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La cárcel de Albacete. CCOO
Imputado el párroco de la cárcel de Albacete por tráfico de drogas

Imputado el párroco de la cárcel de Albacete por tráfico de drogas

El sacerdote, que reconoce padecer un problema de adicción, ha quedado en libertad con cargos tras ser detenido

J.M.L.

Albacete

Viernes, 28 de octubre 2022, 12:02

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El párroco de la prisión de Albacete, más conocida como «La Torrecica», ha quedado en libertad con cargos después de haber sido detenido como presunto autor de un delito contra la salud pública en la modalidad de tráfico de drogas. El cura, que llevaba cerca de un año ejerciendo el sacerdocio en esta cárcel, había estado destinado con anterioridad en el Hospital General Universitario de Albacete.

En su declaración ante el juez tras pasar a disposición judicial ha llegado a reconocer que tiene un grave problema de adicción a las drogas, por lo que será derivado a un centro de desintoxicación.

A raíz de estos hechos, el Obispado de Albacete difundió este viernes un comunicado lamentado lo ocurrido y aclarando que el cura arrestado ha sido puesto en libertad condicional aunque se mantiene su condición de investigado. «Tanto el Obispado de Albacete como la Congregación de la Misión (Padres Paúles), institución a la que pertenece el sacerdote, lamentan y se sienten cercanos al dolor que este hecho provoca en tantas personas», indicó el Obispado albaceteño. Esta congregación es una sociedad de vida apostólica para la evangelización de los pobres y la formación del clero, según la Iglesia Católica.

La cárcel de Albacete en la que ejercía hasta ahora como párroco es un centro mixto para hombres y mujeres, dispone de cerca de un centenar de celdas y cuenta con una plantilla de 150 funcionarios y 50 guardias. También cuenta con un Centro de Inserción Social de 52 habitaciones con capacidad para 102 internos cuyo objetivo es la inserción social y laboral de los presos en régimen abierto.

Cárcel con problemas

Recientemente, el sindicato CC.OO. denunció públicamente la «progresiva e imparable degradación» de este centro, lo que estaba afectando a la reinserción de los presos, a las condiciones laborales de los funcionarios y a la propia seguridad de la cárcel. En concreto, este sindicato alertó de un problema de falta de personal, de casos de persecución sindical y de puntuales agresiones a los trabajadores por parte de los reclusos.

Además, este año un preso provocó un incendio en su celda que tuvo que ser apagado por cinco funcionarios con un forro polar y unos pantalones de lana después de poner a los demás internos del módulo a salvo. Sólo sufrieron heridas dos reclusos de 24 y 39 años. Un incidente que motivó las quejas de los sindicatos porque el fuego fue sofocado por funcionarios sin medios ni formación para esa labor.

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