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La celebración de la San Silvestre de 2024 ha dejado como resaca una controversia y varias dudas con respecto a lo que ocurrió una vez el ganador, Mousaab Hadout, cruzaba la línea de meta con el mejor tiempo. Esto, la identidad del atleta que más rápido corrió los 10 kilómetros del circuito, es una de las pocas certezas que deja una situación en la que se mezclan lo que es una carrera popular, organizada por un pequeño club de colegio, las normativas federadas y los derechos de los ciudadanos.
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Juanjo González
El hecho que detona la polémica es la decisión de retirar el premio económico al ganador. El primer puesto está dotado por la organización con 1.500 euros, pero Hadout no se llevará el cheque que ha ido a parar a manos del segundo clasificado, Jorge Blanco, al que el marroquí ganó con holgura. El motivo, una norma federativa que impide competir oficialmente y cobrar premios económicos en pruebas del calendario autonómico a atletas con licencia de fuera de la comunidad, en este caso, de Castilla y León.
Ahora, son varias las preguntas que afloran: ¿quién ha ganado la San Silvestre? ¿Aparecerá su nombre en el palmarés? ¿Por qué no cobra el premio? ¿Podía participar o no? ¿Se le ha descalificado?
El asunto surge, según explica el delegado de atletismo, Casimiro Blanco, cuando un atleta federado en otra comunidad pregunta sobre este asunto en concreo y se le explica; el atleta en cuestión decide no correr.
Sin embargo, otros dos atletas, el ganador y el tercero en meta, corren, logran un gran resultado y, después, la delegación comprueba las licencias y constata que no cumplen los requisitos para llevarse los premios económicos. Pero no le descalifica, porque habría que haberlo hecho con entre 20 y 40 atletas que habían hecho su inscripción correctamente sin que la organización se la denegara. Al atleta ganador se le comunica lo que iba a ocurrir con el premio, en un encuentro del responsable federativo con los primeros clasificados.
La decisión se toma el mismo domingo, pero afecta únicamente al reparto de los premios, porque no se le descalifica, tampoco al tercer clasficado, un salmantino con licencia de Galicia. Por la tarde, el segundo clasificado, el leonés Jorge Blanco, protesta en sus redes sociales y hace saber la norma sobre la participación de atletas de fuera de la comunidad y los premios, pero obvia que la carrera es popular y de participación abierta.
Vamos a empezar aclarando que Mousaab Hadout no ha sido descalificado. Así lo confirma el delegado provincial de atletismo, al frente del equipo de la Delegación encargado de la parte federativa de la carrera.
A efectos deportivos, y siendo válida su participación, es el ganador de la San Silvestre. De hecho, sobre la ruta no dejó lugar a dudas y le metió casi 30 segundos al siguiente. Prácticamente no hubo carrera porque ya en el Puente Romano aventajaba con claridad a sus competidores.
El atleta, de nacionalidad marroquí y federado en Castilla-La Mancha, es especialista en 10.000 y media maratón y llegó a meta por debajo de la media hora, a un ritmo de menos de 3 minutos el kilómetro, meritorio en un circuito con muchas rampas. Hadout es habitual de las pruebas de ruta y tiene en su historial varias victorias importantes y, también, una sanción de cuatro años por dopaje que se le impuso para un período de 2018 a 2022 por un positivo de EPO, que ya cumplió.
Pero, ¿por qué pudo competir si no tiene licencia de Castilla y León? La explicación reside en la historia de la San Silvestre Salmantina. Nacida en un colegio de la capital, siempre ha sido y será una carrera popular. Oficialmente es una prueba de atletismo popular de carácter federado. Es decir, en la carrera puede tomar parte cualquiera y tiene, no obstante, una parte oficial con cronometrajes y normas al estar en el calendario autonómico de la Federación de Atletismo de Castilla y León.
En esta situación, y según explica Casimiro Blanco, lo único que pasa es que los atletas que tengan licencia de fuera de la comunidad no cumplen los requisitos para percibir los premios económicos, una norma implantada hace ya cuatro años.
En este caso, a los atletas federados se les aplica la normativa federativa, y por eso se le han denegado los premios; pero también se les aplica la norma particular, el punto 2 del reglamento de la San Silvestre, que les permite participar como atletas populares, respetando sus derechos como ciudadanos.
Según la organización, Hadout es el ganador porque el reglamento de la carrera dice que es una competición abierta y popular, aunque en materia de premios, y como prueba federada, está supeditada al reglamento federativo. «La San Silvestre la ha ganado él y así figura», asegura Moli, su responsable, «me gustaría que quedara como está» una vez se les ha dejado correr, ya que podían hacerlo como aficionados.
Otra cosa será a nivel resultados oficiales y de cara a la federación, aunque es una prueba no homologada, las marcas no cuentan, y el mayor efecto es el que se ha producido: el reparto de los premios económicos.
La San Silvestre ya fue prueba del calendario nacional, con lo que podía participar y llevarse el premio económico cualquier atleta con licencia federativa en vigor y que no estuviera sancionado.
La organización, el club deportivo del colegio, decidió sacarla de ese calendario ya que es una prueba popular, pero mantenerla en el autonómico para darle más garantías deportivas en cronometraje, clasificaciones o jurado. Tener fecha reservada en el calendario estatal tiene también unos costes mayores.
¿Podría volver a ser prueba nacional? «Si entrara en el calendario nacional, vendrían diez o doce atletas de fuera a por los premios como ocurría antes», asegura la organización.
Hadout podrá ser considerado el ganador de la Vuelta Popular San Silvestre de 2024 ya que llegó a meta el primero, aunque como atleta 'popular' y sin premios pese a tener licencia federada. La organización lo considera como tal y podrá mantenerlo en el palmarés si así lo desea, otra cosa será a nivel federativo.
Los 1.500 euros al primer clasificado se los lleva Jorge Blanco, segundo en meta, porque por reglamento los atletas federados fuera de Castilla y León, caso de Hadout, no pueden acceder a premios de la cuantía prevista para preservar el carácter popular. Sí pudo llevarse a su casa el trofeo en forma de copa.
En resumen, la San Silvestre de Salamanca sí tiene ganador, el mismo que llegó a meta el primero. Podrá incluirlo en su palmáres con todos los honores y, de hecho, la organización valora poder compensarle las molestias causadas si llega el momento; explicó que, para competir en Salamanca, había incurrido en una serie de gastos y la organización está abierta a ayudarle.
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