El Athletic resiste y llega en ventaja a San Mamés

Consciente de que el factor cancha tiene mucho que decir en esta eliminatoria, el Atlético afrontó el partido desde la máxima intensidad. Un balón rechazado en el área vasca no lo aprovechó Witsel, blando en el cabezazo a las manos de Agirrezabala, mientras el conjunto colchonero no ofrecía respiro alguno en la presión, sin que el balón le durase un suspiro al Athletic, sorprendido por el arreón inicial del Atlético.

Los leones respondieron con un remate desviado de Vivian, pero Valverde, inquieto emborronando su libreta, no terminaba de ver despejado el panorama. Griezmann volvió a amenazar el marco visitante con un centro-chut envenenado pero el duelo entró en una fase de equilibrio, de duelo táctico y más disputa que brillo. Caminaba el partido por la indefinición cuando un error de Reinildo lo cambió todo. El mozambiqueño arriesgó demasiado ante Beñat Prados y se llevó por delante al centrocampista navarro sobre la línea de su área. Penalti claro, tanto como la ejecución de Berenguer, el hombre destinado a tapar el agujero provocado por la ausencia de Nico Williams.

El Atlético se sumió en la duda con el revés y dio alas al Athletic, lastrado por serios errores en la entrega en zona defensiva. Simeone, que encaró la eliminatoria como un partido a 180 minutos, trató de insuflar a los suyos la calma necesaria para una disputa larga, en la que nada estaba todavía perdido. Recuperó enteros el conjunto colchonero antes de la pausa y rozó la igualada tras un error de bulto de Agirrezabala, que dejó escapar el balón ante Memphis y fue redimido por el rápido despeje de Paredes. Sin ocasiones claras, pero animado por los riesgos asumidos por ambos equipos en la construcción del juego, el epílogo de la primera parte fue atractivo, digno de la expectación que generaba la semifinal.

El descanso redobló la apuesta del Atlético por asumir el mando del partido. El primer cuarto de hora de la segunda parte fue totalmente colchonero, pero aunque rondó constántemente el área vasca, sacó escaso rédito en forma de oportunidades para el empate. Lino tuvo la más clara, pero cruzó en exceso un disparo raso.

El Athletic aguantó la embestida y se estiró ya capeado el temporal. Villalibre, fresco tras sustituir a Guruzeta, pudo asestar un golpe trascendental a la eliminatoria pero remató al lateral de la red un balón rechazado por Oblak. Bien es verdad que tenía poco ángulo el Búfalo, protagonista de uno de esos errores de los que se recuerdan si el guión se acaba torciendo.

Samuel Lino, el mejor del Atlético en el partido, asumió el protagonismo en el tramo final con una incursión tras otra por el carril izquierdo. Otra vez se le fue pegado al poste el remate, pero insistió, esta vez con un buen pase para Griezmann, que se topó con Agirrezabala, valiente en la salida para achicar el espacio al francés. El Cholo alentó a la grada y su equipo se desmelenó contra el crono, amenazado con una derrota en casa más de un año después, en el peor momento posible. Morata falló en el control a la hora de la verdad y Correa se topó con la providencial aparición de Lekue bajo palos. No era la noche atlética y lo corroboró el penalti de Yeray sobre Morata, que se esfumó por un fuera de juego del delantero madrileño detectado por el VAR. Ahí se consumió la llama colchonera, que se jugará la final en territorio hostil pero no arroja la toalla.