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Daniel Panero
Viernes, 29 de marzo 2024, 07:04
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En el Estadio Lluis Companys se miden dos entrenadores que se conocen, que se admiran y que incluso utilizan el mismo libreto. Xavi Hernández y Francisco García Pimienta están cortados por el mismo patrón, ese que se usa en el Barcelona cada vez que alguien se sienta en el banquillo para perpetuar el estilo azulgrana. Será una batalla contra el espejo entre el actual entrenador culé y el que, quién sabe, lo puede ser en el futuro, algo que parece improbable a corto plazo mientras Joan Laporta esté al frente de la entidad.
«No he vuelto a tener contacto con Laporta, pero gracias a su decisión estoy aquí. Tuve la oportunidad de venir a Las Palmas y es una historia inmejorable», afirmó García Pimienta antes de medirse al Barça en la primera vuelta. Su adiós a la entidad culé, seis meses antes de llegar al banquillo canario, fue muy sonado. Lo fue porque Laporta decidió fulminarlo por «motivos deportivos» después de 19 años entrenando en el club de su vida. Y es que muy pocos en la estructura azulgrana conocen los entresijos del estilo que lleva a cabo el Barcelona, muy pocos son tan fieles a esa idea, como el entrenador barcelonés.
Otro técnico que puede presumir de ser fiel a esa idea en todo momento es Xavi. Mientras García Pimienta dirigía al cadete azulgrana en 2001 como ayudante de Álex García, el de Tarrasa se preparaba para una clase avanzada de entrenador desde el mismo centro del terreno de juego. Desde allí dirigió a sus compañeros, batuta en el pie, durante casi dos décadas en las que fue el metrónomo y el jugador que daba sentido al mejor Barça de la historia. Xavi siempre ha ejemplificado el estilo del Barcelona, algo que también ha caracterizado a García Pimienta a lo largo de su carrera.
Por eso, el partido en el Lluis Companys será una batalla táctica en la que se medirán dos equipos de igual a igual. Tanto el Barça como Las Palmas juegan al fútbol con la idea de ser protagonistas a través de la posesión del balón. Ese «si nosotros tenemos la pelota, ellos no nos pueden hacer ningún gol» que siempre pregonaba Johan Cruyff lo tienen los dos equipos incrustado en el cerebro. Ya en la ida, se pudo ver un partido equilibrado en el que Las Palmas se adelantó gracias a un gol de Munir, exculé, y en el que el Barça terminó remontando en la recta final gracias a un tanto de Ferran Torres y otro de Gündogan en el descuento tras un discutido penalti. En Montjuic vuelve la batalla por el estilo, dos entrenadores con ADN Barça frente a frente.
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