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Protesta de activistas climático en una estación de servicio de Shell. Greenpeace UK
Los beneficios récord de las petroleras llenarían la hucha climática durante dos años

Los beneficios récord de las petroleras llenarían la hucha climática durante dos años

Las grandes compañías del sector ganaron en 2022 más de 200.000 millones de euros por el alza del precio de los hidrocarburos, 20 veces el presupuesto del Miteco

Domingo, 19 de febrero 2023

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208.828.000.000. Esta es la cifra en euros que ganaron en 2022 siete de las grandes petroleras del mundo entre las que se encuentran ExxonMobil, Chevron, Shell, Total Energies, BP, Equinor y la española Repsol. Números que, en los comunicados emitidos por las firmas, van acompañadas de los adjetivos «históricos» o «récord» tras el espectacular aumento de los precios del gas y del petróleo tras la invasión rusa en Ucrania.

«Son unos beneficios escandalosos», señalaba a principios del pasado noviembre el presidente de Estados Unidos, Joe Biden. Un señalamiento al que también se sumaba, precisamente ese mismo mes, el secretario general de Naciones Unidas, Antonio Guterres, en la COP27: «Redirijamos el dinero a las personas que luchan con el aumento de los precios de los alimentos y la energía y a los países que sufren pérdidas y daños causados por la crisis climática».

En los pasados 365 días de 2022, las grandes petroleras se embolsaron 115.853 millones de euros más en comparación con lo ganado en 2021 «y al mismo tiempo están contaminando», responde Marta García Pallarés, miembro de Ecologistas en Acción. «Es una vergüenza», añade.

Las cifras totales de las cuentas de resultados son mareantes y el número de ceros las alarga hasta hacerlas más largas que el PIB de países como Portugal. El Producto Interior Bruto del vecino luso en 2021 alcanzó los 200.318 millones de euros, 8.500 millones menos que lo ganado por este septeto petrolero. «Nuestra demanda es que dejen de contaminar y empiecen a pagar», señala Francisco del Pozo, coordinador de campaña contra los combustibles fósiles Greenpeace España.

Sin cambio de planes

Estas ganancias inesperadas han puesto en duda los planes de transición energética de las grandes petroleras occidentales. Chevron, que cerró 2022 con 34.101 millones de euros de ganancias, anunció el pasado mes de enero un programa de recompra de acciones por más de 70.000 millones de euros para premiar a sus accionistas, mientras que gastará cerca de 1.900 millones en proyectos bajos en carbono en 2023.

Por su parte, la líder europea del sector, la británica Shell, se embolsó 37.249 millones de euros, «la más alta en sus 115 años de historia». Un 'extra' que, de momento, no ha servido para modificar la hoja de ruta en su división de renovables con 3.283 millones de euros, gasto similar previsto para este 2023.

Los cambios sí que han llegado en ExxonMobil, la petrolera fundada por John Rockefeller, aumentó su producción de hidrocarburos el año pasado, mientras que la británica BP ha anunciado que disminuirá el ritmo al que reduce la producción de petróleo y gas esta década. «Necesitamos energía con menos carbono, pero también necesitamos energía segura y necesitamos energía asequible. Y eso es lo que piden los gobiernos y la sociedad de todo el mundo», advirtió Bernard Looney, CEO de BP. Giro que provocará que el recorte de emisiones de gases de efecto invernadero también pegue un frenazo en plena lucha por mantener la meta pactada en el Acuerdo de París. «Cumpliremos con el objetivo cero emisiones para 2050», añadió Looney.

Aunque, los datos, de momento, no apuntan lo mismo. « Las promesas climáticas de las empresas son engañosas», advertía esta semana un informe del Instituto New Climate que aseguraba que las estrategias de las grandes corporaciones solo recortan un 15% las emisiones necesarias para alcanzar la neutralidad climática

Tasa a los beneficios

Por ello, muchas voces han pedido aplicar más mano dura y «que haya mecanismos vinculantes para las empresas», detalla García. «Las petroleras deben rendir cuentas por vender la gran mentira», denunciaba Guterres a finales de enero. Advertencia que acompañaba nuevamente con la petición de establecer un gravamen a los beneficios extraordinarios del pasado 2022.

El secretario general de Naciones Unidas ha animado en varias ocasiones a usar lo recaudado «para ayudar a los más vulnerables». Un guante que recogió Bruselas con la propuesta de limitar los ingresos de las compañías eléctricas europeas y de gravar los beneficios extraordinarios que obtengan las petroleras le permitirá recaudar, según cálculos de la institución, más de 140.000 millones de euros.

Con tan solo un 'mordisco' del 10% a los ingresos extra de las 7 grandes petroleras del año pasado se cumpliría el presupuesto total del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico y sería una tercera parte del dinero anual que destinó la Unión Europea para la lucha contra el cambio climático.

Sin embargo, las empresas han preferido rendir cuentas ante sus trabajadores o quienes les exigen objetivos: sus accionistas. La británica BP, por ejemplo, ha anunciado un aumento del 10% en su remuneración trimestral, mientras que la francesa Total repartirá un segundo dividendo un 5% superior al del año pasado. Shell ha ido más allá y ha anunciado una bonificación salarial del 8% a sus 82.000 trabajadores para celebrar su récord de ganancias por segundo trimestre consecutivo.

Récord de ayudas públicas

El goteo de dólares y euros a los combustibles fósiles el año pasado no cesó a pesar de los planes de descarbonización gubernamentales y las apuestas por la neutralidad climática. Grifo que no se cerró durante los últimos 12 meses y que marcaron un nuevo récord en subvenciones públicas al petróleo, gas natural o carbón tras la invasión rusa en Ucrania.

En total, según datos de la Agencia Internacional de la Energía, un trillón de dólares americanos regaron la producción de estos combustibles. «El Pacto Climático de Glasgow enfatizó que la eliminación gradual de los subsidios a los combustibles fósiles es un paso fundamental hacia una transición exitosa a la energía limpia», apunta la AIE en su informe. «Sin embargo, la crisis energética global de hoy también ha puesto de relieve algunos de los desafíos políticos de hacerlo».

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