Casi un centenar de líderes mundiales piden alternar la presidencia de la ONU para lograr la igualdad

A pesar de los cargos enunciados al inicio de este párrafo, la representación femenina es ínfima. «Hay un cambio cultural», señala Arancha González-Laya, exministra de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación de España y ahora miembro de GWL Voices, en un encuentro con este periódico. «El mundo de la empresa ya recoge esta realidad, las ONG y algunos gobiernos también», añade. Pero los organismos multilaterales aún se resisten. «No es ir contra nadie, es recoger cómo es la sociedad», repite.

Aunque los avances en los últimos años han sido lentos, la paridad de género está cobrando impulso en el sistema multilateral. La proporción media de jefas en las últimas cinco décadas del siglo XX ha pasado del 4% hasta alcanzar el 31% en la década de 2010. «Aumenta el número de dirigentes femeninas en organismos de Naciones Unidas, porque muchos de ellos los nombra el Secretario General», recuerda González-Laya. Sin embargo, a la hora de ser designados por los propios países, los nombres femeninos desaparecen.

Uno que sí está es el de María Fernanda Espinosa, directora ejecutiva de GWL Voices y expresidenta de la Asamblea General de Naciones Unidas y ex ministra de Asuntos Exteriores y de Defensa de Ecuador. «A pesar de la abundancia de mujeres maravillosamente cualificadas en el sistema internacional, nuestras investigaciones muestran que los gobiernos favorecen de forma sistemática a los hombres a la hora de nombrar representantes en estos órganos de gobierno», denunció la política ecuatoriana en los Diálogos GWL Voices que se celebran esta semana en Madrid.

Frente a un centenar de mujeres de varios rincones del planeta, esta organización internacional ha puesto negro sobre blanco los números de la infrarrepresentación femenina en los organismos internacionales. Bajo el título Women in multilateralism 2024, esta asociación ha mostrado la incongruencia entre los discursos promovidos por los diferentes gobiernos en materia de igualdad de género y sus acciones en áreas críticas como la seguridad, el clima, la energía, la salud, la inmigración y el comercio y ofrece una ventana de oportunidad para un cambio de tendencia en el liderazgo que sea representativo de toda la sociedad. «Avanzar en la igualdad es todavía una tarea por resolver», denunció Hillary Clinton, exsecretaria de Estado de Estados Unidos que presentó la investigación en la capital de España. «Necesitamos redefinir realmente lo que significa liderazgo en el mundo actual», apostilló la política norteamericana.

Para ello, y tras su análisis, GWL ha puesto en valor la campaña que lanzaron el pasado año de Alternancia de Género de la ONU que garantizaría que, cada dos años a partir de 2025, la presidencia de la Asamblea General de la ONU recayera en una mujer. En la Asamblea General celebrada en septiembre de 2023, Eslovenia, Botsuana y España respaldaron esta propuesta. «La presencia de las mujeres en estas posiciones es sumamente importante, porque representan prioridades e inquietudes que tienen las mujeres», apunta Bettina Tucci, exsecretaria general adjunta de las Naciones Unidas.

En la actualidad, tan solo cinco mujeres ocupan cargos de alta dirección en organizaciones multilaterales. Se trata de la Unión Internacional de Telecomunicaciones, tras 157 años de liderazgo masculino ininterrumpido; la Organización Internacional para las Migraciones en 71 años; la Organización Meteorológica Mundial tras 73 años; el Banco Europeo de Inversiones que estrenará su primera presidenta en la persona de la española Nadia Calviño; y el Banco Centroamericano de Integración Económica.

El evento en su primer día solo ha tenido una voz masculina: Pedro Sánchez. El presidente del Gobierno de España intervino en la apertura de las jornadas para defender la iniciativa propuesta por GWL Voices para nombrar por primera vez una secretaria general de Naciones Unidas. «No puede haber más excusas», expresó Sánchez en el acto 'Women's turn to reshape the future'.

En este contexto, Sánchez defendió que, en materia de igualdad de género, España lleva años predicando con el ejemplo y hoy día es la tercera gran economía del mundo que está más cerca de cerrar la brecha de género.