EE UU manda más armas a Ucrania

El mismo día en el que uno de los oligarcas más cercanos a Putin sugirió que en dos años Ucrania no existirá en el mapa, EE UU redobló la ayuda militar a Ucrania. Otros mil millones de dólares en ayuda militar y 225 en ayuda humanitaria seguirán alimentando la resistencia ucraniana, que pierde terreno en la región del Donbás.

El anuncio formal se produjo tras una conversación telefónica de 41 minutos entre el presidente Joe Biden y su homólogo Volodimir Zelenski. Ucrania quiere más que stingers y javelins. El país necesita sofisticados misiles de largo alcance, pero Washington mide los riesgos de que caigan en manos rusas una vez que sus fuerzas se den en retirada. El nuevo paquete, que incluye sistemas de lanzaderas guiadas de largo alcance, como los M777 howitzers, saldrá directamente de los arsenales Pentágono por doceava vez desde hace casi un año. «No podemos bajar el pistón, hay mucho en juego», dijo el secretario de Defensa Lloyd Austin desde Bruselas.

La Casa Blanca teme que con la duración de la guerra se pierda el interés de la opinión pública y, sobre todo, la unidad de los aliados. De ahí que refuerce los nexos con estas visitas de alto nivel, que tienen como objetivo «coordinar» los esfuerzos internacionales. Zelenski quiere poderosos misiles capaces de hundir los barcos rusos, como los BA.N antinavales que fabrica Boeing o los RTX.N de Raytheon Technologies. En abril pasado pidió a Portugal los Harpoons, que tienen capacidad para alcanzar al objetivo a 300 kilómetros, porque nadie quiere ser el primer país en mandarlos.

Con esos misiles Ucrania dice querer defender sus puertos y garantizar los envíos de cereales, pero Occidente teme una escalada de la guerra si se repiten escenas como el hundimiento del Moskva en el Mar Negro. En Kiev cunde la frustración de tener que sacar las armas de sus aliados a cuentagotas, mientras que Rusia derrocha misiles y gana terreno, por lo que Zelenski ha pedido a Biden que demuestre su compromiso con misiles más potentes.

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