Kiev asegura que recupera terreno en el Donbás y prevé seis meses más de combates

Mijailo Podoliak, el asesor del presidente Volodímir Zelenski, lanzaba en las últimas horas una previsión inquietante: «La guerra puede durar entre dos y seis meses más». Una horquilla amplia que apuntaló en un argumento ya conocido: los combates durarán más o menos dependiendo de la capacidad de los arsenales de Ucrania y, en definitiva, de si la comunidad internacional incrementa su respaldo militar. Un mal augurio, en todo caso, para un conflicto que rebasaba esta semana los cien días y en el que los informes del campo de batalla se refieren desde hace semanas a ataques sistemáticos, destrucción y muertes concentradas en la región del Donbás.

Rusia acumula el grueso de sus tropas en ese flanco este y continúa hostigando Severodontesk, enclave estratégico para su objetivo de controlar toda la cuenta minera. Y aquí vuelven los mensajes contradictorios. Mientras Ucrania sostiene que «ha recuperado el 20% del territorio» que había perdido en Severodonetsk, Rusia asegura que sus tropas con cobertura de artillería continúa ganando posiciones. Y a cualquier precio. Las autoridades locales acusaban este sábado al Ejército invasor de estar volando puentes sobre el río Seversky Donets para evitar la llegada de refuerzos militares y «se entregue ayuda a los civiles».

Asfixiante es también la situación que se vive en Lysychansk, próxima a Severodonetsk, donde el 60% de las viviendas han sido destruidas y las conexiones de internet, de telefonía móvil y de gas están cortadas, según su alcalde Oleksandr Zaika. Guerra de desgaste también sobre Sloviansk, donde aún permanecerían 25.000 civiles, también sin servicios básicos y con las tropas enemigas a menos de diez kilómetros.

Todo la carga del invasor en la zona. Incluso con ataques aéreos que se intensifican cada día, según el Ministerio de Defensa Británico. Moscú aseguró también haber destruido con misiles un centro de entrenamiento de artillería de las Fuerzas Armadas de Ucrania en la región de Sumy, en el noreste del país. Y el derribo de un avión de transporte militar.

Una versión de robustez, la del Kremlin, que se agrieta con mensajes como el que se difundía este sábado a través de Telegram, en el que un m,ilitar identificado como comandante del Regimiento 113 de la República de Donetsk asegura que los soldados rusos están siendo enviados «al matadero sin las armas adecuadas» y que acusan la falta de comida y medicinas.

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