Muere Rosa Regàs, escritora, editora y exdirectora de la Biblioteca Nacional

La escritora Rosa Regàs falleció este miércoles a los 90 años en su residencia de Llofriu (Girona). Ganadora de los premios Planeta y Nadal, entre otros reconocimientos, la novelista (Barcelona, 1933) y articulista durante varios años de los diarios regionales de Vocento fue también directora de la Biblioteca Nacional de España durante un trienio. Sin embargo, dimitió de este cargo debido a las discrepancias que mantenía con el Ministerio de Cultura que encabezaba entonces el también escritor César Antonio Molina.

Hija del dramaturgo Xavier Regàs i Castells, un convencido republicano, pasó sus primeros años de vida –que coincidieron con la Guerra Civil– en Francia. A su vuelta a España, sus abuelos decidieron llevarla a un internado. Sus estudios acabaron con la licenciatura en Filosofía por la Universidad de Barcelona.

Su primera publicación fue en 1987, a propuesta de Carlos Trías Sagnier. Escribió 'Ginebra', un ensayo sobre la capital calvinista del lago Lemán –en la que residía en aquel momento– y sus peculiares habitantes. La lista de obras continuó ampliándose con publicaciones como 'Memoria de Almator', que se convirtió en su primera novela, o 'Azul', una historia con la que logró hace treinta años el Premio Nadal.

En 2001 se alzó con el Premio Planeta gracias a su novela 'La canción de Dorotea', en la que cuenta los descubrimientos que una profesora de biología molecular hace en una casa de campo que había heredado de su padre. En mayo pasado presentó su última obra publicada, un libro de memorias titulado 'Un legado. La aventura de la vida' y elaborado junto a Lídia Penelo.

Los trabajos de Regàs no solo se ciñeron a la escritura, también ejerció como editora o traductora independiente en algunas de las delegaciones de Naciones Unidas, como las de Ginebra, Nueva York, Nairobi, Washington o París. También dirigió el Ateneo Americano de la Casa de América de Madrid y la Biblioteca Nacional. Sin embargo, este último cargo acabó con sabor agridulce pues decidió dimitir debido a que, según explicó en aquel momento, no se sentía respaldada por Molina.

Tras conocerse su muerte se sucedieron las reacciones desde el mundo de la cultura en reconocimiento de su figura profesional. Así, el titular actual de esta cartera en el Gobierno de coalición entre PSOE y Sumar, Ernest Urtasun, destacó su «legado vital y literario», al tiempo que la ensalzó como «ejemplo de ironía, audacia intelectual y compromiso con la sociedad». «Nos deja una gran escritora, voz libre de tantas mujeres en tiempos de silencio, tan admirada como íntegra en sus convicciones», escribió en su perfil de la red social X.

Por su parte, el alcalde de Barcelona- ciudad donde la escritora pasó gran parte de su vida-, Jaume Collboni, lamentó a través del mismo canal la perdida de «una voz relevante que nos deja un gran legado cultural, al tiempo que destacó »su compromiso social y feminista seguirá inspirando a generaciones«. Asimismo, las editoriales Planeta y Seix Barral, con las que colaboró Rosa Regàs, también mostraron pesar por su fallecimiento.

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