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Juan Carlos Suárez-Quiñones abandona el hemiciclo en la sesión de este miércoles. Miriam Chacón-Ical

Las Cortes reprueban a Quiñones, defendido por el PP y con Vox de perfil

Nuria Rubio (PSOE), Luis Mariano Santos (UPL) y la posible candidatura del leonés Carlos Pollán por Vox anticipan que la batalla del fuego, a seis meses de las urnas, está lejos de mitigarse

Antonio G. Encinas

Valladolid

Miércoles, 10 de septiembre 2025, 13:14

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Quizá este miércoles, después del trago del Pleno-interrogatorio, el consejero de Medio Ambiente, Juan Carlos Suárez-Quiñones, tuviera la tentación de pensar, como canta-recita Robe con Extremoduro, que «después de arder, el infierno ya es solo humo». Que con la táctica de Mazón de intentar poner el foco en la reconstrucción y con Vox decidido a amagar sin pegar y el PSOE despistado, lo peor ya había pasado. Que en unas semanas la vorágine se llevará por delante los rescoldos y llegará a marzo como superviviente, listo para las urnas. Que los votos de los suyos y de los dos no adscritos (Javier Teira y Ana Rosa Hernando, ex de Vox) y la abstención de Vox ponen pie en pared ante una ofensiva en la que recibió la reprobación de las Cortes gracias a los 36 votos de PSOE, UPL, Soria ¡Ya!, Por Ávila, Unidas Podemos y Francisco Igea.

Aunque el Pleno del fuego ha dejado avisos.

Los populares y el equipo de Gobierno de la Junta siguen el resultado de la votación para reprobar a Suárez-Quiñones. Miriam Chacón-Ical

El primero, que en León tendrá difícil hacer campaña. Nuria Rubio, vicesecretaria general del PSOE, es una rival incómoda, como sabe Isabel Blanco de cuando era la que se le oponía en asuntos de servicios sociales, y además es de la tierra de Quiñones. Que tiene que hacer méritos, además, después de la caída en desgracia de uno de los impulsores del cambio de liderazgo socialista, Javier Alfonso Cendón. Y Rubio ya dejó claro en su intervención de este miércoles, en la que el PSOE pedía la reprobación y destitución de Quiñones, que va a dar guerra. Porque conoce el territorio. En el sentido más empático de conocer. «Estuvimos en Villablino una hora y media esperando al presidente del Gobierno y el señor Mañueco no se bajó de su coche», dijo. Y recordó que una de sus procuradoras es alcaldesa, de esas que hicieron frente al fuego. «Está León empapelado entero con la cara del señor Mañueco y del señor Quiñones pidiendo su dimisión», les advirtió. «107.000 hectáreas ardieron en mi provincia, en León, que también es la suya. Pero no le hemos visto por allí, como tampoco en las otras provincias que ardieron».

La mala noticia para los populares, a seis meses de las urnas, es que a Nuria Rubio se le suma UPL, que ya demostró con la pregunta de Alicia Gallego en la sesión de control que sabe que está ante su gran oportunidad de zarandear el sentimiento de agravio, impulsar el 'Lexit', que dicen las pegatinas que adornan León, y situarse en máximos de representatividad. Este miércoles le tocó el turno a Luis Mariano Santos, y el portavoz leonesista dejó caer todas las responsabilidades en el PP. «Supongamos que como decía ayer todo esto ha sido fruto de la climatología. Pues culpa del PP, ¿sabe por qué? Porque han estado dos años gobernando con gente que negaba el cambio climático. Son culpables de la prevención, porque durante 40 años ha permitido que año tras año, verano tras verano, los mayores incendios se ceben con la región leonesa. Son culpables del operativo, porque no tienen unas condiciones mínimas, porque no han sido capaces de darles siquiera un simple avituallamiento». Santos hurgó en la fractura de confianza que la oposición detecta entre Mañueco y Quiñones, por más que el presidente dijera apoyar al consejero. Por mucho que el equipo de Gobierno estuviera presente durante el debate de la proposición no de ley. «Usted cree que el señor Mañueco le apoya. No, señor Suárez-Quiñones. Usted es una toalla en una vía de agua. Y él no quita la toalla porque ese día la gente irá a por él. Por eso está usted ahí sentado todavía, no lo olvide», le dijo Luis Mariano Santos al consejero.

Los socialistas aplauden la intervención de la leonesa Nuria Rubio. Miriam Chacón-Ical

Y por si esto fuera poco, con PP y PSOE enredados en cuitas internas en una provincia leonesa que reparte 13 asientos en las Cortes (un 16% del total), existe la probabilidad cada vez más cierta de que el candidato de Vox sea Carlos Pollán, leonés y de perfil más confiable para un votante PP que otro experimento juvenil como Juan García-Gallardo. Vox, en este asunto de la reprobación, escogió jugar a la acusación equidistante. Por un lado, presume de haber llevado al juzgado a todo quisque por los incendios forestales. Por otro, se abstiene en la votación, con lo que permite que salga adelante pero al mismo tiempo no vota a favor una proposición del PSOE. Iñaki Sicilia jugó a la doble acusación: «Ha llegado tarde y mal el consejero de la Junta y ha llegado tarde y mal el presidente del Gobierno». Y sacó a pasear al Gobierno central a modo de justificación de su abstención. «El PSOE no está para reprobar a nadie. En todo caso a Sánchez y a toda su banda».

Mañueco lo dejó claro el martes. «Sí, lo apoyo», dijo cuando replicaba a Igea, que le preguntó si apoyaba a su consejero. De las dos salidas posibles a la crisis, el PP ha escogido tirar hacia adelante, hablar de reconstrucción y conceder más protagonismo a Isabel Blanco, casi empadronada en León en las últimas semanas, y a María González Corral, que es la que debe atender las necesidades de los agricultores, apicultores y ganaderos afectados. Quiñones salva el puesto, aunque Mañueco no respondió a la segunda parte de la pregunta de Igea, que quería saber si le mantendrá como número 1 de la papeleta del PP por León en marzo. Para defender a su consejero, el portavoz Ricardo Gavilanes optó por hablar de una catástrofe «nacional», criticar la labor del Gobierno durante los incendios y destacar que el consejero, más allá de esa frase ya erigida en mantra de la crítica de «tenemos la mala costumbre de comer», estuvo a pie de obra. «Han decidido emprender una cacería política», le dijo al PSOE. «Quiñones es un consejero comprometido y eficaz».

Quiñones, en fin, acabó reprobado por las Cortes pero salvado por los suyos. Sigue como consejero, porque una proposición no de ley es un asunto político pero con poco mando en plaza. En estas situaciones, los gestos hablan. El martes, ningún procurador pasó por el pasillo principal de acceso al hemiciclo al inicio de la sesión. Lo que comenzó como un modo de evitar a los medios nacionales cuando irrumpió Vox en escena se ha convertido en una fea costumbre que esta vez alcanzó el cénit. Cuando acabó el Pleno, Suárez-Quiñones se dejó ver, sin embargo, por la cafetería con los suyos y por los pasillos, móvil en mano. Quizá tarareaba, como remata Robe en su Coda flamenca, «¡ay del desánimo, que no puede conmigo! ¡ay del destino, que no juegue conmigo!».

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