Secciones
Servicios
Destacamos
Necesitas ser registrado para acceder a esta funcionalidad.
El tres de agosto de 1924 fallecía Joseph Conrad, el genial escritor y marino británico de origen polaco que cambió la literatura del siglo XX. Tránsfuga de nacionalidad e idioma, abandonó su lengua materna para brillar a gran altura en la de Shakespeare tras cambiar la mar por la tierra. Lleva Conrad un siglo navegando entre unas tinieblas que se iluminan en su centenario con nuevas ediciones de obras cruciales como 'Juventud' (1898), 'El corazón de las tinieblas' (1899) -la magistral e inspiradora novela que lo situó en el panteón de la literatura universal-, 'Lord Jim' (1900), 'Nostromo' (1904), 'El agente secreto' (1907), 'Bajo la mirada de Occidente' (1911), 'Victoria' (1915) y 'La línea de sombra' (1917).
«Conrad era uno de los más extraños espíritus de su tiempo», sostiene G. Jean-Aubry editor de la caudalosa correspondencia del narrador polaco-británico nacido como Józef Teodor Konrad Korzeniowski en Berdichev, la actual Ucrania, el 3 de diciembre de 1857, y fallecido como Joseph Conrad en Bishopsbourne, en el muy británico condado de Kent.
Hijo de la pequeña nobleza rural polaca, su padre Apollo Korzeniowski fue un poeta y periodista encarcelado, desterrado y condenado a trabajos forzados en Siberia por su compromiso con la independencia de Polonia junto con su esposa Ewa y el hijo de ambos. Huérfano con once años -la tuberculosis segó la vida de sus progenitores-, mal estudiante interesado solo en la geografía, con dieciséis se enroló como marino mercante y recaló en Marsella. En el velero 'Mont Blanc' navegó por las islas francesas del Caribe y en una frustrada expedición de contrabando de armas para los carlistas en las costas catalanas.
Se ganó la vida surcando por los siete mares las rutas militares y comerciales del colonialismo europeo. Una experiencia determinante para su literatura, como testigo de la locura, los atropellos y abusos, la explotación colonial en nombre del progreso y la ¿civilización? europea. Sus historias son mucho más que simples aventuras con travesías en alta mar y paisajes exóticos, escenarios en los que enfrenta al ser humano con sus demonios: la soledad o la perenne lucha entre el bien y el mal.
Navegó Conrad de Malasia al Caribe y remontó el río Congo de Kinsasa y Kisangani. 'El corazón de las tinieblas', su gran clásico, recoge sus experiencias como capitán del destartalado vapor 'Roi des Belges' en el caudaloso río africano. Las enigmáticas últimas palabras de unos de sus protagonistas Kurtz, «¡El horror! ¡El horror!» revelan dos de las grandes preocupaciones del autor: los excesos de la colonización europea en África y la amoralidad intrínseca del ser humano.
«El el Congo vio un régimen europeo de inenarrable codicia, violencia e hipocresía, y abandonó África en un estado de absoluto descorazonamiento psicológico y moral», escribe en 'La guardia del alba' (Debate) Maya Jasanoff. Destaca la historiadora y catedrática en Harvard como Conrad abordó temas tan actuales como las migraciones, el terrorismo, las tensiones entre el capitalismo y los nacionalismos y la revolución de las comunicaciones de principios del siglo XX.
Tras un intento de suicidio acuciado por sus deudas, navegó Conrad en veleros británicos entre 1878 y 1895, año de publicación de 'La locura de Almayer', su primer libro. Obtuvo la ciudadanía británica en 1886, se tituló como capitán de la marina mercante y contrajo matrimonio con la inglesa Jessie George, que le daría dos hijos. Conrad escribió en inglés, pero lejos de ser simple, su prosa es rica y trabajada, lo que le otorga enorme mérito a una obra que soporta sin desgaste el paso del tiempo. «De no hacerlo en inglés, nunca habría escrito una sola palabra», afirmó Conrad, que cantó las glorias del imperio británico sin dejar de criticar sus atrocidades coloniales.
Pero su sensibilidad no le libró de intentos de cancelación. El novelista nigeriano Chinua Achebe calificó en los años setenta de «libro ofensivo y deplorable» 'El corazón de las tinieblas', la novela que inspiró a Francis Ford Coppola la legendaria película 'Apocalypse Now' -con soldados estadounidenses remontando el Mekong en los estertores de la guerra de Vietnam-, a Werner Herzog 'Aguirre, la cólera de Dios, y a Manuel Gutiérrez Aragón 'El corazón del bosque'.
Harto de navegaciones, Conrad pasó en tierra sus últimos 30, años acomodado a su vida sedentaria y viajando solo en sus libros. Cuando su corazón se detuvo en un plácido sillón de su casa de Kent Tenía 66 años.
Para el centenario Alianza ha recuperado 'Lord Jim', 'Nostromo' y 'La línea de sombra'. Con prólogo de Arturo Pérez-Reverte, Zenda y Edhasa publican al alimón una preciosa edición bilingüe de 'Juventud', que narra la travesía de un navío cargado con seiscientas toneladas de carbón con destino a Bangkok. Alfaguara relanza 'El corazón de las tinieblas' prologado por Juan Gabriel Vásquez, que celebra «una de las ficciones más ambiguas, inasibles y enigmáticas de nuestra tradición, uno de esos libros -son muy pocos- sin los cuales sabríamos menos. Aunque es verdad: en este libro se cuentan cosas que preferiríamos no saber. Tal vez por eso lo seguimos necesitando». Debolsillo reúne en 'Cuentos escogidos' quince de sus mejores relatos ambientados en el mar, el archipiélago malyo en Europa o Sudamérica.
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Muere Jesús Melgar, periodista y productor de Jesús Quintero
ABC de Sevilla
Publicidad
Publicidad
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para registrados
¿Ya eres registrado?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.