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Jefferson-Wooden celebra su victoria. Efe
Mundial de Atletismo

Oblique Seville y Jefferson-Wooden, los más rápidos de Tokio

Logran la victoria en las finales de los 100 metros, mientras el francés Gressier gana un oro histórico en 10.000 metros

Igor Barcia

Domingo, 14 de septiembre 2025, 17:20

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Lo dijo Usain Bolt: «Oblique es el maestro y solo necesita encontrar la temporada adecuada, mantenerse sin lesiones y en el buen camino. Si su entrenador cree en él...». El ojo del gran rey de la velocidad no le traicionó en Tokio. «Ha llegado a todas las finales hasta ahora; ahora solo le queda estar entre los tres primeros. Y creo que es cuestión de constancia», vaticinó. Y desde hoy, Oblique Seville es el campeón del mundo de los 100 metros, el hombre que ha devuelto a Jamaica a lo más alto del podio desde que Bolt ganó su último oro en el Mundial de Pekín en 2015. Desde entonces, Estados Unidos había amargado la vida a los velocistas caribeños con cuatro victorias consecutivas –Gatlin, Coleman, Kerley y Lyles–, pero en Tokio se presentaba una gran oportunidad para Jamaica. Kishane Thomson y Oblique Seville habían estado a gran nivel en los mítines de la Diamond y la forma de Noah Lyles no era la misma que hace un año en París. Era el día y ambos lo han confirmado con un doblete por delante del campeón olímpico, al que una vez más una muy mejorable salida le ha condicionado en la recta. En la pista, Seville celebraba a lo Warholm –rompiéndose el mono– la victoria, mientras en el palco un desatado Bolt se felicitaba con sus compatriotas por el triunfo de su elegido.

Su relación viene de lejos, puesto que Seville comenzó a entrenar con Glen Mills, el hombre que forjó la leyenda de Usain Bolt. El propio Bolt dijo que un día Seville sería su sucesor y el técnico siempre ha mantenido una gran confianza en un velocista diferente, más menudo y compacto que el resto de competidores. Una morfología que le ha hecho ser frágil muscularmente, lo que les ha obligado a trabajar a fuego lento para evitar esos problemas físicos que esta temporada han desaparecido para felicidad de un Seville que ha podido brillar para devolver a Jamaica a lo más alto de la velocidad. A su lado en el podio estará un Kishane Thompson que encadena su segundo subcampeonato, tras ser plata en los Juegos de París. Este parecía su campeonato, pero tras ser el más rápido en la salida, no ha podido mantener su privilegiada posición ante el empuje final de un Seville lanzado hacia el oro. Por parte estadounidense, decepción masculina con esa tercera plaza de Lyles y la cuarta de Bernadek, ambos muy limitados desde una mala puesta en acción.

Un pobre resultado que contrasta con el triunfo de Melissa Jefferson-Wooden, el primer gran éxito de una velocista que ha llegado a Tokio en el mejor momento de su carrera deportiva a sus 24 años. Medallista el pasado año en los Juegos de París, su victoria ha sido apabullante. Ha salido bien, se ha despedido de sus rivales y ha volado por la recta para marcar un 10.61 que es el récord de los campeonatos del mundo. La pupila de Karl Goodman ha superado a la jamaicana Tina Clayton, segunda (10.76) con marca personal, y a la campeona olímpica Julien Alfred, tercera con 10.84.

Una victoria que servirá para reeditar el día de Melissa Jefferson en su pueblo de Georgetown (Carolina del Sur). Sus 8.403 habitantes decidieron que tras las dos medallas que logró en París 2024, el 12 de octubre sería el día de la deportista más reconocida en la población. Ahora, la campeona del mundo se ha trasladado a la universidad en Coastal Carolina, a Conway, para entrenar con Karl Goodman, pero como ella se define, «soy una chica de pueblo, del campo». Una velocista que en la universidad conoció a Rolan Wooden II, jugador de fútbol americano, y adoptó su apellido con el que se le conoce ahora a la campeona estadounidense.

Exfutbolista

El tercer nombre propio de la jornada mundialista es el de Jimmy Gressier, que sorprendió a los atletas africanos para hacerse con el oro en los 10.000 metros. El francés logró algo que no hacía un fondista europeo en esta distancia desde el italiano Alberto Cova en el Mundial de Kelsinki en 1983, en la primera edición del campeonato. Gressier, que había preparado a conciencia la cita compitiendo en verano en distancias inferiores para mejorar su velocidad, encontró el premio a su trabajo con una final muy táctica en la que se abrió paso hacia la gloria en la recta de llegada para superar a Kejelcha.

Nacido hace 28 años en Boulogne-sur-Mer, Gressier pensó que su futuro estaba en el fútbol, llegando a ser internacional con Francia en categorías inferiores. «Una vez soñé que sería el mejor jugador de fútbol del mundo, pero no fue así». Por fortuna para el atletismo galo, Gressier se centró en correr, en mejorar año a año su rendimiento, en buscar a base de concentraciones en altura y mucho trabajo recortar las distancias con los atletas africanos y hoy, el francés ha encontrado el premio a ese esfuerzo y a esa perseverancia con un oro que no daba crédito al cruzar la línea de meta. Pero el exceso de confianza de los atletas africanos jugó a favor de Gressier, que atraviesa un momento dulce en su rendimiento. Con la hoja de ruta preparada a debutar en el maratón en 2027, el galo ha dado una enorme alegría al atletismo europeo, con un éxito impensable en esta época de dominio africano.

Por parte española, la alegría la ofreció Marta Pérez al colarse en la final de los 1.500 metros. La soriana estará en la final tras ser quinta con un tiempo de 4:01.19, una prueba en la que Faith Kypyegon, la gran favorita, parece inalcanzable. Además, Paula Sevilla estará en las semifinales de 400 metros al hacer marca personal (50.69).

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