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Carolina Marín, en la final del Europeo el pasado mes de abril. EFE
La resiliencia y ambición de Carolina Marín: «Me lo he tenido que currar todo muchísimo»
Juegos Olímpicos París

La resiliencia y ambición de Carolina Marín: «Me lo he tenido que currar todo muchísimo»

La campeona que derribó el imperio asiático en bádminton va a por el oro en París, hace hincapié en la salud mental, y sueña con ser la abanderada de España

Isaac Asenjo

Madrid

Lunes, 24 de junio 2024, 09:03

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Pionera, referente y resiliente. Carolina Marín (Huelva, 1993) siente que le robaron la oportunidad de defender su título de campeona olímpica de bádmiton en Tokio, y desde entonces tiene grabado a fuego los Juegos de París, una cita que se escribirá con mucha seguridad con nombre femenino, a tenor de lo visto en las tres últimas Olimpiadas. Desde que la tres veces campeona del mundo y ocho de Europa se rompiera el ligamento cruzado anterior y los dos meniscos de la rodilla izquierda en junio de 2021, su única motivación deportiva ha sido la de llegar en plena forma a la capital francesa, para lograr una segunda medalla de oro tras la conseguida hace ocho años en Río de Janeiro.

Lo hará tras cumplir uno de sus sueños: lograr el Premio Princesa de Asturias del Deporte, y con muchas opciones de otro con el que todo deportista olímpico sueña: ser la abanderada del Comité Olímpico Español en la ceremonia inaugural que tendrá lugar a orillas del Sena, en pleno corazón de la Ciudad de la Luz. «Ojalá. No me quiero hacer ilusiones pero sería un sueño recibir esa llamada. Un sueño más que no depende de mí, yo todo lo que podría hacer lo estoy haciendo», afirma a este periódico la primera jugadora no asiática en conquistar el oro olímpico en un deporte que cambió por las clases de flamenco cuando era una adolescente.

«Voy a por el oro, soy muy cabezona. No puedo conformarme con menos de lo que ya he logrado, así que no, nunca firmaría un bronce o una plata», apunta en una charla en la que ahonda que nunca tuvo «un referente», y dice sentirse «orgullosa de haber podido abrir camino en mi país». «No me gusta decir que las cosas son imposibles pero no creo que aparezca otra Carolina Marín en España. No hay relevo generacional aquí», expresa la onubense vía telefónica, tras salir de una de sus sesiones de fisioterapia, y poniendo el acento en la salud mental como clave en el éxito de su carrera cada vez que se le da la oportunidad.

«La parte mental la entreno todos los días; es un músculo más a trabajar, por lo que también hay que ejercitar nuestro cerebro; es muy necesario tener esa ayuda mental, sobre todo en un deporte de rivalidad, de uno contra uno. Nadie es menos fuerte por tener problemas, e igual que nadie te dice que compitas lesionado, no te pueden exigir que lo hagas sin estar mentalmente en condiciones», reflexiona la deportista, que llegó al Centro de Alto Rendimiento de Madrid a los 14 años -«a 600 kilómetros de toda mi familia»- y desde los 15 trabaja con psicólogos.

«Es una persona que te ayuda en tu día a día. Hace varios años, tenía dos psicólogas, una para mi vida personal y otra para mi vida profesional como deportista de élite, porque yo quería conocerme a mí misma mucho más y aunque yo me encontraba bien, siempre quería estar mejor de lo que estaba y para eso necesitaba esa ayuda externa. El apartado físico va unido al mental, y este último lo preparo cada semana con María Martínez», narra la deportista, muy activa en redes como TikTok, embajadora de múltiples marcas como Banco Santander y una apuesta segura para las empresas españolas que quieren conquistar Asia. Una gran cantidad de sus más de 450.000 seguidores en Instagram provienen de la India, y también cuenta con una considerable cantidad de fieles de países como Malasia, Indonesia y Bangladés.

Ejemplo de adaptación

La andaluza, actual número 3 del mundo, es la única europea en el top ten del ranking mundial, llegando a ser la reina planetaria del bádminton. ¿El secreto? Trabajo, esfuerzo, sacrificio y, sobre todo, buscar oportunidades donde otras ven dificultades para triunfar sobre la pista. Extrovertida y familiar sin la raqueta y el volante con el que se juega a su deporte, destaca que «nadie» le ha regalado nada, y hace hincapié en la «constancia y determinación» en el proceso de recuperación tras regresar con éxito a la élite, después de convivir durante mucho tiempo con el dolor de las lesiones.

¿Qué porcentaje de la victoria es cabeza y cuerpo, cuánto es talento y cuánto trabajo? «En mi caso es muchísimo más trabajo que talento. Me lo he tenido que currar todo muchísimo», explica la deportista, que entrena «unas seis horas al día» y admite haber sacrificado su vida personal hasta más allá de lo deseable para ser la mejor. «Renunciar no significa tener una mala vida, y me siento muy afortunada de elegir y hacer lo que me apasiona, pero me encantaría pasar más tiempo con mi familia, les veo muy pocas veces, bajo a Huelva tres veces al año; me he perdido muchas cosas», indica Carolina, hija única de padres separados, y que perdió a su progenitor en julio de 2020 a consecuencia de las secuelas de un grave accidente laboral sufrido meses antes.

«Tengo tatuada en el cuerpo la palabra resiliencia, la cual me define muy bien. He tenido muchos cambios en mi vida y me he adaptado a todos y me sigo adaptando», subraya la ganadora de treinta y nueve torneos profesionales, que dice no haber pensado nunca en tirar la toalla y que su único miedo es a volver a sufrir una lesión que le impida cumplir su sueño.

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