El talento del Celta B derriba a Unionistas pese al asedio final de los charros

El conjunto popular salió al césped de Barreiro con una línea defensiva novedosa respecto a los últimos partidos ligueros. Sergio Camus, tras atravesar una complicada lesión durante los últimos dos meses, volvió a situarse como titular en el conjunto charro. Erik Ruiz fue el sacrificado de un once inicial, por lo demás, reconocible, con Nespral y Javi Villar en la zona de creación, Rastrojo y Juan Serrano en los costados, y la dupla Losada-Slavy arriba.

Por primera vez en la temporada, Dani Ponz cerró con tres jugadores ejerciendo las veces de centrales (Sergio Camus, Ramiro Mayor y Carlos Giménez), mientras que Rastrojo y Jon Rojo actuaban de carrileros, especialmente el jugador procedente del Real Zaragoza. Ponz, que probó esta posibilidad durante la semana, finalmente la ejecutó de inicio en el partido de Barreiro.

El choque comenzó con unos intercambios de golpes tibios por parte de ambos equipos, sin mayores consecuencias. El terreno de juego de Barreiro, pese a la lluvia caída durante toda la semana, no estaba en malas condiciones en líneas generales salvo el balcón del área que defendía Unionistas en la primera mitad. Los celestes, una cantera prometedora y que atesora muchos goles a lo largo de toda la campaña, aprovecharon a la perfección sus bondades: con velocidad y con orden, consiguieron hacer el primer gol del partido muy pronto, en el minuto 9. Hugo Álvarez culminó un buen gol que pilló desprevenida a la defensa de Unionistas. El Celta B se adelantó después de que la caraja defensiva charra en el repliegue habilitara el desmarque del goleador local, que definió a la perfección frente a Cacharrón. El contexto era el peor para los charros. 1-0 en contra, y demasiado pronto.

No paró ahí el equipo vigués, que a partir del gol se vino arriba e hizo suyo el campo. Alfon, en el minuto 14, tuvo la tercera clara para los vigueses. Otro envío largo a la espalda de la defensa de Unionistas lo aprovechó Alfon para, en velocidad, meterse en el área charra y disparar cruzado al límite de la portería de Cacharrón. El balón se fue, por poco, lamiendo el poste de la portería blanquinegra. El Celta B dominaba todos los contextos del juego en otro mal inicio de partido de Unionistas de Salamanca.

En el minuto 17, llegó otra oportunidad manifiesta de gol del conjunto de Claudio Giráldez. Una falta botada por los celestes, la remató Joel de cabeza y el esférico se perdió por centímetros por fuera de la portería de Cacharrón. Parecía increíble, pero Unionistas de Salamanca solo había encajado un gol en los primeros 18 minutos, pese a las oportunidades clamorosas del Celta B. Los de Dani Ponz sufrían en el comienzo ante un filial asentado y tremendamente cómodo en el terreno de juego.

Nespral no tenía presencia en el campo debido a la superioridad del Celta B por dentro, y eso lo notaba Unionistas. La creación de jugadas de peligro brillaba por su ausencia. En el minuto 21, el equipo respondió con una falta en la frontal que primero Slavy, y luego Losada en la repetición, acabaron mandando arriba. Pero la fortuna que no tuvo Unionistas en el comienzo la pudo encontrar en el minuto de honra a la UD Salamanca, el 23. Un centro de los charros lo acabó rematando, sin querer, un defensa de los de Giráldez, y el esférico estuvo a punto de introducirse en las mallas locales.

Conforme pasaron los minutos, Unionistas fue ganando metros y consiguió poner en aprietos a Ruly, el exportero blanquinegro. Javi Villar, en el minuto 28, se sacó un buen disparo desde el pico del área grande que obligó a despejar por bajo y de puños a Ruly. Un buen zapatazo que espoleó a los hombres de Dani Ponz. La respuesta, una jugada combinativa del Celta B que, en tres pases, volvió a situarse sobre la portería de Pablo Cacharrón. El peligro local casi en cada acción de ataque de los celestes lo trataba de replicar Unionistas de Salamanca, sin tanta velocidad en las combinaciones pero llegando, en esa fase del partido, con más peligro.

Pero Tincho, especialmente, era un martirio para Unionistas de Salamanca a través del costado izquierdo, defendido por Camus y Rastrojo en esa zona. El arreón de los charros derivó en otro par de acercamientos de los celtiñas, sin peligro. Rastrojo tampoco gozaba de oportunidades, y el conjunto lo notaba. Faltaban oportunidades en el terreno de juego y, especialmente, generarlas. Salvando a Rastrojo en la fase ofensiva, que se atrevía a encarar y a pisar el área, los acercamientos escaseaban.

Salvo los cinco minutos de mayor peligro salmantino, el Celta B dominó con puño de hierro el partido. Tuvieron, incluso, la última del partido en la primera parte. Alfon, ante Cacharrón, recibió el esférico y disparó de nuevo fuera, pero por poco, de la portería de Unionistas. La primera parte terminó así, con un Celta B muy superior y un conjunto de Salamanca sin casi ocasiones, y sin fortuna.

No se lo pensó Ponz y aprovechó el descanso para meter un doble cambio. Sentó a Juan Serrano, desaparecido durante la primera mitad, y a Slavy, el máximo goleador del conjunto. En su lugar, el técnico dio entrada a Planas en el costado, y a Ewan como nueva referencia ofensiva. El delantero, espigado, trató de rematar según empezó la segunda mitad un balón que puso el equipo charro desde la banda. En ese comienzo de partido, Cacharrón se llevó una tarjeta amarilla por salir fuera del área y derribar con el cuerpo a un jugador del Celta B, pese a las protestas de la afición de Unionistas de Salamanca.

Lo intentaban los de Ponz a la hora de generar jugadas, pero sin demasiado criterio, para empezar la segunda parte. El ritmo del partido cayó enteros tremendamente respecto a la primera mitad, y eso abría las opciones de que una genialidad rompiera el partido. Y así ocurrió con uno de los mejores jugadores de los celestes. Tincho, en el 57, se sacó un disparo excepcional desde fuera del área, raso, que se introdujo con maestría en las mallas de Cacharrón. Nada hizo la defensa de los salmantinos, y ni siquiera había sensaciones de que Unionistas pudiera llevar peligro hacia la portería local. Las señales eran, otra vez, las mismas que en los partidos anteriores al Lugo.

Media hora todavía restaba en el reloj para culminar el partido. Con el 2-0, el Celta B se encaramaba al liderato de la Primera RFEF a base de calidad y saber hacer. Rastrojo volvió a poner la pimienta en Unionistas. Encaró dentro del área, se fue de su marca, y se sacó un disparo que hizo que Ruly interviniera de puños. Pero en los charros las malas sensaciones volvieron, al igual que en las últimas jornadas. Y la fortaleza defensiva que atesoró el equipo del valenciano Ponz al principio de liga se vio truncada en los últimos cinco partidos. Diez goles, tras 68 minutos de partido ante el Celta B, sumaba Unionistas en contra.

En ese minuto, el Celta B se quedó con un jugador menos por roja directa a Javi Domínguez. El central celeste se fue a la calle tras una entrada sobre Ewan, falta que no pareció ser de roja a priori. La falta acabó en una jugada de estrategia charra que finalizó, por suerte, Nespral con un disparo peligroso que se perdió por poco por encima de la meta viguesa. Fue la primera ocasión charra en la segunda mitad. A partir de la roja, los charros tuvieron más balón y llegaron hasta el balcón del área con varios acercamientos pero sin finalizaciones claras.

Ponz agotó los ''trocos'' o cambios del equipo, y Teijeria y Ekaitz entraron al terreno de juego en lugar de Rastrojo y de Camus. En ese momento, los charros encontraron la fortuna que habitualmente les es esquiva durante los partidos. Un centro desde el costado izquierdo salmantino al segundo palo se lo comió la defensa celeste y Carlos Giménez, bien colocado para cazar el balón muerto, miró a puerta y disparó un tiro cruzado ante el que Ruly solo pudo mirar. Recortaban distancias así los salmantinos a diez minutos del final, y con un jugador más.

Unionistas se vino arriba. Una falta en el 83 terminó en un remate al larguero de Teijeira de cabeza. El choque se desarrollaba casi en su totalidad en el campo del Celta B. Y los balones colgados blanquinegros hacían daño a los locales. El equipo de Claudio Giráldez sufría y pedía casi la hora para cerrar el triunfo ante el asedio final de Unionistas, por los costados y por el centro. Fer López, sin embargo, tuvo el 3-1 en sus botas en un mano a mano ante Cacharrón dentro del área, y ya dentro de los seis minutos de añadido.

El final del partido fue un correcalles. Cacharrón, ya con amarilla, debió ser expulsado por tocar el balón con la mano fuera del área y, pese a los acercamientos blanquinegros sobre la meta de Ruly, Unionistas cayó derrotado y suma cinco partidos seguidos sin ganar, y con solo dos goles anotados. Ahora sí, la clasificación acecha y las posiciones de descenso asoman poco a poco en el cogote charro.