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A. Serrano/J. Molins/ B. Hernández
Jueves, 22 de febrero 2024, 20:13
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«Es un infierno, es una locura». Entre lágrimas, los vecinos del inmueble devorado por las llamas en el barrio del Campanar de la ciudad de Valencia observan consternados como el fuego avanza sin control. El ir y venir de ambulancias es constante. «Nos han llamado diciendo que la finca ardía pero no sabemos más», dice una vecina pegada al teléfono móvil.
Una mujer que vive en la torre situada enfrente, a unos 30 metros, ha visto iniciarse el fuego. «Ha empezado en el sexto piso y el fuego ha ido bajando hasta que se ha cogido la torre de al lado. La gente pedía auxilio en los balcones«, ha descrito Maite.
Uno de los testigos asegura que ha visto cómo comenzaban las llamas. «Hasta el momento se veían familias en el interior del edificio pero yo no he visto bajar a nadie por la escalera», relata Rafael. Los vecinos observan la tragedia desde la calle, augurando lo peor. «Han tardado demasiado en venir los bomberos. Sí que han venido dos coches muy rápido pero ha tardado en montarse el operativo», opina el testigo.
José Carlos es vecino de la finca que ha sucumbido ante las llamas. En declaraciones a Á Punt ha relatado el infierno en el que se ha visto envuelto: «Hemos bajado varios vecinos corriendo por las escaleras. Yo he cogido sólo el teléfono móvil, las llaves y la cartera». El hombre se encuentra en estado de shock mientas observa cómo se calcina su vivienda.
«En esta finca hay 138 casas. Seremos más de 500 vecinos», cuenta José Carlos. No todos han podido salir a tiempo. Sigue gente atrapada dentro mientras toda la finca se consume por el fuego.
Una academia que atiende a niños con necesidades especiales en el barrio se ha organizado para recoger ropa, elementos de abrigo y comida para los vecinos afectados por el incendio. Eric ha explicado a los medios que un familiar tiene dos locales que están habilitando para cubrir necesidades de afectados: uno como almacén para ropa de abrigo, de niños, calzado y mantas --en la calle Luis Buñuel-- y otro con comida «para todo el que necesite comer o beber que acude ahí directamente y también haya aseo», y que proporcionan vecinos del propio barrio.
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