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Guadalupe Tejero, en una de sus parcelas de cereal. a. díez
Previsiones adecuadas y gestión de insumos, claves para el futuro
SOMOS CAMPO 15 DE MAYO 2023

Previsiones adecuadas y gestión de insumos, claves para el futuro

La agricultora palentina Guadalupe Tejero detalla lo difícil del día a día en una explotación agraria

Andrea Díez

Valladolid

Miércoles, 17 de mayo 2023, 10:32

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Cuando Guadalupe Tejero comenzó con su explotación ganadera con 600 cabezas de ovejas churras y compartía labores en el campo con su marido en sus cerca de 300 hectáreas corría el año 2006 y nada hacía presumir los continuos cambios a los que harían frente en esta siguiente década. En 2016 cerró la explotación ganadera y ahora centrada en el campo observa el cielo, pero también el cuaderno donde tienen que cuadrar los números para que el trabajo sea rentable. «Ahora según están las cosas, lo que podemos controlar son los gastos». Los cultivos de regadío se localizan en el municipio palentino de Castildevela mientras que el secano se distribuye en Tierra de Campos entre las provincias de Palencia y Valladolid.

A la cebada, girasol, alfalfa, veza, garbanzos y lentejas, este año les podçian sumar el trigo porque «lo solemos sembrar en regadío, pero finalmente decidimos no sembrarlo», explica. Lo mismo le ocurrió con la remolacha: «A principio de campaña, siempre nos gusta mucho ver cómo están los embalses por nuestra cuenta y ver cómo está todo. Los pantanos estaban casi vacíos así que a la hora de sembrar nosotros no lo veíamos muy claro». Una decisión meditada después de que recordara que en 2018 «teníamos remolacha nos dijeron que no habría problema con el agua y nos la cortaron en agosto. Te puedes imaginar una remolacha sin regar desde agosto». Desde entonces, Guadalupe Tejero y su marido, Jorge Patiño, tienen claro que «el tiempo no lo podemos controlar, pero los gastos sí».

Para esta experimentada agricultora es necesario calcular el abono y hacer unas previsiones adecuadas porque «a día 30 de septiembre hay unos precios, pero cuando recolectas tu producto no sabes a qué precio lo vas a cobrar». En este sentido, recomienda trabajar, siempre que sea posible, con contratos para garantizar un precio mínimo. «En el caso de colza, lentejas y garbanzos es bueno porque tú sabes hasta donde puedes llegar y empezar a hacer cuentas».

En una pequeña parcela, «es como nuestro laboratorio», van experimentando con distintas variedades porque «al final según está todo, hay que diversificar ya que no se pueden mantener los mismos cultivos y los gastos en insumo». Sus pruebas con cultivos como la quinoa o el alforfón, que necesitan poca cantidad de agua y tienen demanda en el mercado. funcionaron pero se toparon con que «no hay una agroindustria de transformación». En el caso del alforfón explica que se quedó «con once mil kilos que no pude ponerlos en el mercado porque no había una descascarilladora» y en el de la quinoa, «necesitábamos una seleccionadora por colorimetría que no estaba programada adecuadamente para separar el ceñilgo de la quinoa». Sin embargo, anima a cada uno a investigar las posibilidades de los cultivos en sus terrenos.

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