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Francisco González
El decepcionante sueño olímpico de cuatro deportistas de Salamanca que lo ganaron todo

El decepcionante sueño olímpico de cuatro deportistas de Salamanca que lo ganaron todo

Fueron pluricampeones de España, ganadores en el Tour o de la Copa de Europa, pero nunca lograron participar en unos Juegos Olímpicos: Rosa Colorado, Lale Cubino, Óscar Jiménez y Yolanda Reyes nos cuentan las circunstancias que se lo impidieron y qué supuso en sus carreras, entre la amargura y la redención

Félix Oliva

Salamanca

Domingo, 4 de agosto 2024, 09:56

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Participar en unos Juegos Olímpicos es el sueño de todo deportista desde que hace más de un siglo se reinstauró este festival de origen clásico, la cota máxima a la que se puede aspirar, pero reservada sólo para los excelentes. Pero no siempre basta con ser los mejores para conseguirlo y si no que se lo digan a cuatro de los deportistas salmantinos más brillantes de todos los tiempos a los que une la decepción de no haber sido olímpicos. Una cruz que no todos llevan igual.

Sólo un puñado de los que se adentran en el deporte de alto nivel lo consiguen y en la lista de todos los tiempos están, también entre el puñado de los salmantinos olímpicos, los mejores de los mejores. ¿O no? ¿Hay grandes deportistas que nunca probaron las mieles olímpicas? ¿Ha sido una espinita en su carrera? ¿Qué ocurrió? Detrás de las historias de cuatro de los mejores deportistas salmantinos de todos los tiempos están los motivos por los que gigantes como Rosa Colorado, Lale Cubino, Óscar Jiménez o Yolanda Reyes no lo lograron. Historias que hablan de la dureza de la competición, de la evolución del olimpismo, de decisiones cuestionables y de esperanzas que se rompen.

La importancia de las tres grandes

Lale Cubino

La importancia de las tres grandes

El bejarano Laudelino Cubino es uno de los grandes escaladores que ha dado el ciclismo español y, a pesar de los años que han pasado desde su retirada, sus gestas todavía se recuerdan. Rey de Luz Ardiden, es el ciclista que más veces ha coronado en cabeza este coloso del Tour y lo hizo en sus mejores años, en la ronda francesa y la Vuelta a España, donde, además de en el Giro, logró ganar etapas. Es, de hecho, uno de los pocos que ha logrado victoria en las tres grandes.

El bejarano fue un imprescindible de las cumbres y eso le condicionó para los Juegos Olímpicos de los que, definitivamente, le apartaron las reglas. El ciclismo estaba en el programa de los primeros juegos modernos en 1896, pero hasta más de un siglo después estuvo vetado a los profesionales en un deporte en el que el profesionalismo y las grandes vueltas lo eran todo.

Cubino se pasó a profesionales en 1986, año en el que ganó una etapa del Tour del Porvenir. No pudo aspirar a ser olímpico en 1984 a pesar de que todavía era amateur. Según él mismo explica, no era un ciclista destacado de aficionado y tampoco tenía las características necesarias para una carrera como la de unos juegos, tipo clásica; algo que no es del todo cierto, ya que en su vida fue una vez campeón de España y otra octavo en un Mundial. También influyó que la selección para unos juegos es mucho más reducida, con pocos ciclistas (3 en lugar de los 8-12 habituales de los mundiales).

Cubino hizo carrera en el ciclismo profesional: tres etapas en la Vuelta, dos en el Giro, una en el Tour, la subida al Naranco, victorias en el Dauphiné, etapas y generales en España y Colombia... 35 victorias en una década de profesional en equipos míticos como Zor, BH, Amaya o Kelme. En 1996, el año de su retirada, el ciclismo olímpico se abrió a los profesionales: fue el año del oro de Induráin en contrarreloj.

Sin embargo, no le pesa haber quedado fuera. Explica que el ciclismo olímpico ha ido adquiriendo una importancia que, en sus mejores años de profesional, no tenía, cuando estaba muy lejos de la trascendencia de las grandes vueltas en las que Lale sí brilló.

La 'espinita' tres veces clavada

Yolanda Reyes

La 'espinita' tres veces clavada

Yolanda Reyes (Alba de Tormes, 1971) fue un talento de los que emergieron y emergen todavía en Salamanca. Cuatro veces campeona de España e internacional, fue velocista y relevista y eso le permitió ser cinco veces mundialista, pero nunca olímpica: hasta tres ciclos olímpicos le fueron esquivos cuando acariciaba la convocatoria.

Tocada con el gen de la velocidad, dos decisiones técnicas que todavía hoy le duelen y una lesión inoportuna la alejaron de Barcelona, Atlanta y Sidney. Tiene bien en su mente quiénes fueron los responsables y las circunstancias en las que se quedó fuera, pero no quiere mover aquellas aguas tantos años después.

Como ha ocurrido ahora, los criterios y las decisiones técnicas discutibles siempre han estado ahí y a la albense le tocó la peor parte: un seleccionador que opta por una compañera a última hora, una lesión a última hora y un relevo del que te caes a última hora cuando eras titular son sus experiencias.

Con todo, reconoce que el sueño olímpico es todavía su espinita clavada: «Compañeras con peores resultados que yo lo fueron, y eso duele». Ahora lo disfruta como entrenadora de varios deportes y especialista en condición física y se pierde pocos campeonatos. Los Juegos de París los está siguiendo a tope y espera ya el día del debut de los salmantinos.

Estrella del 'deporte de moda'

Óscar Jiménez

Estrella del 'deporte de moda'

Hubo un tiempo en el que el fútbol sala fue el 'deporte de moda' en España y su pujanza en medio mundo llegó a convertir a la especialidad en una amenaza para el 'fútbol 11' y aspirante por derecho propio a entrar en el programa olímpico. Fueron los años en los que tuvo su propia federación internacional, al margen de FIFA y UEFA, años en los que nació la Liga Nacional de Fútbol Sala y de la eclosión de este deporte en España con decenas de miles de licencias.

En Salamanca también se vivió la fiebre del fútbol sala y, tras originarse con un título de Copa en Pizarrales, disfrutó de las mieles del éxito con un equipo en la máxima categoría: el Sol Fuerza de División de Honor. Por allí pasaron leyendas como Toñín, Chuchi, Pipe, Eugenio, Juanlu... que se midieron pronto a las estrellas brasileñas que recalaron en la liga española. Entre los jugadores locales destacó Óscar Jiménez, un portento que se convirtió en pocos años en uno de los mejores jugadores del mundo, sin paliativos.

Cierre portentoso en Salamanca, fichó por Caja Segovia (también pasó por Interviú, el equipo de García) y allí marcó una época en la que fue campeón de Liga, de Europa, cuatro veces de Copa... lo que le llevó a ser internacional con España en un momento en el que la selección era ya la mejor del mundo.

Óscar recuerda los intentos por convertir el fútbol sala en olímpico y lo cerca que estuvo por la presión de los países iberoamericanos, donde la especialidad surgió y explotó como ninguna. Sin embargo, no se consiguió, después los organismos del fútbol tomaron el control de su versión de pabellón y el tren olímpico pasó, puede que para siempre.

El salmantino reconoce que le hubiera gustado serlo, pero que no le ha quedado la espinita clavada gracias a un palmarés muy grande y a su trayectoria profesional. Ahora es responsable de patrocinios en Joma y, en la marca que viste a los olímpicos españoles en París y a muchos deportistas y equipos, ha tenido contacto con deportistas que sí lo fueron y ha podido ir a varias ediciones.

El cruel destino de la campeona de todo

Rosa Colorado

El cruel destino de la campeona de todo

Luminaria del atletismo durante más de veinte años, Rosa Colorado es todavía la atleta española con más títulos nacionales, 30 en categoría absoluta según la RFEA. Su polivalencia y rendimiento en multitud de pruebas, de la velocidad a las vallas o las combinadas, la convirtió en imprescindible sobre el tartán. Sin embargo, su fulgor llegó en un tiempo en el que el atletismo español, y más el femenino, todavía estaba despertando.

En su época, clasificarse para los grandes campeonatos era una quimera por calendario y por exigencia de las marcas.Y eso cuando había, porque cuando la salmantina ya reinaba en las pistas todavía no se había disputado el primer Mundial IAAF. Los Juegos eran la mayor aspiración, pero clasificarse era un mundo.

La primera olímpica en atletismo no llegó hasta 1976, en 1980 no fue ninguna atleta española a Moscú y en 1984, sólo dos. Este largo período abarca los años de Rosa Colorado que llegó a 1988 con una última oportunidad, clasificarse para Seúl en su prueba, los 800 metros. Sus esperanzas eran máximas porque en 1987 había logrado el récord de España con 2:00.33, a punto de bajar de la barrera de los 2 minutos, un nivel altísimo incluso hoy 40 años después.

Sin embargo, el año olímpico fue complicado. La clasificación, como ella cuenta, fue de alto voltaje con una última carrera en la que se decidió todo en España. Después protagonizó un accidente mortal, que empañó su preparación. Pero llegó a Seúl y el destino le tenía reservado otro mal trago. El día antes, con calle asignada, tuvo que renunciar a correr con una fuerte amigdalitis. La gloria olímpica se escurría entre sus dedos.

Ahí acabó el sueño olímpico de Rosa y casi el atletismo. Tras más de dos décadas de sacrificios, dejó el alto nivel y los entrenamientos, pero se enroló en el circuito de millas y demostró su categoría, hasta el punto de que fue tentada para regresar. No lo hizo, pero años después, ya como brillante entrenadora, dirigió el ADUS campeón de Copa por clubes y convirtió en olímpicas a tres de sus atletas.

Créditos

  • Ilustraciones Francisco González

  • Vídos José Manuel García

  • Entrevistas María Pedrosa y Félix Oliva

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