El gobernante SPD exige que Alemania sea «potencia dirigente» en el mundo

Alemania debe desarrollar un nuevo papel en el escenario mundial como «potencia dirigente», ha afirmado este martes el presidente del gobernante Partido Socialdemócrata (SPD), Lars Klingbeil, quien exige que este país asuma mucha mayor responsabilidad en la política internacional. «Tras casi 80 años de moderación, Alemania tiene hoy un nuevo papel en el sistema de coordenadas internacional», subrayó Klingbeil durante una intervención de carácter ideológico en una conferencia de la Fundación Friedrich Ebert, cercana al SPD. Europa debe, en la competición por las relaciones internacionales, convertirse a la vez en el «centro más atractivo del mundo» y con ese fin «Alemania debe tener el derecho a ser una potencia dirigente», señaló el líder del partido del canciller federal, Olaf Scholz.

«Alemania se encuentra cada vez más en el centro de atención y deberíamos cumplir con las expectativas que han puesto en nosotros», comentó el presidente del SPD, quien destacó que este país se ha ganado en las últimas décadas una elevado nivel de confianza internacional, que conlleva el cumplimiento de ciertos compromisos. Debido a su pasado histórico como país que desató la Segunda Guerra Mundial y se sometió al dictado del nacionalsocialismo, la República Federal se ha retraído hasta ahora como potencia media a nivel internacional en política de seguridad, defensa y armamento, un hecho que debe cambiar radicalmente a juicio del jefe del SPD. Klinbeil advirtió a los asistentes de que la guerra desatada por el Kremlin tendrá inevitablemente efectos para la política internacional al menos «durante los próximos 20 años».

Tras la descomposición de la Unión Soviética, Occidente se sintió «demasiado seguro» de que se acabaría imponiendo un modelo de estado y sociedad y de que «una guerra entre estados en Europa era algo impensable», declaró Klingbeil, para el que los países occidentales deben ahora plantearse «qué podemos hacer mejor en el futuro». El líder de la socialdemocracia alemana dijo que para Alemania resulta ahora muy importante reforzar su ejército, ya que la política de paz significa también «contemplar la violencia militar como un medio legítimo de hacer política», también cuando debe ser tenida como «el último medio», por lo que exigió un debate sobre política de seguridad en Alemania «completamente nuevo».

«Cerrar los ojos ante la realidad conduce a la guerra. Lo estamos viendo en Ucrania. La política de paz significa para mí por ello considerar que la violencia militar es un medio legítimo de la política», dijo Klingbeil, que reclamó a la vez mayor respeto y reconocimiento para los militares en este país. Pese a todo, aseguró que sus demandas no suponen un rechazo de la tradicional política pacifista de la socialdemocracia alemana. Ya los cancilleres federales del SPD en los años 70 y principios de los 80 Willy Brandt y Helmut Schmidt sabían que la base de una firme política de paz son la fortaleza y capacidad militar y «entonces los presupuestos de Defensa superaban sobradamente el 3% de nuestro PIB», añadió el presidente del más antiguo partido alemán.

Lars Klingbeil reconoció que este país ha «cometido errores» en el trato con sus socios en el centro y este de Europa y de no haber sabido interpretar las señales procedentes de Moscú, lo más tarde tras la anexión de Crimea por Rusia en 2014. «Cuando escuchamos de los estados bálticos o Polonia que tienen miedo de convertirse en los próximos objetivos de Rusia debemos tomárnoslo muy en serio», afirmó el político de 44 años. En política internacional habrá una competencia cada vez mayor por la relaciones internacionales con estados como Rusia y China en los próximos años, dijo el jefe del SPD, para el que Europa «debe adquirir mayor peso como actor geopolítico», ya que «Alemania solo puede ser fuerte, si también Europa es fuerte».

Por eso reclamó que a nivel internacional se creen nuevas relaciones y estructuras que «para todas las partes tengan un mayor valor», aunque siempre sin olvidar los valores de Occidente. «No puede haber una cooperación sin posición», afirmó finalmente el presidente del SPD. Tras la invasión de Ucrania por Rusia, el canciller federal, Olaf Scholz, se distanció en gran parte de la tradicional posición de la política alemana en materia de seguridad y defensa en un discurso ante el Bundestag, el parlamento germano. Destacó entonces la necesidad de que Alemania asuma mayores responsabilidades a nivel internacional y anunció la aprobación de un presupuesto extraordinario de 100.000 millones de euros para modernizar y rearmar el Bundeswehr, el ejército federal. Sin embargo, el jefe del gobierno germano no ha ido hasta ahora tan lejos como Klingbeil, ni ha demandado en momento alguno que este país asuma un papel como «potencia dirigente» en el mundo.

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