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Guillermo Maese
Gijón
Domingo, 24 de diciembre 2023, 12:36
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El pasado 11 de diciembre un extrabajador de la escuela de 0 a 3 años de Ribadesella (Asturias) denunció ante la Guardia Civil un posible caso de malos tratos, vejaciones y desatenciones continuadas a un grupo de niños por parte de dos profesoras. Semanas antes hizo lo propio en el Ayuntamiento, ante el concejal de Educación, Pablo García. «Es un modo de trabajo aceptado por todo el mundo», apunta el denunciante en el escrito de acusación al que ha tenido acceso este periódico.
En la denuncia presentada ante la Benemérita se advierte, por ejemplo, de que «cuando los niños están alterados la solución es atarlos con arnés a las hamacas del suelo y a las tronas por espacios largos de tiempo (unos 30 minutos) como forma de castigo». Otro correctivo -apunta el demandante- sería aislarlos en el baño o el comedor. Sobre este último escarmiento aporta fotografías que, según él, reproducen estas escenas. «Otro castigo consiste en subirlos al alféizar exterior de las ventanas del patio para que se tranquilicen cuando están alterados», puede leerse en la demanda. La foto que acompaña a esta noticia hace referencia, supuestamente, a los hechos narrados por el extrabajador, donde incluso puede verse a una de las profesoras demandas atendiendo a su teléfono móvil. Sobre esta forma de castigo existen dos fotos -además de la citada- incluidas en la denuncia.
También sale recogida en la denuncia que «existe el caso de un niño que a la hora de la siesta presenta un caso de estrés elevado, siendo la reacción de las cuidadoras de no prestarle atención, dejándolo solo en el aula, atándolo en la hamaca o encerrándolo en el baño hasta que se duerme por agotamiento». Otro caso particular es el de una niña que «pasa largos periodos de tiempo sentada sola y llorando en el urinario, causándole verdadero pánico ir al baño».
Se trata de niños de entre dos y tres años. El sistema de esta escuela se basa en que el proceso educativo de los niños en el centro sea siempre con las mismas profesoras. Es decir, los cogen desde que entrar con cero años hasta que abandonan el centro con tres. Actualmente, precisa el denunciante, las profesoras investigadas tienen a su cargo cerca de una veintena de niños.
Entre las malas prácticas denunciadas hay casos particulares de niños durmiendo en el suelo del patio, niños a los que durante un tiempo prolongado, y habiéndose hecho sus necesidades encima, no se les cambia el pañal, o niños a los que no se les despierta de la siesta para comer y se les deja en el patio durmiendo sin vigilancia.
Estos hechos, denunciados el 11 de diciembre, se pusieron previamente en conocimiento de la dirección del centro. «Tras hablar con la directora y esperar un tiempo prudencial con la esperanza de que se revirtieran, no hubo ningún cambio», apunta el denunciante. También, y hasta en dos ocasiones, el denunciante le trasladó sus inquietudes al concejal de Educación, Pablo García. «Me dijo que tenía mucho trabajo y que intentaría arreglarlo para el inicio de año», apunta el extrabajador.
A este respecto, el Ayuntamiento asegura a este periódico que mantiene abierta una investigación para tratar de esclarecer los hechos denunciados. Así y todo, ni el concejal ni el alcalde, Paulo García Díaz, quieren hacer declaraciones sobre el asunto.
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