Martínez tilda las cuentas de «bares, bañeras y platos de ducha» y sugiere que Mañueco debe «descansar de una vez por todas»
El secretario general del PSCyL expone en la Escuela de Gobierno su modelo social y territorial para Castilla y León, con nuevos criterios de financiación para la prestación de los servicios públicos
El secretario general del PSCyL, Carlos Martínez, ironizó hoy tildando el proyecto de presupuestos tumbado en las Cortes de Castilla y León de «bares, bañeras y platos de ducha» y sugirió, alentando a la militancia socialista presente este viernes en la Escuela de Gobierno del PSOE celebrada en el Colegio Arzobispo Fonseca de Salamanca, que el presidente de la Junta, Alfonso Fernández Mañueco, debe «descansar de una vez por todas».
Frente a las cuentas tumbadas ayer en las Cortes a Mañueco, a quien tildó de «cadáver político», Martínez expuso ante los suyos su modelo social y territorial para Castilla y León, con nuevos criterios de financiación para la prestación de los servicios públicos. «Tenemos que creer en nuestra Comunidad. El futuro de nuestro municipio pasa por entender el proyecto colectivo. Y eso no se hace en un tuit, sino mediante la legislación y las políticas públicas vía presupuestos», resumió, lamentando que «en 40 años no han sido capaces de planificar el territorio», en referencia al Partido Popular.
En una mesa moderada por la ministra de Igualdad, Ana Redondo, Martínez estuvo arropado, en su intención de alcanzar el Gobierno autonómico, por otro líderes territoriales, como el presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, y el secretario general del Grupo Socialista en el País Vasco, Eneko Andueza, quien forma parte del gobierno de coalición en Euskadi. No estuvo, aunque estaba previsto, el presidente del Principado de Asturias, Adrián Barbón, quien regresó a su tierra ante el accidente acaecido en una mina de Vega de Rengos.
El líder socialista en Castilla y León comenzó su discurso agradeciendo a sus compañeros la prestación de asistencia en zonas sanitarias, una cuestión por la que acusó al Gobierno 'popular' de ser, desde su punto de vista, «incapaz» de alcanzar todo el vasto territorio castellano y leonés. «Eso nos tiene que hacer plantearnos por qué no tenemos ese sentimiento de Comunidad. Nos pone frente a un espejo crudo y duro de lo fallido que está siendo el modelo territorial con el que tenemos que garantizar los derechos de la ciudadanía», resumió.
Martínez afeó al PP que se quede «de brazos cruzados» a la hora de reivindicar financiación. «En Castilla y León lo que escucho son posicionamientos sumisos cuando el PP es quien gobierna en España y 'antitodos' cuando es el PSOE quien lo hace. El PP planifica con cálculo electoral para tapar la corrupción sistémica que hay aquí o sacar la liebre de trapo para que el escudo mediático no hable de ello», denunció.
Sin embargo, Martínez contrapuso un proyecto «en las antípodas» de lo que representa su rival político. «Frente al aislamiento social, mano tendida. Tenemos un territorio tan vasto que la mitad de los municipios tienen menos de 500 habitantes y el 33 por ciento menos de 100. Pero ahí reside gente. Debemos huir de la trampa al desarrollo, con un PIB muy elevado, pero abocados a ser los los más ricos del cementerio», sugirió.
En este sentido, apostó por la necesidad de redefinir los criterios de financiación autonómica, en sanidad, en educación y en desarrollo industrial. «Necesitamos generar un cambio en el modelo social y territorial. No solo vamos a vivir de vías férreas ni de autovías. Hay que conectar las provincias y, a su vez, las cabeceras de comarca para prestar los servicios. Ese es nuestro empeño: encajar un proyecto político que diga, frente a frente, a los pequeños municipios, que existe esperanza para ellos: porque, si no, esa esperanza se va a la ultraderecha, a Vox», advirtió.
En este punto, Martínez reabrió el capítulo de críticas a Mañueco y aseguró que las Cortes, como espacio de debate, «no es un ámbito que invite a la esperanza» porque, en sus palabras, «parece un tanatorio, no solo porque esté presidido por un cadáver político, sino porque lo que se transmite es la desesperanza, no plantea un mínimo enganche. Mañueco parece un holograma, un personaje detrás de un púlpito, no es alguien que tenga ninguna voluntad de cambiar las cosas, sino de que la corriente le lleve», zanjó.
Frente a ello, su idea es «escalar lo que están haciendo los alcaldes y alcaldesas socialistas en sus municipios» porque, según matizó, «creen y quieren aferrarse al hilo de esperanza». En este sentido, se refirió a la transición ecológica y el Pacto Verde, « Necesitamos territorializar las políticas sectoriales y comarcalizarlas, entendiendo las diferencias en cada una de las provincias», finalizó, antes de mostrarse confiando en una victoria electoral cuando se convoquen los comicios.
Proyecto socialdemócrata
La mesa estuvo presidida por la ministra de Igualdad, Ana Redondo, quien abogó por «terminar con 40 años del régimen de la derecha que ha supuesto abandono y pérdida de población, y privatización de servicios«. «Creo que esta comunidad se merece mirar al modelo socialdemócrata que representa Carlos Martínez porque los socialistas somos capaces de impulsar una transformación que se ve en la calle y en la calidad de vida de los españoles», afirmó.
El presidente de Castilla La-Mancha, Emiliano García-Page, recordó, tras años al frente de su comunidad y varios más como consejero, cómo fue el proceso de construcción de una autonomía que «ansiaba libertad» y que «más que en el origen, se basaba en en el ejercicio». Una gestión, afirmó, gracias a la que la ciudadanía pudo percibir un «inmenso cambio» en el seno de una región tradicionalmente conservadora y en la que trató de «crear región» y ser «más allá de la suma de cinco provincias».
Durante la última parte de su discurso, García-Page se dedicó a criticar la gestión de María Dolores de Cospedal durante los cuatro años que duró su paréntesis de gobierno. «Llegó la crisis y trajo consigo cambios políticos en muchos lugar y en Castilla La-Mancha tuvimos el más doloroso: Cospedal cogió el poder en una región conservadora y lo perdió en solo cuatro años», refirió. Según sus cifras en esta etapa, de incipiente privatización de servicios públicos, se destruyeron 46 empleos al día, mientras ahora se crean 53.
Por su parte, el secretario general del Grupo Socialista en el País Vasco, quien forma parte del Gobierno autonómico junto al PNV, aseguró que el PSOE de Castilla y León lo tiene «fácil» para cambiar las cosas. «Solo hace falta movilizar a la gente» porque «el PSOE lo tiene todo». «A Mañueco la naturaleza no le ha dado ni capacidad de liderazgo, ni proyecto para su tierra», remarcó Andueza, para añadir que quiere «una Castilla y León que sea una tierra de oportunidades para que nadie tenga que abandonar su tierra de origen como hicieron padres y abuelos en los años 60».