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Caroline Conejero
Miércoles, 2 de octubre 2024, 09:07
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Tim Walz, el prototipo del hombre corriente, el vecino de al lado, se ha ganado en los últimos meses una enorme popularidad entre el público, mayor incluso que Kamala Harris, Trump y JD Vance. Éste, propulsado a la esfera política por su perfil y el éxito de ventas de su libro 'Hillbilly', en el que culpa en cierta manera a a los trabajadores de los Apalaches de las condiciones económicas que les han empobrecido, ha adoptado el papel de articulador del populismo de Trump y su cruzada contra la inmigración.
Una audiencia millonaria, cuya cifra definitiva se conocerá en la mañana de este miércoles, ha tenido esta noche pasada la ocasión de asistir al primer y único cara entre los dos 'segundos' de las candidaturas demócrata y republicano. La cita tenía un interés claro porque uno de ellos será el vicepresidente del país. Y hasta ahora tampoco eran precisamente dos figuras sobresalientes de la política estadounidense. Walz, es cierto, lleva 18 años en la profesión, pero su feudo ha sido Minnesota. Fuera de ahí es conocido por ser el copresidente del comité de reglas de la Convención Nacional Demócrata. Vance, por su parte, es un novicio que apenas hace un año y medio se estrenó como senador de Ohio, aunque su carrera posterior ha sido fulgurante.
Otro motivo de interés del programa de la CBS ha sido que tal vez este cara a cara se trate del último debate electoral de esta campaña. Mientras el equipo de Kamala Harris ha aceptado una invitación de la CBS para confrontarse con su rival el 23 de octubre, Donald Trump ha anunciado esra madrugada que todavía se lo está pensando, pero en principio rechazará el guante. «Le gané a Biden, luego le gané a ella y no busco hacerlo de nuevo, ni mucho menos en el futuro. Los votos ya están emitidos y estoy liderando las encuestas», se ha ufanado el magnate en un mensaje en su red social.
Walz y Vance han demostrado tener un marcado contraste de personalidades, carácter e incluso de estilo de masculinidad. Sin embargo, los dos se han mantenido dentro de la moderación, enfocados en atraer a los cruciales votantes indecisos que podrían inclinar la balanza en las elecciones de noviembre.
Vance, con números de popularidad negativos, especialmente entre las mujeres, llegó al debate con mucho más que ganar que Walz, el hombre de a pie jovial, de fácil conexión, muy popular entre el electorado, especialmente el femenino.
El republicano utilizó su especialidad, la capacidad rápida de adaptación al entorno del momento. Se trata de una herramienta de gran utilidad. Transacional. Así pasó de calificar a Donald Trump como el nuevo Hitler hace un año a defenderle y adularle sin freno en esta campaña. Tim Walz, por su lado, se concentro en el valor que le ha llevado a ser el elegido por Kamala Harris: una empatía natural con las realidades de la clase media.
El único debate entre candidatos a la vicepresidencia no ha sido violento. Todo lo contrario: el tono ha sido razonablemente cortés al estilo del Medio Oeste. Nada de golpes bajos. ¿Qué han dicho los espectadores al respecto? Un repaso a las redes sociales apunta que muchos esperaban un intercambio de impresiones más bronco e incluso han calificado el duelo dialéctico de «aburrido». Pero también abundan los elogios a la moderación y las impresiones positivas respecto a que, sin necesidad de fuego artificial alguno, el diálogo ha sido «instructivo».
La encuesta final de la CBS así lo aprecia. Los espectadores ofrecen un apoyo parecido a Walz y Vance y alaban sobre todo el tono «positivo» del debate y el talante «razonable» de sus protagonistas. El republicano ha registrado un 42% de aceptaciòn frente al 41% de su rival demócrata. Un 17% de los encuestados sostiene que el debate acabó en empate. Curiosamente, el gobernador de Minnesotta causó más satisfacción entre sus correligionarios demócratas de la que provocó Vance entre los republicanos.
Pese a la correción, los detectores de bulos han encontrado un buen puñado de falsedades. Sobre todo, en el lado de Vance, que en medio de su soltura retórica, inventó y tergiversó afirmaciones. Quizá la más extraordinaria ha sido su convencimiento de que Trump no salió derrotado de las urnas en 2020. El republicano también ha hecho gala en algunos momentos del 'galope de Gish', una técnica utilizada por Trump que consiste en abrumar al oponente con ráfagas excesivas de argumentos de dudosa veracidad, de tal manera que resulta imposible abordarlos en el tiempo disponible. La técnica ha funcionado al principio del debate y colocado a Walz a la defensiva, algo nervioso y con un discurso acelerado.
La presentadora y editora en jefe de 'CBS Evening News', Norah O'Donnell, y la moderadora de 'Face the Nation', también corresponsal jefa de Asuntos Exteriores, Margaret Brennan, han sido las encargadas de moderar el cara a a cara. Ya hay opiniones que atribuyen a su experiencia una buena parte de la responsabilidad en la correción del duelo verbal. Son grandes veteranas del periodismo. O'Donell lleva tres décadas en la profesión, ha ganado varios premios Emmy y entrevistado a todos los presidentes de Estados Unidos que siguen vivos a día de hoy. Fue la primera reportera que conversó con Joe Biden tras ganar las pasadas elecciones y la primera también que ha entrevistado a las cuatro mujeres militares de mayor rango en el ejército de Estados Unidos.
A Brennan se la considera una periodista «mesurada» y sólida, que prepara a fondo cada uno de sus programas. Ha entrevistado a Joe Biden, Donald Trump y la mayoría de altos cargos de la política estadounidense. Fuera del país también ha mantenido largas conversaciones con el ex primer ministro británico Boris Johnson o el presidente frances, Enmmanuel Macron, y cubierto hechos históricos como el acuerdo nuclear con Irán, el restablecimiento de las relaciones diplomáticas con Cuba o la guerra en Ucrania. Las dos moderadores confesaron esta noche pasada haberse preparado el cara a cara como si se tratase de un «examen final». Implica «mucha lectura, tomar notas y hablar con mis colegas sobre cómo elaborar una pregunta inteligente», explicó Brennan. Ambas subrayaron la importancia del encuentro para que los estadounidenses conocieran mejor a los dos candidatos.
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