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El perfecto maridaje de deporte y patrimonio cultural de París 2024

El perfecto maridaje de deporte y patrimonio cultural de París 2024

Un gran número de pruebas deportivas se han celebrado en lugares tan emblemáticos de la ciudad como la Torre Eiffel o el Palacio de Versalles

Beatriz Juez

Sábado, 10 de agosto 2024, 12:18

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Francia exhibe su patrimonio histórico y cultural en los Juegos Olímpicos de París 2024, que se celebran en el corazón de la ciudad. Varias pruebas deportivas se han disputado con la Torre Eiffel, el puente Alejandro III o el Palacio de Versalles como magnífico decorado en un perfecto maridaje de deporte y patrimonio histórico y cultural.

Antes incluso de que la iluminación del pebetero diera el pistoletazo de salida a estas Olimpiadas, Francia aprovechó el recorrido de la antorcha olímpica para promocionar su patrimonio cultural en el extranjero.

De Marsella a París, 10.000 relevistas realizaron un recorrido por todo el país de dos meses y medio de duración, en el que no sólo se ensalzó el deporte, sino también la riqueza natural, el patrimonio cultural y la historia de Francia.

La antorcha pasó por la ciudad fortificada de Carcasosa, el Monte Saint-Michel, las Arenas de Arlés, el Viaducto de Milau, la cueva de Lascaux, el memorial de Verdún, las playas de Biarritz, los viñedos de Saint-Emilion, el Valle del Loira, las playas del desembarco de Normandía, el centro espacial de Kourou en Guayana o el Palacio de Versalles, entre otros lugares emblemáticos.

Un río olímpico

Por primera vez en la historia, la ceremonia de apertura no tuvo lugar dentro de un estadio, sino en el corazón de la ciudad. Los atletas desfilaron en barco y pasaron por delante de algunos de los monumentos más conocidos de la ciudad, convirtiendo el Sena en «un río olímpico», como lo ha bautizado el primer ministro francés saliente Gabriel Attal.

Los atletas olímpicos pasaron en barco por delante de la catedral de Notre-Dame de París, el museo del Louvre, el Obelisco de la plaza de la Concordia, el puente Alejandro III, la Academia Francesa, la Conciergerie, los Inválidos y la Torre Eiffel, antes de acabar esta gran fiesta olímpica en la plaza de Trocadero.

Los atletas franceses Marie-José Pérec y Teddy Riner encendieron el pebetero olímpico en el Jardín de las Tullerías, que al elevarse en el cielo parisino iluminado se convirtió inmediatamente en la nueva atracción turística de la capital gala.

El Puente de las Artes, el puente que atraviesa el Sena y que une el Instituto de Francia con el Louvre, ha sido rebautizado en las redes sociales como «el puente de Aya», después del magnífico dúo entre la cantante franco-maliense Aya Nakamura y la Guardia Republicana en la ceremonia inaugural. Muchos turistas y franceses se hacen fotos y graban videos en el Puente de las Artes bailando al ritmo de Aya Nakamura y los suben a las redes sociales.

París, que de por sí es un gran museo al aire libre, se ha convertido esos días en un inmenso estadio olímpico con increíbles vistas. Algunas pruebas deportivas se celebran estos días en lugares emblemáticos de la capital y sus alrededores: voleibol de playa a los pies de la Torre Eiffel, taekwondo y esgrima en el Grand Palais, equitación en el Palacio de Versalles y tiro al arco en la explanada de los Inválidos.

Una de las imágenes más emblemáticas que dejarán estos Juegos Olímpicos – y hay muchas en las que elegir – ha sido el momento en el que los atletas de triatlón se tiraron de cabeza al río Sena a los pies del puente Alejandro III, que conecta el Grand Palais y Los Inválidos.

París prohibió por decreto bañarse el Sena por motivos de salud. Un siglo después los parisinos y turistas podrán emular a los atletas y darse un chapuzón en el Sena en 2025. Será uno de los legados de estas Olimpiadas.

Plaza de la Concordia

La plaza de la Concordia se ha transformado estos días en un espectacular parque urbano para acoger las pruebas de BMX freestyle, breaking dance, skateboarding y los partidos de baloncesto 3x3.

La Plaza de la Revolución (hoy plaza de la Concordia) fue el lugar donde fue guillotinada en 1793 la reina María Antonieta durante la Revolución Francesa. María Antonieta, con la cabeza cortada, fue una de las protagonistas de la ceremonia de inauguración de los Juegos Olímpicos.

En una Conciergerie en llamas, María Antonieta proclamó «Ah ! ça ira», una canción cuyo estribillo es considerado símbolo de la Revolución Francesa. La reina introdujo así la escena Libertad, que contó con la magnífica actuación de grupo francés de death metal Gojira con la cantante de ópera franco-suiza Marina Viotti. En la Conciergerie estuvo prisionera María Antonieta antes de morir en la guillotina.

El Grand Palais, construido junto al Petit Palais para la Exposición Universal de París de 1900, se ha transformado para acoger las pruebas de esgrima y taekwondo durante los Juegos Olímpicos y las de para-taekwondo y esgrima en silla de ruedas durante los Paralímpicos. Las imágenes de los esgrimistas compitiendo en el Grand Palais será recordadas durante mucho tiempo.

El Grand Palais, con su magnífica vidriera recientemente restaurada, tiene una larga historia vinculada al deporte. Fue ya sede olímpica hace un siglo cuando París acogió los Juegos Olímpicos de 1924. Este monumento parisino también acogió el primer campeonando de Francia de esgrima en 1937 y también ha sido sede de pruebas de gimnasia, salto de altura y concursos de hípica en el pasado.

«De lo alto de las tribunas, los jueces deberán elegir entre mirar a los atletas o admirar la Torre Eiffel», advertía en junio Mathieu Collet, director de la sede olímpica de La Concordia. Y así ha sido. A los periodistas acreditados en los Juegos y a los espectadores les está pasando lo mismo.

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