Detienen en Málaga a un falsificador internacional obsesionado con Brad Pitt

El mismo, al parecer, contaba con las máquinas y útiles necesarios para crear todo tipo de documentos de identidad y de viaje falsos, según ha señalado la Policía Nacional en un comunicado.

El cabecilla de ese laboratorio ya había sido arrestado en su país de origen, Letonia, por ser el más alto cargo de una organización criminal dedicada a la misma actividad ilícita. Además, sobre él pesaba una Orden Europea de Detención. Y pese a todo, logró escapar de Letonia y asentarse en España.

Durante uno de los tres registros realizados en la operación en la que han intervenido la Policía Nacional, la Policía de Letonia y Vigilancia Aduanera de la Agencia Tributaria se ha hallado, entre otros efectos, la máscara facial de gran realismo que supuestamente utilizó para burlar los controles biométricos de los puestos fronterizos y huir a España sin ser detectado.

Los investigadores nunca habían visto un caso igual. La biografía del detenido da, como mínimo, para una miniserie. No solo es un experto manipulando documentos, también lo es en el arte del escapismo. Tanto que, cuando fue arrestado en su país, Letonia, se evaporó ante los agentes por una puerta secreta de los juzgados que, al parecer, nadie sabía que existía. Una persona cuanto menos curiosa, obsesionada con Brad Pitt y con que nadie descubriera su verdadera identidad.

Son algunos de los trazos que dibujan el perfil del falsificador que, durante años, ha llevado de cabeza a las autoridades de Letonia, Polonia y España. Un hombre aparentemente normal, de 48 años, que vivía como cualquier ciudadano corriente y que solía moverse por la ciudad en bicicleta. Sin dar muestras de lujos ni opulencia de ninguna clase.

Si por algo llamaba la atención de primeras era, precisamente, por su personalidad. De acuerdo con los investigadores, se trata de una persona extremadamente sociable, con un carisma y una forma de ser que infunde confianza de inmediato. Unas dotes de las que, en numerosas ocasiones, se habría valido para conseguir sus propósitos delincuenciales sin levantar la más mínima sospecha.

Estuvieron a punto de meterlo entre rejas en Letonia. De hecho, lo detuvieron y condujeron hasta el juzgado bajo custodia policial. Pero nunca llegó a pasar a disposición judicial. A la más mínima distracción de los agentes, se evaporó del edificio a través de una puerta que nadie conocía. Lo fácil hubiera sido que llamara la atención por la indumentaria que llevaba. Iba en calzoncillos y en camiseta interior y, pese a ello, ahí desapareció su rastro. Pudo parecer un truco de ilusionismo, pero no. Fue una fuga en toda regla.Según fuentes policiales, el sospechoso cambiaba continuamente de domicilio y de país para evitar ser descubierto. En su caso, la expresión de que llevaba una doble vida se queda corta del todo, lo que se aplica tanto a su faceta delincuencial como a la personal. Al parecer, tenía varias familias, con mujeres e hijos, en China, Alemania y Letonia. Eso sí, al margen de la historia que hubiera contado a cada esposa, nunca les fallaba económicamente.

Atraparlo no ha sido tarea fácil, entre otros motivos, porque tenía hasta 25 identidades distintas y una careta de látex de gran realismo con la que burlaba sin problema los controles de los puestos fronterizos para huir de un país a otro. Los investigadores sospechan que con esa misma máscara logró escapar a España en 2020 para acabar estableciéndose en la Costa del Sol.

En cuanto los agentes se dirigieron a él por su verdadero nombre, supo que lo habían cazado, pero hasta el fondo. En la operación con la que se ha conseguido meterlo entre rejas -en la que han intervenido efectivos de la Policía Nacional, la Policía de Letonia y de Polonia- desmantelaron además un laboratorio en el que contaba con multitud de herramientas y máquinas para crear todo tipo de documentos de identidad y de viaje falsos.

Durante los registros, que se efectuaron tanto en el domicilio en el que residía como en otro segundo y en un trastero, los funcionarios hallaron, entre otros efectos, una decena documentos falsificados con una cara y un nombre del todo reconocible. Nada menos que el de Brad Pitt. Al parecer, cada vez que quería probar la maquinaria de falsificación, se cercioraba de su funcionamiento con los datos del famoso actor de Hollywood.

En estas inspecciones, los policías también descubrieron la máscara facial de gran realismo que supuestamente utilizó para burlar los controles biométricos de los puestos fronterizos y huir a España sin ser detectado. Así descubrieron, además, que contaba con más de una veintena de identidades falsas, e incluso con un carnet manipulado de patrón de barco.