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Me despides, pero me ayudas a buscar trabajo

Me despides, pero me ayudas a buscar trabajo

Cada vez más empresas recurren al 'outplacement' para ayudar a recolocar a sus extrabajadores

Solange Vázquez

Lunes, 25 de diciembre 2023

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Su trabajo empieza donde termina el de George Clooney en 'Up in the Air'. Él primero comunica el despido y después ofrece al aún estupefacto exempleado una carpeta en la que encontrará folletos informativos que, se supone, le ayudarán a superar el mal trago y encontrar una nueva ocupación. En ese punto es donde entrarían en escena las empresas de recolocación ('outplacement', si optamos por el nombre anglosajón), que son consultoras especializadas en facilitar el regreso al mercado laboral a esos trabajadores a los que, ya sea por cuidar de su imagen o por obligación legal, cada vez recurren más las compañías que recortan plantilla.

En realidad, todos podemos acudir a ellas para que nos orienten en la búsqueda de un nuevo empleo o incluso de una nueva profesión sin necesidad de pasar por un despido. Del mismo modo, también puede solicitar sus servicios cualquier empresa que necesite reducir personal y tenga interés en hacerlo de la manera menos traumática que sea posible, pero en España, además, desde la entrada en vigor de la reforma laboral de 2012, hay ocasiones en las que la ley obliga a las compañías a facilitar durante al menos seis meses este acompañamiento a los trabajadores de los que prescinde. La norma, que incumbe a las firmas que no estando en concurso de acreedores realicen despidos colectivos que afecten a más de 50 empleados, exige además que el proceso sea encargado a empresas externas que estén autorizadas por el SEPE o servicio público de empleo que corresponda.

El calado de ese proceso no queda del todo definido en la norma, por lo que en parte depende del grado de preocupación –por los trabajadores o por su propia reputación– y el presupuesto de la empresa que despide, que es a quien la firma de recolocación debe rendir cuentas. «Aunque hay cosas que podrían haberse concretado más, existen exigencias que se deben cumplir para garantizar que el servicio que damos ofrece, por ejemplo, orientación personalizada, intermediación laboral y formación», lamenta Ana Casado, directora de Ars Outplacement, consultora fundada tras pasar ella misma por uno de estos procesos.

«Lo primero siempre es realizar una entrevista personal con cada uno de los afectados para empezar a definir cuál es su perfil laboral. Lo ideal es ir incluso un poco más allá e invitarles a iniciar un proceso de reflexión sobre las competencias que han desarrollado, qué logros (grandes o pequeños) han alcanzado y, sobre todo, cuáles son sus prioridades laborales, pero también vitales. Ya que has tenido un parón, aprovéchalo para pensar y conocerte mejor, para saber qué es lo que, en la medida de lo posible, te gustaría hacer a partir de ahora. Hay personas que tienen claro que quieren seguir trabajando por cuenta ajena y, si puede ser, haciendo lo mismo que hasta ahora y otros que, en cambio, acaban viendo en el despido una oportunidad para emprender, a veces incluso haciendo algo completamente distinto», explica.

«Pasar el duelo»

«Nos movemos mucho por inercia y rara vez nos paramos a pensar todo lo que hacemos, qué valor aportamos. Hacer esa reflexión es especialmente importante cuando estás anímicamente tocado», coincide con ella Nadia Maestro, fundadora y directora de Aldalan, quien añade que «esta primera entrevista sirve además para que nos conozcan y venzan los recelos que puedan tener antes de iniciar el proceso. Hay que tener en cuenta que llegamos de parte de quien lesre

que ver con la actitud que mostremos», advierten.

«El mayor problema con que nos encontramos cuando alguien llega a nosotros es que viene muy desubicado y eso es lo que sí que debemos solucionar durante el tiempo que dure nuestro acompañamiento. Quizá en ese tiempo el trabajador no logre un nuevo empleo, pero sí debemos conseguir que aprenda a sistematizar la búsqueda y se vea capaz de seguir trabajando en sí mismo, en su empleabilidad», explica Maestro. «Hay cosas que no puedes cambiar, pero hay otras sobre las que sí tenemos capacidad de actuación», añade Casado.

Entre ellas, ambas expertas citan, por ejemplo, la ampliación de la calificación profesional, la mejora de nuestras herramientas de comunicación, la reactivación de la red de contactos y la creación una marca personal que nos brinde prestigio a través de la participación en foros o redes profesionales. Y, ojo, porque todo eso es algo en lo que se puede empezar a trabajar incluso antes de recibir la llamada del departamento de Recursos Humanos.

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