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La titular del Juzgado de Instrucción número 3 de Torremolinos ya ha interrogado a Marco R. G. como presunto autor del crimen de Sibora Gagani, la joven ítalo-albanesa desaparecida en 2014. El 6 de junio se localizó el cadáver de una mujer en el piso que ambos compartieron y, a falta de las pruebas de ADN, todo apunta a que se trata de ella.
Según ha podido saber SUR, el italiano se declaró inocente de los hechos que se le atribuían -en ese momento, la desaparición de Sibora y su posible muerte violenta- y, por lo tanto, se desdijo de la primera versión que dio a los agentes del Grupo de Homicidios de la Policía Nacional.
La declaración ante la magistrada se produjo el 31 de mayo, es decir, cuando aún no se había encontrado el cadáver de la joven. Ese día, Marco compareció oficialmente como investigado en la causa reabierta por la jueza tras la manifestación espontánea del italiano en comisaría.
Como adelantó este diario, Marco afirmó voluntariamente a los agentes -sin la presencia de un abogado- que el cadáver de la joven, con la que mantuvo una relación sentimental durante tres años, estaba oculto entre unas paredes en el ático que compartieron en la barriada del Calvario.
Aquella confesión, según la policía, se produjo cuando Marco, al pasar junto a un cartel donde se exhiben fotos de desaparecidos, y al ver en el mismo la imagen de Sibora, manifestó de forma espontánea: «Quiero colaborar porque esto me va a perseguir siempre, como lo de Marta del Castillo».
En ese momento, Marco se derrumbó aparentemente por el peso de la conciencia y manifestó que Sibora estaba en el ático que compartieron, «enterrada en una pared». El presunto asesino de Paula no llegó a confesar haber matado a Sibora. Al menos no de forma explícita. Reconoció que se pelearon y se limitó a decir: «Me pasé con ella».
Tras esas manifestaciones, la jueza autorizó un registro en la vivienda que el principal sospechoso compartió con Sibora entre 2011 y 2014. El ático, situado a pocos metros del Ayuntamiento y la Jefatura de la Policía Local de Torremolinos, está repartido en dos plantas con terraza.
El primer registro se realizó el 22 de mayo. La policía taladró las paredes del piso e introdujo microcámaras en los tabiques para comprobar si, como decía el italiano, el cadáver de Sibora estaba dentro. No se localizó nada ni en esa inspección ni en la que se realizó al día siguiente.
Marco debió de conocer en prisión el resultado -infructuoso- de ese registro. Cuando la jueza lo llamó a declarar, una semana después de esa inspección policial, Marco modificó su versión de los hechos y, al parecer, se desdijo de la manifestación espontánea que dio en comisaría. Es más, según las fuentes consultadas, proclamó su inocencia.
A la semana, los agentes de Homicidios, tras un recuento de baldosas y con un novedoso sistema de rayos X, localizaron entre unas paredes del ático la caja de madera donde yacía el cadáver de una mujer. Todo apunta a que se trata de Sibora. Y hace buena la versión policial.
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