«Es pronto para ver las implicaciones, pero ya se ven cambios», señaló Eloy Revilla, director de la Estación Biológica de Doñana, en la presentación de la memoria anual sobre el estado del parque nacional. Si este paraje natural fuera un paciente estaría en la UCI y bajo observación constante. «Cerca del colapso», denunciaba esta semana la oenegé conservacionista WWF en un informe relacionado con el Día Mundial de los Humedales.
El diagnóstico del paciente no es alentador. «La cuestión semántica es muy importante, pero el impacto del cambio climático y la acción humana es profundo», apuntó Revilla. En 2023, Doñana se volvió a secar por segundo año consecutivo. «Las lagunas permanentes ya no son permanentes», advirtió Rocío Fernández-Zamudio, técnica de la Estación Biológica de Doñana.
Los satélites de Copernicus, los Sentinel-2, certificaron la desecación de Santa Olalla a finales de agosto y semanas antes fueron Sopetón y Dulce. «Ha sucedido de nuevo», anunció el CSIC el pasado verano. Hasta hace unos años, solo estas tres lagunas se consideraban permanentes, ahora ya no. «Que no haya agua influye en todos los organismos y seres que habitan en el entorno», explicó Fernández-Zamudio.
Si no hay agua, no hay peces. Si no hay agua, no hay plantas. Si no hay agua, no hay animales. Y así se puede repetir esta construcción de manera cíclica. El agua de las marismas y de las lagunas del parque nacional «muestran una tendencia decreciente», afirmó la técnica de la Estación Biológica de Doñana. Los litros que llenan estas cubetas provienen de las precipitaciones y de los arroyos afluentes.
En 2023, las precipitaciones en Doñana fueron un 20% inferior a los años más secos de la serie que se suman a dos años muy secos. «Doñana no ha recibido toda el agua que tenía que recibir según la serie histórica», señaló Fernández-Zamudio. A ellos se le añade otra problemática: «El acuífero está sobreexplotado», recordó el director de la Estación Biológica de Doñana. «Y lo es de manera muy intensa en los últimos años y décadas», añadió.
Día Mundial de los Humedales
Su mal estado de salud, es el corazón de Doñana, es preocupante. Sus 'latidos' sustentan el paraje natural del parque nacional y también las actividades que se desarrollan en su entorno. «Estamos gastando más de lo que hay», destacó Revilla ante los medios.
Los piezómetros de la Estación Biológica instalados en 11 de los 16 sectores en los que se subdivide Doñana indican que el nivel es peor que la pluviometría registrada, lo que significa que hay menos agua de la que tendría que haber en consonancia a lo que ha llovido.
«Las lagunas permanentes de Doñana ya no son permanentes»
Rocío Fernández-Zamudio
Técnica de la Estación Biológica de Doñana
El regadío ilegal, aunque se ha reducido en los últimos años a la mitad, la falta de precipitaciones y las altas temperaturas -el año pasado fue el más cálido desde que hay registros en Doñana- son parte de la lista de problemas que tiene el corazón del parque. «Hay que adaptar la demanda de agua», apostilló el director de la estación.
Las proyecciones científicas aseguran un cambio en las precipitaciones y una escasez en la disponibilidad de agua. «Estamos viendo un cambio en el patrón de las sequías mediterráneas», destacó Eloy Revilla. «La tendencia es ir hacia los dos grados y eso apunta a una importante aridificación de la zona mediterránea», destacó.
Especies a punto de morir
Durante el acto de presentación, el director de la Estación Biológica de Doñana señaló que lo que nos muestran los datos de la memoria anual es que hay una serie de sistemas, sobre todo, los más dependientes del agua en Doñana que «están en mal estado». «Nos encontramos con un declive de la mayor parte de las poblaciones. Desde los peces, que en un humedal en el que no llueve han presentado una importante bajada de la mayoría de las especies autóctonas o no se han encontrado, o los anfibios, que también han registrado grandes disminuciones», alertó Javier Bustamante, responsable de la ICTS Doñana.
Las aves acuáticas en Doñana presentaron la décima peor cifra para estas fechas de toda la serie histórica, que abarca 60 años. En el caso de los peces, cabe destacar tres especies autóctonas cuya distribución en el Espacio Natural de Doñana es muy restringida. La anguila, en peligro de extinción, no ha aparecido en ningún punto muestreado, ni siquiera en aquellos donde llegó a ser abundante como La Rocina o el Arroyo del Partido, explicaron los responsables de la Estación Biológica del parque nacional. El salinete, endemismo ibérico en peligro de extinción, tampoco ha podido ser localizado este año en Doñana debido a la escasa inundación que presentaba la laguna del Hondón, mientras que la colmilleja, calificada como 'vulnerable', solo apareción en la Laguna de los Mimbrales.
«Es una mala noticia salir de la lista verde de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza, porque significa que no hemos hecho bien las cosas»
Eloy Revilla
Director de la Estación Biológica de Doñana
Por su parte, la situación de los anfibios también es preocupante. Casi todas las poblaciones de especies de anfibios presentes en Doñana continúan con una tendencia negativa desde 2019, en consonancia con el periodo de sequía, que está afectando a la extensión espacial y temporal de sus hábitats de reproducción. También 2023 ha sido un año con uno de los números de mariposas más bajos por censo. Las bajas precipitaciones y las elevadas temperaturas posiblemente han afectado negativamente a este grupo.
Por último, en los datos aportados sobre las especies vegetales, se puede destacar la tendencia negativa de la especie de flora amenazada Caropsis verticillato-inundata, asociada a suelos húmedos y lagunas temporales, algo esperable teniendo en cuenta la regresión de este hábitat y la prolongada sequía.
Esta situación ha provocado que Doñana haya quedado fuera de la lista verde de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), la mayor organización ambiental del mundo. «Es una mala noticia, porque significa que no hemos hecho bien las cosas», lamentó Revilla. «Nos debe servir para aprender y tener el listado de puntos para mejorar que creo que están en el acuerdo entre la Junta de Andalucía y el Gobierno de España», señaló. «Ahora, esto se tiene que traducir en una mejora».
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