De título ingeniera, pero, profesionalmente, experta en el mundo de la sostenibilidad. María Malaxechevarría es, desde hace siete años, la responsable de este área en Endesa, a la que ha dedicado prácticamente toda su vida profesional. «Me pareció apasionante cuando me lo propusieron», un trabajo que ha sido reconocido recientemente con el ESG Reporting Awards 2022 por su informe de sostenibilidad. «Es un documento fundamental», asegura. Un texto donde las grandes compañías ponen negro sobre blanco todas sus actuaciones en materia medioambiental, social y de gobierno corporativo, aunque queda trabajo «si no trabajamos juntos, no cumpliremos con los objetivos de 2050».
-Enhorabuena por el premio, ESG Reporting Awards 2022 por su informe de sostenibilidad. ¿Qué importancia tiene que tener este documento para las empresas?
Es un documento fundamental en el que la compañía, de una forma transparente, describe todas las políticas, actuaciones y objetivos en materia de sostenibilidad. Con ello demuestras un compromiso público hacia la sostenibilidad, que hay que reportar y, sobre todo, cumplir.
-¿Los inversores y accionistas aprietan a las compañías con el tema de la sostenibilidad?
Sí, cada vez más y especialmente hay una exigencia medioambiental y sobre cambio climático. Se ha incrementado exponencialmente en los últimos años. Desde hace 10 años, nos hacen más preguntas sobre sostenibilidad, pero también sobre diversidad, inclusión, transparencia y ética.
-Esa exigencia también se ejemplifica en más regulación, ¿cómo influye? ¿Frena su desarrollo o le da más impulso?
Es un tema que está en ebullición. La exigencia en materia de sostenibilidad viene dada por los inversores y también por los reguladores. Hasta hace poco tiempo había varias regulaciones por sector y por países, pero no eran vinculantes. Sin embargo, desde 2018, hay una regulación que obliga a determinadas compañías a reportar este estado de información no financiera, pero es verdad que Europa no es lo mismo que EEUU o que Asia. Es necesario tener una regulación transparente, clara y homogénea en materia de sostenibilidad que ayude a hacer una comparativa de todas las empresas como ocurre en el estado financiero, porque ahí a nadie se le ocurre poner en duda qué es el Ebitda y es igual para todos. Estamos en un momento en el que creo que vamos por el buen camino y confío en que se produzca esta homologación.
-¿Cómo lucháis contra el 'greenwashing'?
Tenemos una estrategia clara de sostenibilidad que va de arriba a abajo en toda la compañía y esto nos permite integrar la sostenibilidad en todas nuestras actuaciones. El plan de sostenibilidad es público y aprobado por el consejo de administración. Nuestra hoja de ruta es muy clara: queremos ser 100% renovables en 2040. Hemos anunciado la salida del carbón al 2027, hemos solicitado el cierre de todas las centrales de carbón peninsulares y, también, hemos anunciado la salida del gas de nuestra generación y comercialización en 2040. Es una estrategia muy avanzada y la gente puede ver si cumplimos con ello.
-Estamos en un momento clave de la transición energética que se ha juntado con una crisis también energética y nos planteamos si volver a atrás o mirar al futuro renovable, ¿cómo ve la situación?
Si lo supiese… El medio-largo plazo, claramente, es un escenario renovable. La Covid-19 y la situación que ahora vivimos ha dejado claro que es necesario avanzar en los compromisos de descarbonización e ir a por energía renovable que tiene una mayor garantía de suministro y no depende de entornos geopolíticos inestables. La situación de ahora demuestra que esa ambición tiene que ser mayor y más rápida. Ahora estamos en un corto plazo inmediato y hablamos de un entorno muy complejo, cualquier decisión que se tome y que no concuerde con un escenario sostenible tiene que ser transitoria y temporal. Tenemos que garantizar un suministro energético que llegue a la población y la industria.
-Hablamos de 2030 como el horizonte clave, ¿estamos cumpliendo los objetivos para llegar a esa meta o llegamos tarde?
Es muy importante marcar una hoja de ruta, Europa quiere ser climáticamente neutra en 2050 y eso implica ir tomando ya decisiones. Nosotros la hemos adelantado a 2040, pero para llegar a esa fecha tenemos que ir reconvirtiendo el mix energético con el abandono progresivo del carbón y del gas. Vemos el 2040 totalmente viable y una gran parte de las compañías ya tienen sus hojas de ruta en 2040 o 2050. Luego hay otros procesos más complicados y llegarán más tarde, pero es necesario que todos nos pongamos a hacerlo, porque si no no llegaremos.
- Centrándonos en usted, ingeniera industrial y máster en MBA… ¿Cómo ha acabado en el ámbito de la sostenibilidad?
En el tercer año, casi el cuarto, me di cuenta de que no me iba a ocupar del mundo ingenieril y que me gustaba algo más global por eso me reconvertí. Empecé a trabajar en un banco de inversión y ahí vi que quería trabajar en una empresa y entré en Endesa. He podido estar en diferentes áreas hasta llegar a la sostenibilidad. Siempre he tenido la oportunidad de aprender nuevas cosas, hace siete años me ofrecieron este puesto y me pareció apasionante.
-¿Qué formación o sensibilidad debe tener una persona que se encarga de este área?
-Creo que tienen que ser personas transversales. Antes venían mucho de la comunicación, pero no solo es poner en valor lo que haces, sino que tienes que ejecutar. Hay que ser global, tener conocimiento y comprender lo que se hace en la casa. A ello tienes que añadir una capacidad de interlocución interna y externa con los grupos de interés para ver sus necesidades, trasladarlos internamente y desarrollar planes de actuación. A mi, especialmente, me gusta ejecutar las cosas en el corto plazo, porque así puedes demostrar que la sostenibilidad aporta valor al negocio.
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