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Angela Lansbury hablando sobre su papel en la producción de Broadway de Gore Vidal de la obra «The Best Man». REUTERS

Fallece a los 96 años Angela Lansbury, mucho más que la dama del crimen en televisión

La Jessica Fletcher de 'Se ha escrito un crimen', protagonista de películas como 'Muerte en el Nilo' y 'La bruja novata', también fue una leyenda de los musicales de Broadway

Martes, 11 de octubre 2022, 21:51

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Angela Lansbury permanece en la memoria colectiva como Jessica Fletcher, la protagonista de la serie 'Se ha escrito un crimen', que estuvo en antena la friolera de doce temporadas, de 1984 a 1996. Aquella escritora de novelas policíacas, inspirada por supuesto en la Miss Marple de Agatha Christie, era tan sagaz que sus conocimientos detectivescos saltaban siempre de las páginas de los libros a la realidad y en cada uno de los 264 capítulos resolvía un enredo criminal. Sin embargo, Lansbury fue más, mucho más, que uno de los rostros televisivos más populares en las décadas de los 80 y los 90.

Estuvo nominada al Oscar en tres ocasiones, la primera de ellas a los 19 años por 'Luz que agoniza', de George Cukor, su debut en el cine en 1944. Toda una institución de los escenarios, ganó cinco Premios Tony y permaneció en activo hasta hace prácticamente cuatro años. En 2013, la Academia de Hollywood le concedió el Oscar honorífico cuando ya había adquirido un estatus legendario. Lansbury ha muerto este martes a los 96 años, según ha revelado su familia en un comunicado: «A los hijos de Angela Lansbury les entristece anunciar que su madre ha muerto pacíficamente mientras dormía en su casa en Los Ángeles a la 1:30, hora local, solo cinco días antes de cumplir 97 años».

Su longevidad y un ritmo de trabajo que le llevó a alternar toda su vida teatro, cine y televisión explican el prestigio crítico y el cariño del público de una intérprete incansable, que cuando tenía 88 años regresó al West End después de casi medio siglo alejada del teatro londinense para ser la médium de 'Un espíritu burlón' de Noël Coward. Su amor por los musicales, en especial los de su admirado Stephen Sondheim, marcó una carrera irrepetible y una vida marcada por una serie de contratiempos de los que extrajo una fortaleza que supo comunicar a sus personajes.

Angela Lansbury en la película la bruja novata; presentando en Sydney la obra de teatro «Paseando a Miss Daisy» y en la popular serie de televisión 'Se ha escrito un crimen'. ARCHIVO
Imagen principal - Angela Lansbury en la película la bruja novata; presentando en Sydney la obra de teatro «Paseando a Miss Daisy» y en la popular serie de televisión 'Se ha escrito un crimen'.
Imagen secundaria 1 - Angela Lansbury en la película la bruja novata; presentando en Sydney la obra de teatro «Paseando a Miss Daisy» y en la popular serie de televisión 'Se ha escrito un crimen'.
Imagen secundaria 2 - Angela Lansbury en la película la bruja novata; presentando en Sydney la obra de teatro «Paseando a Miss Daisy» y en la popular serie de televisión 'Se ha escrito un crimen'.

Nacida en el este de Londres en 1925, Angela Brigid Lansbury era hija de la también actriz Moyna MacGill y nieta de George Lansbury, máximo dirigente del Partido Laborista en los años 30. Huérfana de padre a los nueve años, vivió algún tiempo en Irlanda y durante la II Guerra Mundial emigró Estados Unidos junto a su madre y sus otros dos hermanos gemelos. Primero vivieron en Nueva York, donde Angela comenzó a recibir clases de arte dramático tras conseguir una beca.

«Una utilidad» que triunfó

Fichada por la Metro Goldwyn Mayer para interpretar a la doncella inglesa de 'Luz que agoniza', cinta protagonizada por Ingrid Bergman y Charles Boyer, aquella primera nominación como actriz de reparto tuvo continuación al año siguiente por su rol en 'El retrato de Dorian Gray'. Sin embargo, los productores seguían sin ver en ella el glamour que estimaban necesario para brindarle papeles estelares. En las propias palabras de Lansbury, «me utilizaron básicamente como una utilidad».

Su tercera nominación al Oscar, también como actriz de reparto, llegaría en 1962 por 'El mensajero del miedo', de John Frankenheimer. Su nombre figura en los créditos de filmes tan populares en su día como 'Los tres mosqueteros', 'Sansón y Dalila', 'La ciudad sin ley', 'La historia más grande jamás contada', el clásico de Disney 'La bruja novata' (también dobló y cantó en 'La Bella y la Bestia' y 'Anastasia') y 'Muerte en el Nilo'.

Los productores de la CBS no las tenían todas consigo cuando el 30 de septiembre de 1984 se emitió el primer capítulo de 'Se ha escrito un crimen'. ¿Una mujer de 59 años resolviendo asesinatos sin que hubiera una gota de sangre ni escenas violentas? Lansbury ya era una institución en Broadway, donde su labor en 'Sweeney Todd' había recibido todas las alabanzas posibles. Pero un parón en 1983 posibilitó que aceptara meterse en la piel de una profesora de inglés jubilada convertida en la reina de la novela negra.

Vida personal

La protagonista de piezas teatrales como 'Mame', 'Dear World', 'Gypsy' y 'Blithe Spirit'  se casó en dos ocasiones. La primera vez, en 1945, descubrió que su marido, el actor Richard Cromwell, era gay. La segunda encontró al hombre de su vida, el agente Peter Shaw, con quien estuvo casada desde 1949 hasta 2003, la fecha en que él falleció. Sus dos hijos en común, Anthony y Deidre, tampoco le pusieron las cosas fáciles: ambos cayeron en las drogas y Deidre, siendo adolescente, formó parte de la secta del mismísimo Charles Manson. En 1970, huyendo de los peligros de la California hippy, tomó el incendio de su mansión de Malibú como un aviso y la familia se fue a vivir a Cork, donde la metadona ayudó a los hijos de Lansbury a desintoxicarse.

En 2017, unas desafortunadas declaraciones de la nonagenaria actriz, según ella sacadas de contexto, en las que insinuaba que el hecho de que las mujeres traten de ser más atractivas las pone en riesgo de sufrir acoso sexual, colocó a Angela Lansbury en el ojo del huracán. «Algunas veces las mujeres deben aceptar su culpa», aseguró en una entrevista mientras se encontraba trabajando en el remake de 'Mary Poppins'. Ella, en setenta años de carrera, afirmaba no haber sufrido nunca ningún tipo de acoso.

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