Ir en bicicleta al trabajo reduce a la mitad el riesgo de morir
ODS 11 | Ciudades sostenibles ·
Una investigación demuestra los beneficios para la salud de los desplazamientos activos tras contrastar la historia clínica y los hábitos de 82.297 escoceses a lo largo de 18 años
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Ir al trabajo en bicicleta reduce un 47% el riesgo de morir por cualquier causa. Esta elección, saludable y no contaminante, reduce a la mitad las probabilidades de fallecer de cáncer, en un 24% el riesgo de ingresar en el hospital por un fallo del sistema cardiovascular y hasta en un 20% la necesidad de tomar fármacos para la salud mental. La pregunta que inevitablemente se plantea es: ¿Y de un accidente? Tampoco. La posibilidad de sufrirlos por parte de la clase trabajadora cliclista es muy inferior a otros riesgos letales más presentes.
Estas son algunas de las conclusiones alcanzadas por un trabajo de investigación realizado por la Universidad de Glasgow (Escocia) sobre una población de 82.297 vecinos de edades comprendidas entre los 16 y los 72 años, a lo largo de 18 años, entre 2001 y 2018.
Los investigadores han tenido acceso a datos médicos anónimos del 'Estudio Longitudinal Escocés', que incluían desde ingresos hospitalarios, hasta fallecimientos y sus causas, pasando por los fármacos recetados para enfermedades como las cardiovasculares e, incluso, las relacionadas con la salud mental.
Esta información fue cruzada con los hábitos de desplazamiento al trabajo de los escoceses a los que se les hizo el seguimiento. Cada uno contestó a la pregunta «¿cómo viaja habitualmente a su lugar principal de trabajo o estudio (incluida la escuela)?» a través del censo nacional.
Novedoso por su envergadura y detalle
A pesar de que un estudio anterior similar ya cotejaba los beneficios para salud de desplazarse en bici precisamente en Reino Unido, este publicado ahora en la revista BMJ Journal es el de más envergadura por el largo periodo de tiempo que ha sido analizado, así como los matices incluidos en el estudio, que diferencia estadísticamente las enfermedades que pueden evitarse desplazándose en bici o andando, como alternativa activa y no contaminante al transporte público o particular.
Entre una y otra opción, aunque ambas saludables, muestran diferencias. En comparación con los viajeros no activos, los ciclistas tenían un 47 % menos de riesgo de muerte por cualquier causa, un 10 % menos de riesgo de cualquier hospitalización, un 24 % menos de riesgo de hospitalización por enfermedad cardiovascular y un 30 % menos de riesgo de recibir una receta relacionada con esta misma causas, un 24 % menos de riesgo de hospitalización por cáncer y un 51% menos de riesgo de muerte por cáncer y, finalmente, un 20% menos de riesgo de recibir una receta relacionada con la salud mental.
20%
Salud mental
Los trabajadores que se desplazaron en bicicleta a su trabajo de forma regular recibieron un 20% menos de recetas relacionadas con el cuidado de su salud mental.
Para los peatones, los resultados fueron menos llamativos. En comparación con los viajeros no activos, los trabajadores que andaron a sus oficinas mostraron un 9% menos de riesgo de cualquier hospitalización, un 10% menos de riesgo de hospitalización por episodios cardiovasculares o de recibir una prescripción relacionada con estos y, por último, un 7% menos de riesgo de recibir una receta vinculada a la salud mental.
Sobre la probabilidad de sufrir accidentes, el estudio no incluye variables relacionadas con la adapatación de las ciudades al tránsito de bicicletas. Pero sí manejan, e incluyen, el dato de hospitalizaciones por colisiones. Estas sumaron 83 en 18 años, por lo que lo calificaron como «eventos relativamente raros» en comparación con el resto de enfermedades registradas.
Bruce Whyte, investigador del Instituto de Salud Pública y Bienestar de la Universidad de Glasgow y autor principal, defiende que otros estudios anteriores apoyan estos datos al confirmar que «los beneficios del ciclismo para la salud son mucho mayores que el riesgo de lesiones».
Más allá de la salud: un asunto político
La asociación empírica entre desplazarse activamente y tener un mejor estado de salud es relevante en sí mismo, porque pone cifras a la probabilidad de sufrir enfermedades graves y cuáles. Pero este trabajo realizado sobre la población escocesa, reconoce Whyte, tiene relevancia más allá de analizar los beneficios de este ejercicio diario. Se trata de poner sobre la mesa cifras que apoyen el cambio político hacia otras formas más sostenibles de moverse en la ciudad, aunque solo afecte a una pare de ella.
En este sentido, declara el autor principal del trabajo: «Muchos gobiernos y ciudades se centran ahora en realizar un cambio, del uso del automóvil hacia modos de transporte más sostenibles, como caminar y andar en bicicleta, para reducir las emisiones de carbono y otros contaminantes, con el fin de mejorar la habitabilidad. En Escocia existen compromisos similares y la evidencia clara de los beneficios para la salud de los viajes activos proporciona una razón adicional para apoyar la inversión en viajes activos».
Otros países, añade a SMC España el epidemiólogo Manuel Franco, portavoz de la Sociedad Española de Salud Pública y Administración Sanitaria, apoyan económicamente esta elección activa. Pone como ejemplo Bélgica y Dinamarca, donde se bonifica económicamente a las personas trabajadoras que utilizan la bicicleta.
De ahí que considere que las conclusiones de este estudio tiene «implicaciones muy relevantes, tanto para la planificación urbana como para los incentivos individuales para utilizar la bicicleta como transporte». Es muy importante, añade, entender que «la mitigación de la crisis climática pasa por el transporte activo».
La implicación de las empresas, los planes en España
En España, el ministerio de Transportes, a través de la Secretaría de Estado para la Movilidad Sostenible, aprobó la nueva Ley de Movilidad Sostenible que, entre otras muchas medidas, también pretende implicar a las empresas en qué medios eligen sus empleados para acudir cada día al trabajo.
Este texto legal exige a todas las compañías con centros de trabajo dle más de 500 miembros a presentar un plan de movilidad sostenible para sus empleados, en el que el fomento del uso de la bicicleta, de seguro, tendrá un lugar relevante. Algunas empresas ya cuentan con iniciativas particulares, pero cuando acabe el plazo para tener estos planes de movilidad en diciembre de 2024 se verá hasta qué punto estos vehículos se hacen un hueco mayor en los hábitos de los empleados.
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