«Sí podría haber ido, pero no reunía las condiciones para una carrera así»

Lale Cubino supo siempre que lo suyo eran las carreteras cuesta arriba. Escalador colosal, ganador de etapa en las tres grandes y mundialista, el sueño olímpico no lo fue en su caso porque los derroteros del ciclismo iban por otro lado.

Cubino (Béjar, 1963) admite que acudir a unos Juegos Olímpicos no estuvo casi nunca en su radar. Sí, pudo serlo cuando todavía militaba en el ciclismo amateur, pero ni los trazados ni el formato de la competición le beneficiaban y, también, admite que su verdadero nivel lo dio ya como ciclista profesional.

«En los años que yo empecé de amateur, del 82 al 86, los ciclistas profesionales no podían ir a los Juegos. Sí podría haber ido, pero no reunía las condiciones necesarias para una carrera así», recuerda el bejarano, que vio como el equipo de Los Ángeles 1984 tenía a un tal... Miguel Induráin, antes de ser profesional.

«Yo siempre fui un corredor de montaña y el de la Olimpiada es un circuito llano al que hay que dar vueltas y puede haber un repecho, pero nunca grandes montañas. Aunque los profesionales hubiéramos podido ir, yo no hubiera sido convocado, había otros corredores más capacitados que yo», explica el bejarano, que no obstante sí tuvo experiencia y algún buen resultado en las carreras del Mundial, muy similares.

«Fui a cuatro campeonatos del Mundo que es parecido, pero en el mundial participábamos doce corredores y en los Juegos, la selección era sólo de cuatro. Había corredores mejores que yo para una carrera de un día, era más fácil entrar en la selección del Mundial que en los Juegos», reconoce.

«En el ciclismo profesional la carrera de los Juegos no es una de las carreras más importantes. Tu haces Tour, Giro o Vuelta, y quizás después vienen los Juegos. No es como el atletismo o la natación. Para los ciclistas es más importante un Tour de Francia que una olimpiada», asegura.

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