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Caroline Conejero
Miércoles, 30 de octubre 2024, 07:20
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La vicepresidenta y candidata presidencial demócrata, Kamala Harris, se presentó como una líder pragmática, centrada en unir al país y parte de una nueva generación de liderazgo, en los argumentos finales de campaña el martes noche.
Ante una multitud de decenas de miles de personas que vitoreaban su nombre en la Plaza de la Elipse, justo detrás de la Casa Blanca, en el National Mall de Washington, DC. Harris definió las elecciones del 5 de noviembre como «probablemente, el voto más importante que hayan emitido».
A solo una semana exacta de la cita electoral, la vicepresidenta señaló que la decisión impactará directamente «su vida, la vida de su familia y el futuro de este país que queremos».
Una elección, dijo, en la que se decidirá entre un país «arraigado en la libertad o gobernado por el caos y la división». Harris enmarcó lo que está en juego en las elecciones de 2024 como nada menos que la preservación de la democracia estadounidense.
También trató de presentarse como alguien que entiende los esfuerzos y aspiraciones de la gente común, mencionando los esfuerzos de su propia madre para salir adelante, a la que recordó en diferentes momentos.
Esbozando un claro y diametral contraste entre su oponente y su liderazgo, la demócrata ofreció una visión del futuro optimista y esperanzadora, a diferencia de los temas apocalípticos, oscuros y racistas del discurso de agravios de Trump.
Dijo que Trump llegaría a la Oficina Oval con una lista de enemigos, mientras que ella entraría con una «lista de cosas por hacer».
Harris habló de forma específica y realista, como una exfiscal refiriéndose al electorado estadounidense como su jurado, ante el que prometió escuchar siempre y buscar el consenso.
Así, enumeró muchos de los temas que espera abordar como la 47.ª presidenta de EE. UU., incluida una reducción de los precios, la protección del derecho al aborto y la reforma de inmigración.
Habló de la necesidad de construir vivienda asequible y empatizó con la aspiración de muchos de comprar su propia casa, al igual que su madre, señalando que es mucho más que una casa: «se trata del orgullo por el trabajo duro».
Harris, que acaba de cumplir 60 años, es una generación más joven que su rival, Donald Trump, y el presidente Joe Biden, a quien reemplazó en la candidatura a la presidencia a finales de julio.
La demócrata instó a la nación a dejar atrás la división violenta y a pasar a una nueva era «de propósito compartido».
Harris, que se encuentra en una elección extremadamente reñida con su oponente, estableció el profundo contraste entre ambos, señalando que Trump describe a quienes no están de acuerdo con él como «el enemigo desde dentro». Trump, dijo, es «inestable, está obsesionado con la venganza, consumido por el agravio y busca el poder sin control».
Su discurso contrastó en tono y espíritu con la retórica de odio de Trump en su declaración de cierre en el Madison Square Garden de Nueva York el domingo.
Desde la misma Plaza de la Elipse que conduce al Capitolio, donde el 6 de enero de 2021 el expresidente Trump exhortó a sus seguidores a «luchar como el demonio» antes de la insurrección violenta del 6 de enero de 2021, Harris describió a su contendiente como «un tirano de poca monta».
Así, invocó la figura de Trump ese día para presentarle como un líder peligroso, solo preocupado por sí mismo, y contrastó su historia como fiscal y protectora de los derechos de todos, especialmente de aquellos que son vulnerables.
«En este mismo lugar», dijo, «[Trump] envió una turba armada para anular una elección libre y limpia, una elección que perdió». Harris recordó la reacción de Trump en la Casa Blanca cuando le dijeron que la turba quería matar a «su propio vicepresidente», Mike Pence: «y respondió con «dos palabras: '¿Y qué?'».
«Eso es lo que es Donald Trump», señaló Harris, «pero estamos aquí para recordarle que [en este país] eso no es lo que somos».
Y comparó el momento de decisión que los estadounidenses enfrentan la semana que viene con la Guerra de la Independencia que logró la emancipación de los británicos: «Hace casi 250 años nació Estados Unidos cuando logramos la libertad de un pequeño tirano. A través de generaciones, los estadounidenses han preservado esa libertad».
La prioridad máxima del país hace cuatro años, dijo, fue acabar con la pandemia y rescatar la economía. «Ahora nuestra prioridad es reducir los costos», señaló.
Harris se refirió a la propuesta de Trump de imponer un impuesto a los productos de consumo importados, señalando que el coste recaerá sobre las familias que tendrán que pagar un promedio de casi 4.000 dólares adicionales al año.
Y recordó que Trump intentará de nuevo revocar la ley de sanidad asequible, ObamaCare. «No vamos a volver atrás», dijo ante los vítores de la multitud.
Harris destacó también haber tenido siempre «un instinto de protección. «Hay algo en la gente que es tratada injustamente o ignorada que, francamente, me molesta. No me gusta».
Hija de inmigrantes de la India y Jamaica, Harris recordó haber asistido a las marchas de derechos civiles con sus padres cuando era una niña y evocó a su madre con «una taza de té en la mano», examinando las facturas en la mesa de la cocina por la noche.
«He vivido la promesa de Estados Unidos», dijo Harris, y sin hacer una referencia explícita al carácter histórico de su candidatura, enfatizó que la lucha por la «libertad» ha impulsado a generaciones de «patriotas» desde Normandía hasta Selma, a Seneca Falls y Stonewall.
Harris, que tomó la batuta del relevo tras la renuncia de Biden hacia finales de julio, ha logrado en tres meses unificar a su partido, superar a Trump en las encuestas, recaudar más de mil millones de dólares, invadir las ondas de radio y arrasar en los Estados bisagra.
Aun así, la contienda continua empatada a nivel nacional y en los siete Estados clave para alcanzar la Casa Blanca. La campaña de Harris planea continuar martilleando los Estados bisagra de cara a lo que su campaña ha llamado una «elección con margen de error».
En una rueda de prensa el martes por la mañana, la campaña demócrata expresó optimismo sobre los Estados en disputa en los que ven muy buenas señales, en particular en el muro azul, señaló Jennifer O'Malley Dillon, directora de la campaña de Harris, refiriéndose a Wisconsin, Michigan y Pensilvania, donde Harris ha estado de gira en las últimas semanas.
«Y vemos que vamos camino de ganar una elección muy reñida», dijo. Los estadounidenses están «agotados», agregó, del tribalismo y la polarización que Trump ha agudizado desde su ascenso en la política en 2016.
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