El fiscal general de Venezuela tilda de «capítulo final» la marcha de Edmundo González a España

El fiscal general de Venezuela, Tarek William Saab, ha calificado la salida a España de Edmundo González Urrutia como el «capítulo final» de una obra hecha con «sangre, sudor y lágrimas», en alusión a la confrontación entre la oposición y el Gobierno de Nicolás Maduro tras las elecciones del 28 de julio.

Saab ha sido uno de los principales látigos del candidato de la Plataforma Unitaria Democrática, contra quien el Ministerio Público ha formalizado una batería de imputaciones graves después de que González se declarase vencedor de los comicios y surgieran las acusaciones de fraude sobre el régimen chavista. Según el fiscal, el hecho de que el opositor haya abandonado el país contribuirá a poner fin a la «zozobra» de la sociedad venezolana, entendida ésta, en versión del oficialismo, como la inquietud por las protestas callejeras contra el pucherazo electoral, a las que Maduro llama actos de «terrorismo» o acciones golpistas.

Mientras tanto, el Gobierno de Estados Unidos ha destacado que la necesidad del candidato opositor de exiliarse a España es consecuencia de las medidas «antidemocráticas» del régimen chavista. «Su salida de Venezuela es el resultado directo de las medidas antidemocráticas que Nicolás Maduro ha desatado desde las elecciones contra el pueblo venezolano», denuncia en un comunidado el secretario de Estado, Antony Blinken. La Casa Blanca ha anunciado que mantendrá su apoyo a Edmundo González en sus llamamientos a favor de «la libertad y la restauración de la democracia» en Venezuela y añade que ve en él «una voz indiscutible por la paz y el cambio democrático» .

Blinken ha explicado que Maduro «utiliza la represión y la intimidación para aferrarse al poder mediante la fuerza bruta» con el fin de no reconocer «su derrota en las urnas». El presidente chavista se autoproclamó presidente después de un proceso electoral plagado de irregularidades y resuelto a 'lo nicaragüense'; es decir, con un escueto comunicado que le otorgaba el triunfo en las urnas sin ni siquiera aportar un documento oficial o aval de los votos cosechados.

El candidato opositor, a quien el 83,3% de las actas electorales le daban una ventaja superior a tres millones de votos sobre Maduro, pidió asilo como víctima de persecución política. Su compañera de partido, María Corina Machado, advirtió que su vida corría peligro en caso de permanecer en Venezuela. Desde el inicio de las movilizaciones, más de 2.000 personas, entre ellas decenas de líderes de la oposición, han sido detenidas y encarceladas. Ahora, distintos cargos de la coalición disidente han emplazado a los ciudadanos a que mantengan la presión contra el Gobierno puesto que el exilio de González «no cambia» el resultado de las elecciones del 28 de julio. Así se ha pronunciado el dirigente de La Causa R. Andrés Velásquez en sus redes sociales, donde ha manifestado que el «voto masivo en avalancha» arrojó una victoria clara de Edmundo González.

La mayoría de los gobiernos de la región ha calificado la salida del candidato como un «exilio forzado». La Organización de Estados Americanos (OEA) destaca que el régimen chavista «no solamente ha fallado en presentar evidencias de resultado electoral, sino que ha forzado el exilio de Edmundo González». De éste afirma que «es indudable que ganó» las elecciones, como así lo demuestran las maniobras posteriores del gabinete de Maduro y la Fiscalía General hasta su imputación formal por varios delitos.

Salvo Brasil, cuyo presidente, Lula da Silva, ha evitado referirse a este episodio, y naciones como Nicaragua o Cuba, defensoras a ultranza de la victoria de Maduro, decenas de gobernantes latinoamericanos han lamentado el «exilio forzado» del líder opositor. «La persecución, hostigamiento y violencia política de la que fue objeto» le han obligado a «dejar su país ante condiciones que ponían en riesgo su seguridad», ha apuntado el Ejecutivo chileno.

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