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Alfredo Pérez, presidente de Pistacyl PISTACYL

«No es una moda pasajera, creo que el pistacho ha llegado para quedarse y cambiar hábitos»

La empresa, asentada en la provincia de Valladolid, espera aumentar hasta el 50% la exportación del pistacho castellano en 2026

Andrea Díez

Valladolid

Domingo, 2 de noviembre 2025, 09:48

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La producción de pistacho es, desde hace años, una alternativa a los cultivos tradicionales. Precisamente, este sector posiciona a España como uno de los mayores productores de Europa. Un negocio rentable que ha llevado al grupo Pistacyl a facturar 2 millones de euros entre producción de pistacho y viñedos, pero que requiere de constancia e inversión en innovación, como destaca Alfredo Pérez, presidente de Pistacyl.

–Dieron los primeros pasos en 2001 y en 2008 hicieron una apuesta decidida por este producto que los ha llevado a ser la mayor productora de la comunidad. ¿Cómo describiría este camino?

–Ha sido un camino de muchos errores, mucho trabajo e investigación. De hecho, desde el principio apostamos por un proyecto en esta línea para la adaptación del cultivo. Comenzamos estudiando y probando los portainjertos del mercado con diferentes técnicas de cultivo. Después, profundizamos en la calidad experimentando en cuarenta parcelas con diferentes abonados. Nos dimos cuenta de que el abonado influía mucho en la calidad del fruto, especialmente en el color y sabor. Y después, dimos un paso más con la parametrización del riego basado en agricultura de precisión y sanidad vegetal. Hemos podido comprobar, en mi opinión, que las necesidades hídricas son mucho menores de las que en un principio se pensaba. Hay que hacer los riegos en momentos oportunos, no es un cultivo que tenga una necesidad exacta de agua.

–Están en campaña de recogida. ¿Cuáles son las previsiones?

–Las previsiones son muy buenas. Este año ha venido muy buena cosecha en Castilla y León, veníamos de un año pasado muy malo por problemas de heladas primaverales y este año, la cosecha es excelente de cantidad y calidad. Tenemos una previsión de 400 toneladas de pistacho verde, que son unas 125 toneladas de pistacho seco.

–¿Qué impacto tiene el cambio climático sobre este cultivo?

–El mayor problema que tenemos en Castilla y León son las heladas primaverales de mediados de abril a mediados de mayo. Heladas de tres bajo cero en la época de floración.

–Y cuando esto ocurre, ¿qué repercusión tiene en el negocio?

–Si hablamos de necesidades diría que hacer un seguro de heladas y mejorar el seguro de granizo porque solo contempla el grano que se cae al suelo y cuando graniza, el grano que queda dañado en la planta, dependiendo de la época, tiene muchas posibilidades de estropearse. El tema de los seguros hay que cambiarlo y es una asignatura en la que llevamos años trabajando y de momento, con no demasiado éxito.

–Asentados en el medio rural con 15.000 árboles pistacheros distribuidos en varias fincas situadas en las localidades vallisoletanas de Pozal de Gallinas, Moraleja de las Panaderas, Fresno el Viejo y Tordehumos. ¿De qué forma repercute en la economía de la zona?

–Se genera empleo directo e indirecto, de media somos unos treinta y cinco trabajadores. Hemos conseguido poner en marcha una alternativa de cultivo seria e interesante en el campo de Castilla y León. Además de riqueza está creciendo la buena imagen del pistacho de Castilla y León que se está empezando a reconocer como el mejor pistacho del mundo, así nos lo transmiten los clientes muchas veces.

–En este incipiente nicho, ¿hay margen de crecimiento en cuanto a oportunidades laborales?

–Se necesitan perfiles muy variados, desde personal que se dedique a las cuestiones del campo hasta el que se dedique a temas de calidad de producto o sanidad.

–Cada vez es más frecuente encontrar pistacho en todo tipo de productos. ¿Cómo están viviendo esta fiebre?

–El pistacho está viviendo una época dorada en este aspecto, vas a cualquier heladería o restaurante que quiera estar alineado con las tendencias y necesita tener un plato, un postre o producto hecho con pistacho. Creo que es una moda impulsada por los jóvenes que demandan este producto y que está muy ligada a Italia donde se trabaja mucho el pistacho. Pienso que los jóvenes viajan mucho a este país y regresan enamorados del pistacho y luego quieren consumirlo aquí. Pero no es una moda pasajera, creo que el pistacho ha llegado para quedarse y cambiar hábitos de consumo.

–¿De qué forma incorporan la diversificación en su modelo de negocio?

–Nosotros a parte del producto natural como snack, hacemos cremas de pistacho y hemos sacado el primer aceite de pistacho prensado en frío de España, 100% natural. Estamos también trabajando, en colaboración con la Universidad de Palencia, la Facultad de Enfermería de Valladolid y la Universidad Católica de Ávila, para obtener un alimento a partir de la harina parcialmente desengrasada para deportistas, un recuperador energético y para personas mayores. Apostamos por la calidad, ya que la tenemos, y nos alejamos de la línea de bajo precio y poca calidad.

–En la carta de presentación de Pistacyl destacan cuatro términos: arraigo, compromiso, sostenibilidad e innovación

–En cuanto al arraigo, todos los que tenemos un pueblo queremos crear riqueza y trabajo, aportar nuestro granito de arena. Por otro lado, prácticamente todos los cultivos leñosos cuidan la sostenibilidad ambiental pero además, apostamos por la sostenibilidad social para devolver el cariño y el apoyo que recibimos. En cuanto a la innovación, Pistacyl desde sus orígenes ha apostado por la innovación en el campo, con diferentes productos, en proyectos de colaboración con universidades como la de Valladolid, Ávila, León y Palencia.

–¿Cómo gestionan los desperdicios generados?

–El mayor aprovechamiento es la cáscara, que se estaba usando para biomasa, pero buscamos otras alternativas. Es un proyecto muy chulo del que no te puedo avanzar mucho porque está en fase inicial, con el que estamos muy ilusionados.

–En el marco de la I+d+i, ¿qué encaje tiene la IA y el dato?

–Sin innovación no hay progreso ni bienestar social. En un cultivo tan nuevo en Castilla y León como es el pistacho, si no haces innovación, no avanzas. Vamos recogiendo datos, pero faltan modelos de interpretación. Trabajamos con IA en el procesado de pistachos con una nueva máquina a la que le estamos enseñando a detectar pistachos que tengan que ser desechados. En el campo, la recogida e interpretación de datos es lenta y cuesta. Creo que en general, en España, todos somos muy nuevos en el cultivo del pistacho. Vamos avanzando, pero poco a poco.

–La internacionalización es un objetivo presente. ¿Cuáles son sus objetivos para el próximo año?

–Vendemos sobre todo a nivel nacional y una gran parte se dirige al comercio de cercanía de Castilla y León, es nuestro mejor cliente. Si miramos fuera de nuestras fronteras, esperamos aumentar hasta el 50% la exportación del pistacho castellano durante 2026. Actualmente vendemos fuera de España el 30% de nuestra producción, mayoritariamente a países europeos y en Kenia. Ahora estamos con proyectos en Japón, la próxima semana estaré en México y el director de exportación en China, vamos poco a poco abriendo mercados diferentes. Hay que hacer mucho trabajo en ferias, conociendo gente, buscando alianzas y aunque los acuerdos nunca salen a la primera hay que ser constante y esforzarse para ir abriendo puertas.

–Desde su experiencia, ¿hay respaldo a nivel empresarial en Castilla y León?

–A nivel institucional sí nos sentimos respaldados o al menos escuchados. De igual forma a nivel político y de universidades. Creo que es necesario mantener una vía abierta de diálogo. Las empresas tenemos que poner sobre la mesa el problema pero también una posible solución.

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