El salmantino que quiso llevar a los Juegos Olímpicos el fútbol sala: «Es una batalla ya perdida»

Luchó por estar. Acarició el cielo con el fútbol sala. Voló. Fue cuatro veces internacional, ganó dos ligas, cuatro copas de España, tres Supercopas y una Copa de Europa. Pero nunca llegó a los Juegos Olímpicos como jugador profesional. Una espina que guarda clavada y que lima con el paso de los años al convertirse en el representante de la marca Joma en el evento deportivo más laureado a nivel internacional. Óscar Jiménez quiso que su deporte alcanzara la entidad de olímpico y con él dentro, pero nunca llegó a serlo.

Con la Alamedilla de fondo y un calor sofocante, lugar que ha llegado a ver totalmente lleno -afortunado- y que le lleva a los «mejores recuerdos» de su vida, analiza el pasado, se enorgullece del presente y reclama mejoras para el futuro.

«Este pabellón todos los sábados era una inyección de adrenalina», señala mirando a su alrededor. Sin necesidad de decirlo, se percibe como reproduce imágenes en su mente de aquellas tardes mágicas que muchos salmantinos no llegaron a vivir. «Cuando hablo con mis hijos o los de Toñín, Uge o Chuchi -antiguos compañeros- alucinan. Les enseñamos fotos de un pabellón totalmente lleno. Era increíble. No se entraba. Son historias de abuelo cebolleta con las que todavía se nos ponen los pelos de punta», cuenta.

Estas historias 'de abuelo cebolleta' tienen su origen en Salamanca, de la mano del Sol Fuerza, para llegar a la selección de Castilla y León y acabar fichando por Caja Segovia, donde triunfó hasta recibir la llamada de la Selección española, llegando a estar en la lista de los 25 convocados para el Mundial. «Había mucho nivel de jugadores y hubiera ido quien hubiera ido, seríamos campeones».

«Nosotros nunca fuimos los interlocutores y por eso no se consiguió. Al final, somos una sección del fútbol y cuando se tuvo que negociar... creo que el fútbol sala reunía todas las condiciones; había masculino y femenino, una cantera amplia y emergía como uno de los deportes más practicados de todo el mundo. Se daban todos los condicionantes para ser olímpico, pero al ser una rama del fútbol, no fuimos interlocutores y no se consiguió. Hubo otro intento a posterior en Río y tampoco, por lo que creo que es una batalla ya perdida», explica.

No se logró, pero el mérito salmantino estuvo presente, como lo ha estado en mayor o menor medida a lo largo de los años. ¿Cuánto valor tiene ser deportista de este nivel y ser de Salamanca? «Ahora mismo, mucho más difícil que antes. En aquella época teníamos a muchos equipos en Primera de diferentes deportes. Fue increíble para una ciudad tan pequeña, era incluso de más. Había muchas más oportunidades y ahora no tienes ese escaparate de la élite. Excepto Avenida... a los demás nos cuesta mucho. Es un mérito brutal», responde.

De hecho, el puede hablar en primera persona, tras vivir la experiencia de estar presente en varios Juegos, incluidos los que están por llegar de París: «No se puede imaginar. Es la élite. Estar ahí, representando a tu país... lo que están haciendo nuestros representantes salmantinos -Mario García Romo y Lorena Martín- es una pasada. Ese nivel de deporte es increíble verlo. Me siento afortunado. Me hubiera gustado haberlo vivido como deportista, pero ahora tengo la suerte de poder estar».

Junto a otros ex compañeros, Óscar lidera el club Intersala, que cuenta con más de 300 niños y niñas en su cantera. «Somos un club grande, pero nos falta eso, un escaparate de primer equipo; que vengan aquí, que vean La Alamedilla llena, como un reflejo donde mirarse. En ello estamos trabajando. Seguro que va a llegar, pero para ello necesitamos el apoyo de empresas privadas y de instituciones, que ayudan como pueden pero todos los clubes pedimos más».

Dicen que las cosas de palacio van despacio... «Eso dicen, pero los que estamos aquí en La Alamedilla estamos luchando una guerra. Necesitamos un empujón de parte de todos para mejorar, si diéramos una vueltecita a algunas instalaciones podríamos estar al nivel de otras ciudades que sin ser Salamanca están mejor dotadas que nosotros».

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