les quedaba por poner nombres y apellidos a las víctimas de las agresiones sexuales. Utilizaron lo que se conoce como «investigación en fuentes abiertas», que no es otra cosa que peinar las redes sociales y seguir el rastro que cualquier usuario deja en internet.

Imágenes del cura detenido.
Imagen principal - Imágenes del cura detenido.
Imagen secundaria 1 - Imágenes del cura detenido.
Imagen secundaria 2 - Imágenes del cura detenido.

Los policías de la UFAM intuían que las víctimas estaban en el entorno del sacerdote. Y no se equivocaban. Poco a poco fueron relacionando las iniciales de las carpetas y las imágenes que contenían con cuatro mujeres del círculo del padre Fran. Podría decirse que eran amigos. Había una quinta afectada a la que habría grabado, pero no habría abusado de ella, de ahí que al cura se le atribuyan cuatro delitos de agresión sexual y cinco delitos contra la intimidad.

Los investigadores localizaron a las mujeres y las citaron en comisaría para tomarles declaración. Todas coincidieron en algo: desconocían que habían sido agredidas sexualmente y que habían sido grabadas. Los agentes les advirtieron de la dureza de las imágenes. Tres de ellas rehusaron verlas. Las otras dos sí lo hicieron. Las cinco han denunciado.

Tras hablar con ellas, los investigadores pudieron reconstruir el modus operandi presuntamente utilizado por el padre Fran. Las agresiones sexuales habrían sido cometidas durante viajes de convivencia con la religión como nexo de unión y en un clima de confianza como telón de fondo. Habrían sucedido en viviendas e incluso, al parecer, en una casa parroquial. Para grabarlas, habría empleado su teléfono móvil.

Los policías de la UFAM montaron una vigilancia de paisano en torno al domicilio del padre Fran, que vive en un piso de su madre en Vélez-Málaga. Actualmente estaba ejerciendo la figura de administrador parroquial -que no es otra cosa que el párroco sustituto o en funciones- en las iglesias de Nuestra Señora de la Encarnación, en Yunquera, y Santa María de la Encarnación, en El Burgo.

El cura fue detenido la madrugada del 11 de septiembre, sobre la una, cuando volvía a su casa, en Vélez. Ese mismo día había oficiado la misa de la mañana en Yunquera. Los policías salieron a su encuentro y le leyeron los derechos por las supuestas agresiones sexuales y los delitos contra la intimidad. Reaccionó con tranquilidad. Guardó silencio y no colaboró: se acogió a su derecho a no declarar y tampoco se prestó a la prueba de ADN.

En el registro de su casa, los investigadores localizaron más material tecnológico -discos duros, pen drives, varios teléfonos móviles y una cámara de fotos- cuyo contenido ya ha sido volcado y se encuentra en el servidor de la policía. Ahora empieza la siguiente fase del caso: examinar todas las imágenes por si hay más víctimas.

Los agentes tienen serias sospechas de ello, principalmente porque las cuatro carpetas localizadas se circunscriben a un periodo muy concreto, entre 2017 y 2019, y no descartan que hubiese actuado más tiempo al sentirse impune de esos hechos.

Los primeros vídeos intervenidos por la policía coinciden con el año en que fue ordenado sacerdote, concretamente junio de 2017

Resulta llamativo que los primeros vídeos coinciden con el año en que fue ordenado sacerdote (junio de 2017). Cuando aún era seminarista, condenó públicamente los escándalos de pederastia en la Iglesia, que tildó de vergonzosos, y aseguró que su madre -que había sido monja clarisa en Vélez- le había transmitido la fe «desde chiquitillo», declaró a La Opinión. De hecho, fue fraile -religioso trinitario- desde los 18 años.

Aunque aún no saben qué se van a encontrar entre el material informático incautado, los agentes no creen estar ante el perfil de un pedófilo o un pederasta, sino más bien ante un supuesto depredador sexual, ya que las víctimas localizadas hasta el momento son todas mayores de edad, de entre 20 y 35 años, aproximadamente.

Por eso, en el comunicado emitido ayer, la propia policía no descarta la existencia de más víctimas en Melilla, Málaga o Córdoba. El rastro que ahora siguen los agentes es también el de los destinos que ha tenido el padre Fran. En agosto de 2017 lo nombraron vicario parroquial de Álora y párroco de Ardales y Carratraca.

En diciembre de 2018, fue designado capellán de los Colegios Diocesanos San José Obrero y San Julián, en Málaga, y San Juan Pablo II, en Alhaurín De La Torre. Y en julio de 2021 lo nombraron párroco de Santa María Micaela de Melilla y capellán del Centro penitenciario de la ciudad autónoma.

Los agentes lo han ubicado en Valdepeñas (Ciudad Real), por lo que también se investiga su paso por allí. Y hacen un llamamiento a posibles víctimas: si lo conocieron y coincidieron con él en alguno de esos viajes, y tienen la más mínima sospecha, pónganse en contacto con el 091 o acudan a la comisaría más cercana.

El Obispado ha emitido un comunicado en el que condena los hechos.

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