Wembanyama roza el cuádruple-doble, pero sucumbe ante Jokic

Wembanyama sigue asombrando en su primera temporada en la NBA. Las expectativas eran gigantestas, pero el galo está respondiendo con creces a la opinión de quienes vaticinaban que su irrupción en las pistas norteamericanas estaba destinada a cambiar la historia del baloncesto. En la noche del martes al miércoles, se quedó a unas pulgadas de convertirse en el quinto jugador en la historia de la NBA capaz de rubricar un cuádruple-doble, algo que solo han sido capaces de hacer hasta la fecha Nate Thurmon, Alvin Robertson, Hakeem Olajuwon y David Robinson. Su descomunal talento no basta para sacar del pozo a los San Antonio Spurs, uno de los peores equipos de la competición, pero al menos ofrece un rayo de esperanza para la franquicia que lidera Gregg Popovich desde la banda desde hace más de dos décadas.

En el Ball Arena, Wembanyama tuvo como principales apoyos a Malaki Branham, que encestó 24 puntos, y a Tre Jones, quien anotó 10 tantos, capturó 12 rebotes y repartió 11 asistencias. Pero las ausencias de pesos pesados en los Spurs como Devin Vassell, Jeremy Sochan y Keldon Johnson pasaron factura al conjunto texano, que hincó la rodilla ante unos Nuggets con mayor fondo de armario y una estrella sideral como Jokic.

La noche en la NBA trajo consigo también la feliz noticia del regreso a las canchas de Joel Embiid. Después de tres meses alejado de las pistas por una lesión en el menisco de la rodilla izquierda, el pívot camerunés demostró estar en plena forma y contribuyó, con 24 puntos, seis rebotes, siete asistencias y tres recuperaciones, al triunfo de los Philadelphia 76ers sobre los Oklahoma City Thunder por 109-105.

Además, los Dallas Mavericks de Luka Doncic vieron segada su extraordinaria racha de siete victorias consecutivas al caer ante los Golden State Warrriors por 104-100. El base esloveno selló su vigésimo triple-doble del curso con 30 puntios, 12 rebotes y 11 asistencias, pero su nueva exhibición resultó baldía ante unos Warriors más corales que certificaron el triunfo con un decisivo tapón de Daymond Green sobre Daniel Gafford cuando restaba un minuto y medio para la conclusión del choque.