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Dani Maiz
La epidemia joven: pizza y 'burger' hasta tres veces por semana ¡y más!

La epidemia joven: pizza y 'burger' hasta tres veces por semana ¡y más!

Los adolescentes asocian ocio a dieta insana

Martes, 4 de abril 2023, 19:01

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Los jóvenes y adolescentes asocian el consumo de hamburguesas y pizzas a sus momentos ocio, cuando salen con sus amigos, después de una noche de fiesta, mientras ven series, fútbol o juegan con sus tablets y móviles. Se han convertido en su opción de alimentación preferente, según revela un estudio realizado por la Universidad Complutense de Madrid sobre 'Hábitos de Consumo y Estilo de Vida de los Jóvenes'. Es una consecuencia de una escasa educación nutricional y una oferta cada vez más a mano, barata y cómoda de estos platos procesados y poco saludables.

Cuál debe ser el límite

El informe realizado entre estudiantes muestra que uno de cada cuatro come más de tres veces por semana platos precocinados y la mitad lo hace, al menos, dos veces. De los que eligen platos preparados, un 55% se decanta por la pizza, el 30% por las hamburguesas, el 22,5% por la pasta o la lasaña y el 16% toma comida china o japonesa. El pollo o pescado con arroz o verduras lo elige el 13%.

¿Y cuál es el límite? «En personas jóvenes, delgadas y deportistas el límite de consumo de pizzas o hamburguesas sería de una o dos veces al mes», apunta el doctor Miguel Ángel Rodríguez González, especialista en medicina preventiva y salud pública. Tres pizzas y hamburguesas a la semana –las peores son las congeladas del súper y las de cadenas de comida rápida, advierte– suponen «un exceso de grasas saturadas, sal y azúcar, además de la carga de aditivos que llevan y los procesos químicos a los que se someten», incide el autor del libro '¿Qué comes?'. Un adolescente obeso tiene un 80% más de posibilidades de ser un adulto con exceso de peso. Y ese consumo excesivo de estos platos procesados «aumenta el riesgo de mortalidad por todas las causas a largo plazo».

La realidad, preocupante, es que las verduras no están entre las preferencias culinarias de los chavales. Una investigación de la Universidad de Baleares revela que entre los alimentos que menos gustan a la población adolescente figuran las vísceras, la coliflor, las anchoas, las judías verdes, las espinacas y el salmón. Y el grupo de alimentos hacia el que muestran un rechazo más rotundo son algunas verduras (especialmente espinacas), lentejas, pescado, purés, col, garbanzos, cebolla e hígado.

Los culpables

¿De quién es la culpa? Pues buena parte es de las costumbres familiares, que han cambiado. «Los padres disponen de menos tiempo para dedicarle a la compra y a la cocina. Las madres trabajan fuera y antes eran las responsables de esa importante tarea y, en general, la alimentación era más sana», señala Idoia Labayen, profesora de Ciencias de la Salud de la Universidad Pública de Navarra.

Otra razón: las tenemos a mano. «Hace unas décadas los refrescos, las bebidas azucaradas y los precocinados no eran frecuentes en casa. Eran caros y apenas los consumíamos. Tomábamos como postre fruta o un yogur natural. Hoy son baratos, muy accesibles y hay una gran variedad en el mercado con una oferta atractiva», precisa la experta. Además de hipercalóricos y baratos, están listos para ser consumidos a cualquier hora, se toman casi sin cocinar ni sentarse a la mesa e, incluso, sin cubiertos. También influye en gran medida que el precio del producto fresco se ha disparado.

Y el tercer punto débil: hay mucho desconocimiento. Hace falta formación de los padres y de los niños desde la etapa escolar. «Es imprescindible sensibilizar a las familias en la necesidad de una alimentación saludable. No todas tienen la formación y la información necesarias. Y sin un criterio nutricional, los hijos comen a todas horas, en cualquier parte y cualquier cosa. Y, claro, cuando llega la hora de la cena no van a tomarse unas verduras», advierte. A esa falta de formación se suma que «no es fácil leer una etiqueta, comprender que los ingredientes de un producto tienen exceso de azúcar, grasa y sal, además de que se utilizan componentes que los hacen adictivos».

Consejos para una buena dieta adolescente

La pediatra Lucía Galán, conocida en redes sociales como Lucía mi pediatra, ofrece unas reglas básicas para la alimentación en la etapa de la adolescencia:

Nada de bebidas energéticas: Cada vez encontramos más efectos nocivos en su consumo por el alto nivel de azúcar y de cafeína. Debemos evitar el máximo posible el consumo de refrescos. En la lista de la compra no han de entrar. Tienen un exceso de azúcares que aumentan las caries, la obesidad y el riesgo cardiovascular de adultos.

Que te acompañe a hacer la compra, como cuando era pequeño, así podréis negociar lo que más le guste dentro de límites saludables.

Nada de salsas de bote: Por mucho que le gusten las salsas de bote, evítalas, llevan exceso de grasas 'malas', sal y azúcares.

Dale información: Explícale, por ejemplo, que la fuente de cereal siempre es mejor integral: pasta integral, pan integral….

Que coma fruta todos los días: Entre horas, si le apetece picar, y de postre tras las comidas.

Compra variedad de frutos secos: Nueces, almendras, avellanas son una excelente fuente de grasas saludables y de energía, además de tomar con ellos calcio.

Motívale para que cocine contigo: Lo que uno cocina siempre sabe mejor... y suele ser más sano.

Muéstrale perfiles en redes sociales de profesionales implicados en la alimentación saludable, jóvenes con los que se puedan identificar. Que sigan a personas que les aporten y les influyan positivamente en sus conductas .

Da ejemplo: Nos sentamos todos a la mesa a comer, nada de móviles, fruta fresca en el frutero siempre, ensalada en el centro, la fruta a bocados y no en zumo. Las verduras, como quieran: con pasta, con arroz, con legumbres... pero son innegociables. El menú, que sea el mismo para todos. Y, para beber, siempre agua.

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