Las emisiones de gases de efecto invernadero alcanzan «su máximo histórico»

Los gases de efecto invernadero -fundamentalmente originados por la quema de combustibles fósiles como el carbón, el petróleo y el gas- actúan como una manta que envuelve a la Tierra, atrapando el calor del sol y elevando las temperaturas a un ritmo más rápido que en los últimos dos milenios. En concreto, cada una de las cuatro últimas décadas ha sido más calurosa que cualquier otra desde 1850. Este problema comenzó a alcanzar notoriedad hace más de un cuarto de siglo, en 1995, con la primera de las conferencias anuales sobre cambio climático que organiza la ONU. Aquel año tuvo lugar en Berlín. Dos años después, en Kioto, se llegó por primera vez a un acuerdo para reducir la emisión de los mencionados gases, si bien no entró en vigor hasta 2005. Diez años después, en París, se fijó en 1,5 grados el objetivo de calentamiento global a alcanzar para 2050. Los expertos se han reunido ahora para hacer un balance de los resultados de cara a la nueva cumbre, que se desarrollará en diciembre en los Emiratos Árabes Unidos.

Y el balance, como queda dicho, es poco alentador porque no estamos haciendo lo suficiente. Desde la publicación hace solo dos años del informe del Sexto Grupo de Trabajo de Evaluación 1 del Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático (IPCC) de la ONU han aumentado las emisiones de gases de efecto invernadero en mil millones de toneladas en promedio, el calentamiento global provocado por el hombre ha pasado de 1,07 a 1,14 grados y el presupuesto de carbono restante -una estimación de la cantidad de carbono que se puede liberar a la atmósfera para tener un 50% de posibilidades de mantener el aumento de la temperatura global dentro de 1,5 grados- se ha reducido a la mitad, de 500.000 millones a 250.000 millones de toneladas.

Estos datos se actualizarán en una plataforma creada por la Universidad de Leeds. Y es que expertos insisten en la necesidad de tener estos indicadores al día para poder adoptar las medidas necesarias. Cuanto antes mejor. «Necesitamos ser ágiles frente al cambio climático. Necesitamos cambiar la política y los enfoques a la luz de la evidencia más reciente sobre el estado del sistema climático. El tiempo ya no está de nuestro lado. El acceso a información actualizada es de vital importancia», subrayan. «Las decisiones que se tomen ahora tendrán un impacto en cuánto aumentarán las temperaturas y el grado y la gravedad de los impactos que veremos como resultado», concluyen.

Hace una semana, otro grupo de expertos advirtió de que «la Tierra ya está en peligro». Explicaban en un estudio publicado en la revista 'Nature' que habían hecho un chequeo médico al planeta para llegar a la conclusión de que se habían superado «los límites seguros y justos» en cinco áreas críticas. Uno de ellas era el calentamiento global. Las restantes eran la biodiversidad, la calidad del agua dulce, los fertilizantes -su abuso o, por el contrario, su escasez, que no permite salir adelante las cosechas- y contaminación del aire. «A menos que ocurra una transformación, es muy probable que los puntos de inflexión irreversibles y los impactos generalizados en el bienestar humano sean inevitables», subrayaron.