
Bajo la Catedral y sobre el Tormes: Así late el triatlón que hace historia en Salamanca
En cuatro años ha pasado de dos a 130 federados, siendo el club con más licencias de Castilla y León
Pocos deportes han crecido como el triatlón. Correr, nadar y montar en bicicleta. Tres formas de hacer ejercicio que se pueden combinar en distintas modalidades, siendo capaces de amoldarse a distintos gustos, preferencias y todo tipo de diversión. En Salamanca, la Escuela de Triatlón Salmantina es referencia, a nivel amateur y profesional, con deportistas y entrenadores de alto nivel y recién iniciados. Muestra de ello, la actividad a la que asistimos en una nueva edición de 'El Latido del Deporte': natación en aguas abiertas en el puente Enrique Estevan, un rincón sin igual en la ciudad, un decorado inmejorable, con participantes desde los ocho hasta los 60 años.
Bajo las órdenes de Alberto Bravo, todos se organizan y se visten en la sede con forma de antiguo kiosco cerca de la iglesia del Arrabal. El calor es asfixiante, por lo que hacer el esfuerzo de meterse en el agua se hace incluso apetitoso. Los niños han acabado el colegio, los más mayores su jornada laboral y los jóvenes de estudiar. Desde las 'mamis' triatletas, a las futuras universitarias y padres con sus hijos. Un completo árbol genealógico de la familia de la Escuela Triatlón Salmantina.
Todo comenzó como una idea de dos profesores de educación física, con el objetivo de crear una escuela donde los más pequeños pudieran practicar este tipo de deporte. De eso hace cuatro años. Hoy ya cuentan con hasta 132 federados, en un incremento «exponencial» que les ha coronado como el club con más licencias de Castilla y León. «Independientemente de los números, lo importante es que los chavales tengan la oportunidad de practicar un deporte con un menor abandono. Es agradable y nada monótono. No hay edad para el triatlón», destaca Bravo.
¿Cuáles son entonces las metas a lograr por el club cuando todavía no se ha cumplido un lustro? «Nos gustaría en 2026 subir a Segunda División, tanto de Duatlón como de Triatlón, pero al mismo tiempo queremos ir con pies de plomo. Tenemos muchos federados, pero muy variados. Hay gente que compite a alto nivel y gente que acaba de empezar en el deporte. El triatlón no es para super hombres o super mujeres, hay variedad. Por todo ello, hay que ir despacio. El club es competitivo, pero también y especialmente busca conciliación familiar y la práctica del deporte en Salamanca», responde.
Así, más allá del que en un futuro sean profesionales o no, muchos ya son considerados deportistas de alto rendimiento, con lo que ello supone para poder entrar en la universidad.
Natación en el río Tormes
En grupos diferentes, en función de edades y niveles, los atletas se lanzan al río Tormes. «Estamos en un entorno paradisíaco. Cuando nadas, ver la catedral, el puente... es una maravilla. Hay equipos que vienen, nos lo dicen y nos envidian. Al final, no es un sitio para nadar todos los días, debido a la preparación en ropa que requiere o que no se puede entrenar tan intenso como en la piscina. Ahora le hemos solicitado al Ayuntamiento que nos facilite las piscinas de verano para entrenar. Pero esto una vez a la semana... es impresionante, una actividad física y social», reflexiona.
En cuanto a las facilidades del Ayuntamiento para la utilización de instalaciones, Bravo reconoce que desde el primer momento todo fueron buenas intenciones y palabras. Vamos, que de lo que hay, perfecto, aunque consideran que siempre vendría bien alguna piscina climatizada más.
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